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El Amasijo de un Gran Sueño: ALMAFUERTE en el Teatro Flores, Buenos Aires #Crónica

Y al final, el objetivo fue cumplido con creces. Es imposible hoy, en el estado actual de las cosas, aislar al fenómeno ALMAFUERTE del año 1995. Este es un momento clave: la construcción de un conjunto musical abiertamente nacionalista. Así, con el desarrollo, la evolución musical – orgánica y tecnológica – ALMAFUERTE se convirtió de manera progresiva en el mito fundante de una enorme parte del Metal vernáculo actual. La coherencia histórica es total: el sentir es indiano y la lírica es de tierra adentro, aún hoy luego de veintiún años de existencia.

12751755_10153583006908425_1364217921_oPero la brújula siempre estaría ahí hasta que un día, y luego de descreer de ello por tomarlo en broma, más allá de las varias amenazas, Ricardo Iorio decidió tomarse un parate. Este marco general, impreso en gran parte de la cultura musical del pais creaba, con ansiosa expectativa, una romántica espera por el show de ALMAFUERTE en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es decir, ansiedad por un porvenir y, por otro lado, el deseo de ver el despliegue de su artista favorito antes, es más, a pocos pasos de que su figura cambie completamente.

Y “Orgullo Argentino” abría la velada desatando la efervescencia colectiva, pero esta se vio aún más concentrada en “Niño Jefe”, señalando lo que este show significaba: una convergencia total de la historia de la banda, una concreción para el final de una etapa. La obra que se fundó, desarrolló y se esgrime hasta el día de hoy pasó por los diferentes álbumes del conjunto musical, tocando una canción de cada disco, con la formación actual y las condiciones que la banda presenta hoy. Más allá de eso, sí, Ricardo Iorio tuvo problemas con sus monitores en varios momentos, pero los accidentes pueden ocurrir, fuera de lo que uno pueda planificar para el logro de un evento en toda su potencialidad. Pero dejando de lado estos problemas, lo relevante es que Ricardo Iorio estaba vestido de militar: la representación gráfica de su pensar frente para lo que él es un desabastecimiento del ejército argentino, por eso la indumentaria también cambió, pero esta vez era una remera negra de la Armada Argentina.

12528260_10153583007008425_2031777649_oÍntegro en su pensar, ya no quedan dudas: Iorio es quien quiso ser y no hay vuelta de hoja; el público, por su parte, aplaudía cualquier cosa que el líder de ALMAFUERTE dijera, sea lo que sea. “Presa Fácil”, un himno para la vieja escuela leal a su referencia, estaba siendo ejecutada por Iorio vestido de militar. Esto es una prueba de que el contexto social y político ha cambiado; los años 90’s – 1996, más precisamente, fecha de composición de la canción – son distantes historias de hace veinte años, de una cultura alternativa que mutó y, por supuesto, hoy es otra cosa. Al igual que ALMAFUERTE claro está, que dentro del Rock se movió por terrenos inimaginables por aquellos años, muy lejanos ya.

Con un sonido realmente alto en volumen, el evento tenía su momento “especial”: el set solista del Tano Marciello, quien pronunció una emotivas palabras antes de que las luces se concentren en él y  su instrumento: “hace mucho calor y las cuerdas se desafinan. Queremos darle lo mejor”. Y así fue: Marciello hace lo que quiere con la guitarra, por eso se toma las libertades de jugar con el público para ver si pueden seguir las acrobacias que él hace con las seis cuerdas; pero la cuestión tomó otro tono cuando ejecutó “De Pie“, su composición solista que, emblemáticamente, sirvió como apertura de En Vivo Obras (2008).  Terreno preparado para “Mi Credo“, cargado de emoción y sentenciado con un fuerte qué12752244_10153583006993425_1479563351_o gil que fui de Ricardo Iorio. Es un golpe con la realidad. Sí, se acerca el final, es hora de caer en ella y aceptar el cansancio, el desgaste y la concreción de un sueño, para pasar a otro. Las canciones pasan y, más allá de la efervescencia, la realidad es innegable. Reconozco que fue emotivo ser parte de un momento histórico: “El Pibe Tigre” condensó la historia de ALMAFUERTE, sus inicios en un mundo guanaco reformulados con la actualidad de la banda. La clásica seguidilla de “Toro y Pampa”, “Almafuerte” y “A Vos Amigo” daban fin a la ceremonia. Más bien, al fin de una etapa y al comienzo de otra.

En veintiún años ALMAFUERTE se convirtió en un fenómeno extramusical. Trascendiendo al arte, Ricardo Iorio construyó, sin quererlo deliberadamente, una doctrina. Así, el “patriarca del Heavy Nacional” era la brújula para la música pesada vernácula. El eterno presente cautiva hasta que se choca con la realidad. Hoy estamos en presencia del quiebre y de la gran transformación. ALMAFUERTE, materialmente, se desvanece y deja huérfanos a los hijos de su religión, pero toma otra forma: de ser un mito viviente pasa a ser un mito ausente. Al no divisarse actividad, más que discógrafica – que no deja de ser una incógnita -, de la banda en un futuro cercano siempre que un show sea anunciado, las dimensiones del fenómeno ALMAFUERTE serán, literalmente, masivas. Una mítica novedad muy interesante para analizar, propio de un movimiento que está lejos de extinguirse. “Hoy sin pensar en ganar o perder, disfrutando cada instante” Ricardo Iorio puede darse el lujo de ser quién quiso ser. Para bien o para mal.

 

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Todas las fotos fueron tomadas por Beto Bocchia y son cortesía de ALMAFUERTE. Todos los derechos reservados

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