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Chile: ARMORED SAINT le hizo justicia a su historia #Crónica

Más de 30 años tuvieron que pasar para que los colosos de ARMORED SAINT pisaran tierras chilenas. El club Subterráneo fue el lugar elegido para la esperada reunión del conjunto y sus ilusionados fanáticos, una cita en que todas la expectativas fueron cumplidas cabalmente por estos titanes del Heavy Metal.

Mientras la multitud se constituía en el subterráneo recinto, el conjunto capitalino de rock/metal ROBOT THE MIMBRE se encargó de encender la noche con una muestra en la que repasaron los temas más conocidos de su discografía.

a las 21 horas fue abierto el telón que ocultaba al quinteto californiano, el cual sin mayor preámbulo comenzó su presentación con “Win Hands Down”, el primer corte de un setlist que se compuso de un total de 16 canciones, las que abarcaron casi dos horas ininterrumpidas del más puro heavy metal, tiempo en el que la agrupación se paseó prácticamente por toda su discografía, sin darle tregua alguna a su legión de fanáticos, clásicos como “Reing Of Fire”, “Can U Deliver”, “Last Train Home” y “Chemical Euphoria”  se tomaron la noche y reventaron la audiencia.

La agrupación comandada por John Bush llegó profundo a los oídos de la multitud, el carismático y afable frontman complementó las letras con una impresionante intensidad, gracias a la inagotable energía de la que es dueño y que es casi la misma que acompaña también a Joey Vera, el imparable bajista no dio tregua durante todo el espectáculo. Por su parte Phill Sandoval y Jeff Duncan hacían gala de su pericia sacando punzantes solos y aplastantes riffs a sus guitarras, en tanto que Gonzo Sandoval fue un espectáculo por si solo, el diestro baterista dio una clase magistral de aguante y tecnicismo, muestras que quedaron plasmadas en temas trascendentales como “Droppin Like Flies”“Symbol of Salvation”.

Fue en la parte final de este show, en la que se pudo apreciar el otro aspecto de la agrupación: la sensatez y entrega de ésta para con su público, con Bush bebiendo cervezas y bromeando acerca de sus preferencias  al respecto e intercambiando incluso palabras con el público y con el más bien introvertido Phill Sandoval dejando ese aspecto atrás y lanzadose hacia la fanaticada con un inesperado stage diving, coronaron lo que fue una noche perfecta de metal de la vieja escuela.

Son varios años de vida con los que cuenta ARMORED SAINT y si bien su historia ha sido por momentos interrumpida, han logrado mantenerse durante el tiempo, siendo una banda cuyos integrantes continúan generando una cantidad de energía desbordante que ya se quisieran algunas agrupaciones de adolescentes y en cada espectáculo que brindan lo hacen entregándolo todo, reviviendo los mejores momentos de su historia junto a sus fanáticos, situándolos hoy  dentro del círculo más selecto de metaleros, como una banda de culto, a la cual tuvimos la inmensa suerte de apreciar de una vez por todas.

Todas las fotos fueron tomadas por Mauricio González Kowal / Todos los derechos pertenecen a su autor.

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