Happy Returns: STEVEN WILSON volvió a Buenos Aires y nos mostró su lado más carismático #Cronica

Entre bromas y consejos, STEVEN WILSON se paseó por su carrera musical, nos enseñó a usar snapchat y hasta tuvo tiempo para explicar algunos pasos de ballet. ¡Todo un personaje!

Fin del verano. Para los fanáticos del rock progresivo (o al menos los del tipo de progresivo que hacía PORCUPINE TREE y hace SW) el mejor lugar para celebrarlo era un conocido local de Palermo, en la capital de Buenos Aires. Público de todas las edades se dio cita el 22 de marzo en Groove, un lugar impensado por los fans de STEVEN WILSON para un show de su ídolo, básicamente porque la música que hace el británico da mas para un teatro que para un boliche nocturno, pero así se dio y a Wilson le tocaría demostrar que su show es versátil y se adapta a cualquier lugar. El vocalista regresó a la Argentina para realizar su segundo show en menos de un año y promocionar así 4 ½, su mas reciente álbum por lo que algunos dudábamos acerca de cuan novedoso podría ser este show. Las puertas se abrieron un poco tarde pero una vez adentro los asistentes supieron esperar pacientemente la salida del talentoso músico y sus no menos talentosos acompañantes.

A las 20:50 se encendía la pantalla que adornaba el fondo del escenario y en ella solo se veía un edificio cuyas ventanas se encendían y apagaban, dando la idea de que había vida dentro de cada casa. El público se agrupaba al frente, se emocionaba, se preparaba para lo que venía, sin embargo lo que sonaba era el intro del álbum Hand.Cannot.Erase como fondo musical. Diez minutos pasaron y finalmente aparecieron los músicos y comenzó a sonar el piano que da inicio a “First Regret”. Oficialmente comenzaba el show.

“Hace calor”, dijo Steven al finalizar el primer tema y bromeó diciendo “Será un show muy hot…”. Era solo el preambulo de lo que vendría esa noche donde descubrimos a un Wilson bastante conversador. “Si alguien necesita agua me avisa” continuaba diciendo el cantante entre canciones mientras se secaba el sudor de la frente y procedió a explicar que sería un show de dos partes, en la primera harian temas del Hand.Cannot.Erase y luego de un break, en la segunda parte, vendría lo nuevo y algunos temas grabados por otras bandas. Básicamente nos adelantaba la metodología de este show tan especial para que nadie se fuera durante el intermedio creyendo que todo había terminado.

Para quienes estuvieron el año pasado en el recital con el que promocionaba -el que para entonces era- su nuevo disco, se encontraron con un show muy similar esta vez. La primera parte era, salvo algunos detalles, prácticamente el mismo espectáculo del teatro Vorterix, en el que uno a uno fueron sonando los temas del Hand.Cannot.Erase en el mismo orden en el que se encuentran en el disco. La diferencia fue que esta vez si sonaron todos y no hubo nada durante esa primera hora y veinte minutos de show que no perteneciera a dicho álbum. También se notaron algunos arreglos en varios temas, como el solo de batería que hubo en el medio de “Perfect Life“, por ejemplo.

Jóvenes y no tan jovenes acudieron al llamado, y se podía ver gran cantidad de parejas entre el público. Siempre he tenido la impresión de que este tipo de música (el rock melancólico) une a la gente, o en su defecto, vale la pena ser disfrutada en compañía. Es lógico si tomamos en cuenta que la música de Steven va de lo triste a lo romántico, pasando por lo sexual y lo oscuro, pero sobretodo es eso, melancólica. “Si están aquí es porque les gusta la poesía de la melancolía” dijo Wilson, y agregó: “yo hago música triste y entiendo que por alguna razón a ustedes les agrada esa música. A mi también, crecí en los 60’s escuchando musica triste de bandas como THE CURE y JOY DIVISION y esa musica tan triste me hacia sentir bien, feliz, espero no ser el único al que le pase. Luego iba y escuchaba música feliz en la radio y me deprimía (risas).”

