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Volando Alto: SCOTT STAPP brindó un show íntimo e inolvidable en Buenos Aires

En época de recesión con inflación hay apuestas tan arriesgadas que su ganancia económica queda en duda desde el principio: SCOTT STAPP en Argentina era una de ellas. Esto no pone en tela de juicio al artista y el show que ofrece, más allá de que casi sea una demanda lógica al momento de comparar, pero el último trimestre de 2016 trajo artistas de primera línea y no hay bolsillo que aguante, así que SCOTT STAPP tuvo que combatir contra potencias como Guns ‘N Roses o Black Sabbath, e incluso con Chris Cornell que se presentaba esa misma noche en otro teatro.

Entre la nostalgia y el presente, un puñado de seguidores se acercó a ver a uno de los rockstars de finales de los 90’s y principios de 00’s, cuando lideraba la conocida agrupación CREED, intrascendente para muchos y la gloria absoluta para otros. Un buen show que quedará como una rareza en un año donde los nombres del imaginario del Rock pisaron suelo argentino, ésto es lo que fue la presentación de STAPP en solitario. A continuación, lo que ocurrió el 15 de Diciembre en el Teatro Vorterix, cuando SCOTT STAPP tocó para sus fieles fans, con la apertura de KARKAMAN y A 5 PASOS.

Desde las 19:00 hs, con una puntualidad que será el denominador común de la noche en lo que a cumplimiento de horarios se refiere, sube KARKAMAN a escena y, afortunadamente, gran parte de los presentes se acercó a verlos. El sonido no fue el mejor pero estuvo muy lejos del desastre sonoro que suele acompañar a las bandas soporte en cualquier tarima, así, los chicos se sintieron cómodos en el escenario y cumplieron el sueño de tocar en Vorterix junto a un artista de su admiración, sumado a eso con la ejecución de “Dr. Feelgood”, un placer propio del grupo que no podían dejar pasar en una noche tan especial como esta. En una situación similar estaba A 5 PASOS, solo que éstos contaban con un staff más amplio y un aparato de difusión más extenso, que se encargó de hacernos saber de la edición de su más reciente álbum ERA (2015). Tuvieron un diálogo más fluido con el público, que respondió muy positivamente ante la banda, llevándose sus discos y moviéndose con su música. De la manera en que KARKAMAN reversionó a Motley Crue, A 5 PASOS hizo lo mismo con Velvet Revolver y “Slither”, un clásico del año 2004 que levantó la temperatura en Vorterix. Ya no había tiempo para préambulos: era el momento de SCOTT STAPP.

Con una imponente puesta en escena, marcada por telones negros con el logo de STAPP en gris y una llamativa tipografía, allí está él, el amo y señor del escenario, SCOTT STAPP, de voz prístina y actitud de rockstar profesional. Lo curioso de SCOTT STAPP es que no dialoga con el público – más allá de unos escuetos “gracias” o “estoy contento de estar aquí”, entre otros – lo que da la posibilidad de anular la demagogia-, pero también termina dando una imagen parca del frontman, aunque no sea algo buscado; contrario a esto, Scott tiene un carisma en el escenario que motiva hasta al más reticente.

Por su parte, el público fiel, cantaba y vivía todas las canciones con intensidad, al unísono retumbaba el teatro con cada coro y poco importó que no se agotara la taquilla, dando cuenta de que la llegada de STAPP no era en vano; por otro lado, se puede comprobar el impacto de SCOTT STAPP en Argentina con la buena pasada que tuvo el puesto de merchandising, una fuente de abundante regalías al vender discos autografiados, púas y remeras del cantante norteamericano. Efectivamente, un show para pocos de los muchos.

El comienzo demoledor con “Bullets” y “Are You Ready?” tiene dos constantes del show, el buen sonido y las canciones de CREED,  composiciones que llenaron completamente el repertorio de la noche; posiblemente esto sea un mensaje implícito del cantante respecto al presente de la banda que lo llevó al estrellato. Pasaban los éxitos, “My Own Prison”, “Torn” y “Faceless Man”, entre muchísimos otros, y el show no dejaba de ser íntimo gracias a la intensa conexión entre banda y público, uno de los puntos altos de la noche y, por suerte, otra constante para remarcar. “One” y “With Arms Wide Open” elevaron la vara a un nivel complejo, difícil de igualar… y así llegó el momento de “Higher”, uno de los hits mas populares de CREED, cantado al unísono por todos los presentes. Íntimo, interactivo y único; a esa situación se llega, que es agridulce ante la ejecución excelsa y la carencia de público, pero el momento de gloria no puede quitarse, es algo inamovible e inolvidable. En un pestañeo la banda había ido y venido para continuar con los bises, “Don’t Stop Dancing” y “What’s This Life For” sonaron sin mucha pausa entre sí, como si el tiempo los corriera. En breves minutos ya estaba siendo ejecutada “One Last Breath” y finalmente se daba el cierre del show con “My Sacrifice”… era el final de la fiesta, intensa, sin descanso y con una noche de jueves aún joven, siendo así el show el plato inicial de la misma.

Hay mucho para decir de la banda, y no sólo en términos sonoros, sino en lo referente a la performance. SCOTT STAPP es dueño de un sinfín de alabanzas por su autoridad en el escenario, es decir, su experiencia puede hacer que él solo se ponga el show al hombro y cautive incluso hasta al más escéptico, más que nada por el dramatismo que le pone a sus interpretaciones. Su banda no posee mucho carisma, a decir verdad, más allá de Yiannis Papadopoulos – guitarra líder – que forzaba una imitación de Mark Tremonti y así se ganaba al público, pero tanta insistencia en la imagen que proyectaba terminó dando un espectáculo que, como mínimo, resultaba raro.  Por esta razón, SCOTT STAPP era el amo y señor del escenario, pero a un precio muy alto.

Después de una larga espera se pudieron condensar los deseos de muchos seguidores que, por una razón u otra, fueron imposibles de concretar cuando CREED estuvo en su auge. Hoy las circunstancias hacen que el show de SCOTT STAPP esté devaluado y su repercusión no sea la esperada, pero eso no quita que haya sido posible una excelente performance, muestra del profesionalismo de un artista que vivió un debut solista en tierras argentinas, al igual que su público que disfrutó hasta al más mínimo instante; precisamente, en la situación íntima y agridulce está lo único, lo particular y lo especial del debut de Stapp en Argentina, un show para el recuerdo de los presentes.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
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Todas las fotos fueron tomadas por Frank Hernández para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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