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Héroes de la eternidad. WALTER GIARDINO’S TEMPLE se presentó con Ronnie Romero en Buenos Aires #Crónica

El debut y único disco de TEMPLE (del mismo nombre), el proyecto solista que creó Walter Giardino luego de la disolución momentánea de RATA BLANCA en 1998, demostró ser atemporal. No sólo ganó status de culto con el pasar de los años en base a la calidad de sus canciones, sino que hoy en día hay un público deseoso de volver a escucharlas en vivo. Sin embargo, la agrupación -revivida oficialmente con nuevos músicos en el 2012- también le sirve de plataforma al guitarrista para rendirle tributo a los grupos/artistas que influenciaron su forma de tocar y de pensar la música. Luego de Norberto Rodriguez (voz de la formación original) no hubo un cantante permanente, y por el proyecto han pasado Graham Bonnet, Joe Lynn Turner y Javier Barroso, como vocalistas invitados, con la particularidad de que los primeros 2 son ex-RAINBOW. La presente gira -Inside The Temple World Tour- lo tiene al chileno Ronnie Romero, actual cantante del proyecto del legendario Ritchie Blackmore, en las voces. Junto a Javier Retamozo en el teclado, Pablo Motyczak en el bajo y Fernando Scarcella en los parches, la formación dio un contundente show el Viernes 10 de Noviembre en el Teatro Vorterix donde desempolvaron clásicos propios y del Hard Rock en general.

“Corte Porteño”, la canción elegida para abrir y que encendió a la audiencia instantáneamente, fue coreada como pocas veces he visto. Inmediatamente le siguió “Sobre la Raya”, al igual que en el orden del disco y, pasada la emoción del inicio, se percibió un sonido un tanto difuso, con un Ronnie Romero que apenas se distinguió. Con el correr de los temas ese aspecto fue mejorando, aunque para cuando creí que hubo una notable mejora, una persona detrás vociferó, contrastablemente, “¡falta volumen la @#¢$? de tu madre!”. Es probable que no todos se hayan ido conformes con el sonido. Pero fuera de ese detalle, sobre las tablas la ejecución de cada músico fue brillante, un auténtico dream team.

Cuando llegó “Man of the Silver Mountain” más de uno se notó emocionado. Hay que considerar que esta canción data de 1975, y es el 1er track del primer álbum de RAINBOW (Ritchie Blackmore’s Rainbow) y ver lo bien que respondió la audiencia (compuesta de individuos de todas las edades) confirma lo relevante que sigue siendo hoy en día. Dio estaría orgulloso.

La noche también cobijó clásicos de DEEP PURPLE (“Lady Double Dealer”, “Mistreated”), WHITESNAKE (“Crying in the Night”) y más de RAINBOW (“Catch the Rainbow”). Fue al final de “Street of Dreams” que alguien del público le gritó algo a Romero, y no debe haber sido algo amable porque se vio a Walter diciendo -sin micrófono- una y otra vez algo inaudible. Tardé un rato en entender que le estaba diciendo “respeto”. Apartando ese momento de mínima tensión entre las partes, la comunión entre la banda y la audiencia fue perfecta, con Ronnie desempeñándose muy bien en su papel de frontman.

A las canciones que marcaron a Giardino le fueron intercaladas aquellas de TEMPLE, como “Héroe de la Eternidad”, “Cacería” -con su genial intro de batería-, y el instrumental “La Danza de Fuego”. Javier Barroso, cantante de la banda cuando esta salió de gira en el 2012 y 2016 junto a Joe Lynn Turner, fue invitado para ponerle voz a la balada “Azul y Negro”. Es destacable lo fácilmente coreable que es todo el material propio. Para el tramo de la presente gira que los llevará a Europa, esto resultará muy beneficioso cuando la banda toque frente a un público que conocerá mayormente la parte anglosajona del setlist.

Luego de “Alquimia”, la banda hizo un especie de amague (realmente no pude descifrar si fue o no fue) a irse, pero la sorpresiva “Neon Knights” de BLACK SABBATH hizo explosión y los vitoreos no tardaron en hacerse escuchar. A esa altura el chileno se había metido al público al bolsillo y se lo notaba sumamente contento. Su performance, con las respectivas similitudes a la de Dio, calzó perfecto al material presentado.

Los bises empezaron con “Lost in Hollywood”, de Down to Earth (1979), único álbum de RAINBOW con Graham Bonnet. El inicio de “Speed King”, aquel clásico de In Rock (1970), me costó reconocerlo, pero pasada la intro, los que estuvimos más cerca del escenario fuimos parte de una locura contagiosa. Las caras de felicidad estaban en todos lados. “Burn”, otro himno eterno de DP, fue el cierre a todo trapo, dejando una versión para el recuerdo.

En resumen, un show muy bueno con una lista de canciones que fue de ensueño para los amantes del Hard Rock que estuvieron esa noche. Aunque es altamente recomendado vivir el momento, personalmente prefiero que TEMPLE siga siendo atemporal como lo fue hasta ahora.

Roger Alan Provan
Colaborador en Rocktambulos
La música, sin importar el género, popularidad, año o país de origen, tiene una chance en mis oídos. En ella encuentro mi camino.
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Todas las fotos fueron tomadas por Christian Odreman para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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