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“La Banda Contaba Cuatro Y Te Aplastaba”. Entrevista Con Gustavo Rowek de V8

Si tuviéramos que hacer memoria acerca de lo que pasó en 1983, en Argentina, los sentimientos en su mayoría serán totalmente negativos y dolorosos: por aquel entonces se vivía la peor etapa de su historia. A pesar de que el último golpe militar estaba en sus últimos días, la calumnia seguía vigente. Tanto fue así que, debido a la censura militar, el Rock en Argentina se deformó de manera tal que no era aquel estilo rebelde y aguerrido como se mostraba en el resto del mundo.

Empero, en los suburbios del cono urbano bonaerense, una banda de adolescentes querían revertir todo el ambiente musical argentino. Contra viento y marea, y a pocos días de la vuelta de la democracia en Argentina, V8 pudo consagrarse como la primera banda de Heavy Metal de dicho país.

Con un repertorio de tan solo tres discos durante toda su existencia, la agrupación que lideró Ricardo Iorio es considerada hasta el día de hoy como una de las mejores bandas de Rock y Metal argentino, mérito que comparte con otros grupos como SODA STEREO, SUMO, RIFF, entre otros.

Han pasado treinta años desde la disolución de V8, y muchas bandas míticas como HERMETICA y LOGOS surgieron luego de la separación.

Introducción por Jonathan Tocci.

Con motivo de traer a la memoria a la primer banda de Heavy Metal argentino, nos pudimos contactar con Gustavo Rowek, quien fue el baterista de V8 durante la primera etapa.

¿Cómo eran los procesos de grabación con V8? ¿Qué trato tuvieron por la discográfica y los ingenieros entre Luchando Por el Metal (1983) y Un Paso Más en la Batalla (1985)? Supongo que los veían como bichos raros (risas)

Los procesos de grabación de V8 eran complicados porque nadie, ni nosotros, ni los sonidistas  que habían sabían cómo hacer sonar una banda de esas características por lo que tuvimos que aprender a la fuerza (risas); ya en Un Paso Más En La Batalla había un poco más de conocimiento y se pudo lograr algo sonoramente mejor aunque el primer disco tiene una fuerza, producto de la misma banda, y no solo los sonidistas, todos nos veían como bichos raros (risas).

¿Qué repercusión tuvo, en aquella época, entre tu familia y tu grupo de amigos/conocidos que seas parte de un disco editado oficialmente y además de un género desconocido hasta el momento?

Creo que la repercusión más importante fue la propia: de repente dejaba de ser público para ser músico y que alguien escuche algo que imaginé fue muy grosso. Fuera de eso siempre fui el mismo.

¿Cómo fue que V8 se perfeccionó en vivo?, ¿Quién les daba más importancia a los equipos?

V8 se fue haciendo y tocaba con lo que conseguía. Así fue nuestra historia, aunque en un momento logramos tener un buen backline.

¿Cómo era el trato con los sonidistas?, ¿Lograron conseguir alguien que supiera operar una consola para un grupo de Heavy Metal?

Lo que pasa es que nosotros hicimos una amistad muy grande con el Loco Boogie, que era un sonidista y éramos como una familia por lo que él era el sonidista, y como dije antes nadie estaba capacitado pero era quien estaba.

¿Qué anécdota bizarra recordás que se dio entre el público y V8 en algún concierto donde la gente no tenía mucha idea de lo que iba a ver?

La vez que fuimos a Feliz Domingo (programa de TV). Nunca sabré quien arreglo eso, pero cuando nos vieron llegar no querían que toquemos, nosotros estábamos re locos (risas) y nunca más volvimos como a tantos otros lugares… o la vez que nos fuimos de gira, y tuvimos que dormir en un “telo” (motel de alojamiento transitorio): éramos como 12 y una chica… la cara del gerente cuando llegamos (risas).

¿Qué cambios crees que hay en el grupo entre Luchando por el Metal y Un Paso Más en la Batalla?

Luchando por el Metal es un disco único, vital y potente, que fue grabado en tiempo récord, y la propia furia de las canciones lo sostiene. Un Paso Más en la Batalla es mucho más trabajado y está hecho en un muy buen estudio y nosotros estamos mucho más locos, así y todo tiene canciones de un nivel excelente.

¿Idealizás tu época en V8?, ¿Cómo la procesas?

No soy de idealizar el pasado, ni de vivir de recuerdos, si mis recuerdos no son mochila. Al contrario: son puro orgullo de haber dejado semejante semilla en la historia del Metal

¿Qué hacías en esa época aparte de ser músico?, ¿qué momentos encontrabas para practicar?, ¿con qué discos lo hacías?

Siempre viví para eso no se me pasaba por la cabeza hacer otra cosa, escuchaba mucho Heavy, pero siempre escuche mucha música por lo que mi formación fue muy variada, cosa que después refleje en las bandas en las que toqué.

¿Cómo eran los ensayos de V8? ¿Había disciplina?

(Risas) Había Rock, pero estábamos horas ensayando, la banda contaba cuatro y te aplastaba.

¿Qué cambios creés que se han producido en los recintos para hacer música desde el fin de V8 hasta la fecha?

No muchos, salvo algunos lugares. Tocar en el conurbano o en el interior sigue siendo caótico, en el sentido de que es lo que hay. Igual, muchos lugares se fueron profesionalizando como todos.

¿Creés que la figura de V8 es idealizada por las nuevas generaciones?

Sí, no hay duda de eso, pero es claro el por qué: porque todo sigue igual o peor que ayer, como dice la canción de V8 – N del Ed: hace referencia a “Voy a Enloquecer” – , los que tienen cada vez tienen más, y los que no, cada vez menos. Mientras esa ecuación se mantenga, el mensaje de V8 se va a mantener inalterable a través del tiempo.

¿Qué significa V8 para vos en tu actualidad como músico y como persona?

La banda con la cual me doy a conocer como músico, mi carta de presentación y la concreción de mi primer sueño con la música.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
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