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¿El verdadero SEPULTURA? MAX & IGGOR CAVALERA revivieron sus años dorados #Crónica

Luego de que en el 2016 los fabulosos hermanos Cavalera le hayan dado vida a Roots (1996) en Buenos Aires, llegó el turno de que Max (guitarra y voz) e Igor (batería) reinterpretaran la era “clásica” de SEPULTURA, es decir, la época 1989/91. La cita fue en El Teatro Flores, más precisamente, dentro de una jornada en la que la Ciudad de Buenos Aires fue asediada por una lluvia torrencial. Una situación perfecta para sumirse en la oscura música que estos históricos venían a ofrecernos.

Todo comenzó con CASTIGO, una banda local que como trío fue certero y eficiente, además de pesado en dosis extremas, conformando así una perfecta apertura de una velada más que importante. MANIFIESTO, grupo oriundo de la zona oeste del Gran Buenos Aires, fue el segundo conjunto que se presentó en la velada metálica. El quinteto sigue la tradición de un Thrash moderno, con mucha presencia de triggers y doble bombo, sin dejar de lado el vuelo que deben tener las dos guitarras.

La jornada continuó con HUESO, cuarteto que escupió furia durante todo su set, diversos llamados a resistir contra la opresión, el FMI y “los ricachones”, política argentina y el conflicto palestino-israelí, entre otros tópicos. El público respondió favorablemente a esta situación, sumado al buen sonido, por ende, los ánimos eran más que buenos para el plato principal de la noche.

Y luego de una extensa prueba de sonido, que puso de mal carácter a roadies e ingenieros, los hermanos Cavalera se adueñaron de la tarima de El Teatro Flores, con un público encendido desde el comienzo, por eso, el inicio con “Beneath The Remains” fue un acto de brutalidad, con un circle pit de proyección absoluta de la libertad, al menos, para quienes lo componían.

En el escenario, con un fondo imponente, se veía a la tapa de Arise (1991), pero en vez de observarse el correspondiente SEPULTURA, se veía, por el contrario, el nombre CAVALERA, un signo de los tiempos. Luego, Max diría: “esto es el verdadero SEPULTURA”. Polémico, por decir poco.

“Feeling the scorn of the world, I won’t follow your rules”, vociferó Max Cavalera para darle pie a “Inner Self”, continuando con un clásico que proseguía el tramo del set dedicado al disco Beneath The Remains (1989). Este momento tuvo puntos muy altos como “Slaves of Pain” y “Mass Hypnosis”, cantados a unísono por casi todo El Teatro.

Con la base de músicos de SOULFLY, el profesionalismo estaba garantizado, de hecho, Marc Rizzo (guitarra) se lució con virtuosismo y eficiencia. Por su parte, Mike Leon (bajo), entró en una encrucijada: su labor fue excelente, pero, curiosamente, la batería de Igor Cavalera lo opacaba, debido a su sonido confuso.

Igor no tuvo una de sus mejores noches, y eso se debe exclusivamente al sonido: por más que el baterista golpeaba con una fuerza brutal a su instrumento, el sonido de la batería estaba apagado, solamente fue claro, y solo en parte, el redoblante.

La performance de Max fue excelente, considerando sus casi cincuenta años, ya que no tuvo problemas vocales para interpretar los temas más frenéticos de SEPULTURA, en pleno desarrollo de una gira que lo tiene sobre los escenarios, prácticamente, todos los días.

“Dead Embryonic Cells”, “Desperate Cry” y “Arise” le dieron comienzo al tramo del disco que lleva el nombre de la tercera canción de estas, mientras Max permanentemente arengaba exclamando “circle pit, circle pit”, llamando, así, al descontrol absoluto en el campo.

Llegó el momento de los covers, el muy festejado “Orgasmatron”, original de MOTÖRHEAD, y, cuando debería haber seguido “Ace of Spades”, Max paró la situación y comentó: es la segunda vez que hacemos esta canción. Así interpetaron “I Believe in Miracles”, de THE RAMONES, totalmente inesperada, y en una versión más que particular, con la voz podrida del legendario Cavalera.

“Troops of Doom” le dio comienzo a los bises y, si bien no estuvo presente “Territory”, la banda no se olvidó de incluir “Roots” y “Refuse/Resist“, clásicos infaltables de SEPULTURA. Finalmente, todo culminó con un reprise sobre “Beneath The Remains”, “Arise” y “Dead Embryonic Cells”, como para terminar la matanza que se estaba produciendo entre el público.

Con el final de la performance, se sentenció otra visita positiva de los hermanos Cavalera a Buenos Aires, una más dentro de su largo historial que los tiene sumando triunfos con el público argentino, en plena competencia con los actuales SEPULTURA, a juzgar por las palabras de Max durante el show. ¿Quién triunfará? Como público, es lo que menos tiene que importarnos, solo podemos aprovechar lo mejor de esta competición, que a ambos les hace sacar lo mejor de su arte.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
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Todas las fotos fueron tomadas por Maru Debiassi y son cortesía de elculto.com.ar / Todos los derechos pertenecen a su autor

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