El show continuó y Steven siguió interactuando con la gente. Puso a la todos a corear con él en varias ocasiones y en “Ancestral” los dirigió para que aplaudieran al ritmo del sincopado bombo. Se despidió del primer set con la emotiva “Happy Returns“, no sin antes hacer un par de chistes más a costa de Adam Holzman por ser estadounidense. “Nuestro tecladista es de USA, ¿saben? USA, eso es raro. ¿A ustedes les gusta USA?” Dijo con cara de asco. “A nadie le gusta USA, ni siquiera a los estadounidenses, allá tienen a Donald Trump” provocando las risas y aplausos de la mayoría.

Mientras los músicos descansaban, en pantalla se mostraba la imagen de 4 ½, el disco nuevo, y 25 minutos más tarde regresaron para tocar “Drag Ropes”, un tema de STORM CORROSION, proyecto de Steven con Mikael Akerfeldt (OPETH) para delirio de los presentes. Y así como ese, hubo espacio para muchos otros covers, sobretodo de PORCUPINE TREE. “Sleep Together” y “Lazarus” repitieron este año, con la diferencia que esta vez le dedicó el segundo al fallecido DAVID BOWIE. Steven comentó que curiosamente el último vídeo que grabó Bowie es de un tema llamado “Lazarus”, y el que compuso él (Steven) está inspirado en un personaje de una obra teatral de Bowie, donde el fallecido ídolo pop interpretaba un personaje con ese nombre. Posteriormente llegaría el momento emotivo en el que sonó la versión de “Space Oddity” y una vez más Steven le rendiría homenaje al ídolo eterno: DAVID BOWIE.

El metalero “Open Car” fue uno de los covers de PORCUPINE TREE que mas emocionó al público, al punto que Wilson comentó: “siempre es un éxito tocar temas de metal aquí… A ustedes les gusta el metal, no?” y aprovechó para aclarar algunas cosas. “Algunos dicen que me alejé del metal y que ya me le gusta, pero la realidad es que no suelo quedarme en un solo lugar y me gusta experimentar con todo lo que me gusta. No me gustan las fórmulas, podría hacer como SLAYER, que encontraron la fórmula de su éxito y continuaron haciendo un montón de discos que suenan igual, pero no suelo quedarme en la zona de confort” remató el inglés.

Hubo tiempo para escuchar un poco de sus nuevos temas como “My Book Of Regrests” y “Vermillioncore”, pero sobre todo para bromear y contar anécdotas. “Digan hola para que mis amigos vean lo popular que soy en sudamérica” le decía Wilson a todos mientras grababa con su celular. “Voy a enviar esto por snapchat, ¿alguno aquí tiene snapchat? Les voy a contar como funciona…” agregó el músico y realmente nos explicó con detalle como se usa la app y para qué sirve. “Don’t Hate Me”, cover de PORCUPINE TREE que forma parte del nuevo álbum, “Sleep Together” y “The Sound Of Muzak”, también de PT, hicieron volar a todos, con algunos de ellos generando pequeños pogos y haciendo que la gente cantara a todo lo que daba la voz.

“La siguiente es la mejor canción que he escrito en toda mi carrera” SW.

Luego de habernos contado sobre sus influencias musicales, sus experiencias, habernos hecho reir y hasta habernos enseñado un par de pasos de ballet, STEVEN WILSON se despedía de nosotros presentando un tema muy especial para el: “The Raven That Refused To Sing”, que fue presentado como su obra maestra. Con ese cerraba dos horas y media de espectáculo en el que, a pesar de lo incómodo que podía resultar el lugar, Steven supo transportarnos a su propio mundo en el que solo importa la música y lo que transmite. Algo que sabe hacer de sobra y con lo cual ha logrado cautivar tantos fans a lo largo del planeta.

Es difícil superarse cuando se está en la cima pero Steven lo logra una y otra vez, el show del 22 es un ejemplo, la magia está intacta y aunque las probabilidades de volver a ver a PORCUPINE TREE reunido son pocas, ver a Steven y sus músicos interpretando temas de la banda es todo un sueño para muchos de los que nunca pudimos disfrutar de la agrupación original. Esperemos que no pare esa fuente de creatividad y continúen llegando más discos y más shows.

Frank Hernández