Waterfall Cove: Una catarata de inspiración por el excéntrico BUCKETHEAD #Reseña

Brian Carroll – alias “BUCKETHEAD”- debe ser de los artistas injustamente menos reconocidos de la historia. Si, con su paso por GUNS N ROSES allá por los 2000’s ganó mayor reconocimiento ante el público masivo, pero hoy en día son muy pocas las personas que saben de su existencia, y si hablamos de haber escuchado algo de su extensa carrera solista, mucho menos. Con esta review mi intención es abrir el fantástico mundo de “Cabeza de Balde”.

Desde hace ya un buen tiempo que Brian viene editando CDs de a montones bajo la serie conocida como “Bucketheadland Pikes”. Al día de hoy no queda del todo claro el por qué de lanzarlos bajo esta etiqueta en vez de como simples LPs de estudio. La catarata de álbumes que edita de manera independiente puede ser un poco abrumadora hasta el punto de editarse 4 o 5 CDs…¡en un mismo día! Si, Brian pareciera tener una fuente inagotable de inspiración. Y este año la inspiración rindió múltiples frutos (27 discos de estudio para ser más exactos), siendo uno de ellos Waterfall Cove.

De carácter instrumental -como la enorme mayoría de toda la música de BUCKETHEAD– los 4 tracks que lo conforman transitan senderos acústicos con eventuales aportes de la guitarra eléctrica que lo caracteriza. Es sabido que al guitarrista le encantan los punteos furiosos y frenéticos, llenos de virtuosismo, y este álbum tiene su cuota. Por suerte no al punto de cansar como le ha pasado en otros lanzamientos.

Entre su extensa discografía probablemente ya hayas escuchado algo como la inicial “Waterfall Cove”, pero aún así logra conmover como si nunca hubieras escuchado algo similar. “Whispers Way” podrá ser algo extensa, pero uno de los mejores atributos de este artista es su capacidad para componer piezas que te dejen sumido en un hermoso trance. Por el tipo de corte entre tema y tema, “The Barren Plains” pareciera ser una coda del track anterior, pero no me extrañaría que a la hora de grabar, se le de play al Pro Tools (u otro programa de grabación y mezcla) y BUCKETHEAD simplemente de rienda suelta a que sus dedos dancen sobre el diapasón para dar vida a varios tracks de un tirón. Por último, “9001” presenta un mayor grado de distorsión en las guitarras, intercalando pasajes calmados, y finalizando el relativamente corto álbum en una nota alta.

No hay realmente nada malo en este lanzamiento, ni nada forzado. Los tracks fluyen con total naturalidad y generan un clima de paz y calma que se percibe en pocos artistas. No hay que olvidarse que todo es instrumental, y que la música no aburra y te tenga atrapado durante la media hora que dura es un logro importante. A diferencia de otros guitarristas solistas que sólo editan música para demostrar lo rápidito que pueden ejecutar su instrumento y cuántas notas pueden meter en un segundo (llamada para Yngwie Malmsteen), la honestidad del excéntrico guitarrista lleva su música a otro plano, todavía más íntimo, más experimental.

Pocos estiran -si es que no los rompió ya- los limites como este multifacético músico. Estamos definitivamente ante uno de esos artistas que desnudan su alma a la hora de crear música. “Por amor al arte” es una frase que le queda corta a BUCKETHEAD.

Roger Alan Provan