¿Quién es R STEVIE MOORE? Analizamos «Cool Daddio: The Second Youth of R. Stevie Moore»Cinema RockReseñas por Facundo Guadagno - 03/07/202504/07/2025 En 1935, Walter Benjamin reflexionaba sobre cómo la reproductibilidad técnica alteraba radicalmente el aura de la obra de arte. Casi un siglo después, Cool Daddio: The Second Youth of R. Stevie Moore (2019) documenta la paradoja inversa: un artista que ha grabado más de 400 álbumes en su dormitorio durante cuatro décadas y que, justamente por esa hiperproductividad doméstica, había preservado su aura de autenticidad hasta convertirse en una leyenda urbana del underground. El documental de Imogen Putler y Monika Baran no es meramente el retrato de un excéntrico musical, sino la crónica de un encuentro imposible: el momento en que la lógica de la industria cultural finalmente alcanza al último refugiado de la producción artesanal.R STEVIE MOORE no solo es pionero del home recording en una era pre-computadora personal, sino «el padre del Lo-fi» y uno de los primeros artistas completamente inmersos en la ética DIY («do it yourself»), vendiendo su música directamente por correo sin intermediarios. Esta descripción, que podría parecer anacrónica en 2019, revela en realidad la vigencia profética de su práctica: Moore anticipó el ethos distributivo de la era digital cuando aún operaba con casetes y fichas bibliográficas como base de datos. Su «RSM Cassette Club» funcionaba con un catálogo xerocópiado que incluía títulos seleccionados y «coeficientes de escuchabilidad» – una suerte de algoritmo artesanal que precedió por décadas a las recomendaciones automatizadas.El título del film, tomado de una canción que Moore grabó y filmó por sí mismo en 1978, condensa la tragedia central del personaje: la juventud tardía como forma de resistencia cultural. A los 60 años, Moore emprende su primera gira mundial real, enfermo y sin recursos, encarnando lo que podríamos llamar, siguiendo a Pierre Bourdieu, una forma extrema de «capital simbólico» que jamás logró convertirse en capital económico. Su «segunda juventud» no es tanto una renovación como la revelación tardía de un valor que siempre estuvo ahí, esperando que el contexto cultural lo alcanzara. La película funciona como un estudio de caso sobre lo que Fredric Jameson identificó como la «lógica cultural del capitalismo tardío»: el momento en que incluso las formas más radicales de resistencia estética son incorporadas al sistema. Moore reconoce que «las corporaciones están cayendo» y que «ahora todos están haciendo DIY», pero esta democratización de sus métodos coincide paradójicamente con su propio agotamiento físico y creativo. En 2019, Moore anunció su retiro definitivo: «NO habrá tercera juventud», sugiriendo que el cansancio del pionero coincide con la masificación de su innovación.Lo más fascinante del documental es cómo expone la ambivalencia de Moore respecto al reconocimiento tardío. Artistas como ARIEL PINK, STROKES, DEERHOF, se declararon admiradores, y Pink compiló Ariel Pink’s Picks Vol. 1 (2011) como homenaje directo. Pero este endorsement de la nueva generación indie llega cuando Moore ya no puede capitalizarlo plenamente. Como observan las directoras, Moore «no se lo está poniendo fácil a nadie» durante la gira – una resistencia que puede leerse tanto como sabotaje inconsciente del éxito como fidelidad inquebrantable a su naturaleza antisocial.El film revela una tensión constitutiva del arte outsider: la «dificultad inherente de escribir sobre música outsider» radica en que «tomarla por sus propios términos se vuelve casi imposible». Moore había creado un sistema de producción y distribución completamente autónomo que funcionaba precisamente por mantenerse al margen de los circuitos de validación mainstream. Su «segunda juventud» documenta el momento en que esa autonomía se vuelve insostenible, no por fracaso interno, sino por éxito externo.Moore describe sus casetes como «un diario de sonido, algo muy personal; esto es lo que hago, escribir canciones y construir paisajes sonoros. Es casi una especie de enfermedad». Esta confesión involuntaria ilumina la dimensión patológica de la creatividad extrema: la hiperproductividad como síntoma de una compulsión que excede cualquier lógica comercial o comunicativa. Con más de 17.000 sesiones de grabación estimadas, Moore no solo documenta una vida, sino que la convierte en archivo sonoro total. En términos de la crítica cultural de Frankfurt, Moore representa lo que Herbert Marcuse habría reconocido como un «Gran Rechazo» (Great Refusal) exitoso: la negativa sistemática a participar en la industria cultural dominante. Pero Cool Daddio… documenta el momento en que incluso el rechazo más radical es recuperado por el sistema que pretendía evadir. La transformación del «hermitaño del dormitorio» en figura de culto coincide con la conversión del bedroom recording de «opción estética» en género comercializable.La «segunda juventud» de Moore funciona así como metáfora de la temporalidad diferida del arte underground: el momento en que lo marginal se vuelve central, pero ya es demasiado tarde para que su creador disfrute plenamente del cambio. Como observa un crítico, el film puede acusarse de ser «propaganda pro-Stevie» o texto «apologético», pero esa parcialidad es necesaria para documentar un fenómeno que la crítica mainstream había ignorado sistemáticamente durante décadas.El documental opera finalmente como elegía: no solo del propio Moore, sino de una forma de resistencia cultural que la digitalización ha vuelto simultáneamente omnipresente e ineficaz. Todos pueden ser R. Stevie Moore ahora, pero nadie puede serlo ya como él lo fue. Su «segunda juventud» es, en este sentido, la primera vejez del DIY como práctica verdaderamente disruptiva. Facundo GuadagnoRedactor en RocktambulosAntropólogo. Politólogo. Escritor.