“Citadel” de Ne Obliviscaris debería -según mis cálculos- cerrar oficialmente el ciclo de grandes lanzamientos de 2014. Lo cierto es que a nadie cercano al Metal cualquiera sea el género de elección, que no haya estado viviendo debajo de una piedra, le va a sorprender este disco, es más, me atrevo a afirmar: Ne Obliscari puede ser una de las mejores bandas recientes. “Citadel” sólo tiene por objeto confirmarlo.
Ahora bien, dicho lo anterior también debo puntualizar: Ne Obliviscaris es una banda que hace música selecta, compleja, para un público que entiende bastante más que el público promedio del Metal, ya que mezcla una cantidad de sonidos y estilos que pueden confundir fácilmente a los oidores más casuales o a aquellos atraídos por el sonido crudo, frontal y despiadado de, por ejemplo, el Black puro.
En “Citadel” se puede diferenciar claramente el elemento Progressive o Blackened Progressive como base fundamental sobre los que se colocan conceptos Avant-Garde, Sinfónicos y Death, amalgamados con un uso instrumental que sólo puedo calificar como exquisito. Tanto batería como bajo se regodean en una ejecución perfeccionista que unida a una guitarra de calidad, pero que en mi gusto podía haber sonado más, irrumpe el uso de un violín casi desconocido en estas lides, como no sea en géneros como el Folk.
El disco es magistral en su ejecución, aunque tiene zonas en las que deriva demasiado, se ensimisma por momentos, lo que a mi me gusta pero estoy convencido que muchos percibirán como zonas débiles. Sin embargo creo que “Citadel” no puede -al menos, no debe- ser escuchado sin haber pasado antes por “Portal Of I” (2012), el primer larga duración de estos australianos y de esa manera estoy seguro que eso que algunos pueden percibir como ‘letargia’ en algunos segmentos los que oigan antes su disco debut reconocerán como la continuación de un camino.
Y aquí quiero detenerme: Ne Obliviscaris no es una banda buena que está haciendo buenos discos, no. Esa sería una perspectiva limitada de lo que está pasando. Ne Obliviscaris está experimentando con un nuevo segmento dentro del Metal Progresivo/Sinfónico duro y posiblemente está ofreciendo el sonido más revolucionario desde que el Nu hizo aparición para afectar -negativamente desde mi humilde perspectiva- las ondas negras del Metal.
“Citadel”, con sus seis canciones, pero especialmente con Painters Of The Rempest (Part II) – Triptych Lux, Pyrrhic y Devour Me, Colossus (Part I) – Blackhole, representan una forma exótica, intrigante y espectacular de enviar el mensaje que grandes bandas enviaron en su momento y junto con “Portal Of I” deben convertirse en una referencia en los libros que escriben de Metal.
Growls, voces limpias e instrumentos eléctricos y acústicos magistrales, elementos conceptuales Avant-Garde, intrincados ritmos y cambios vertiginosos en ellos salidos de lo mejor del Prog, sonidos todos que entremezclados transportan a zonas vaporosas del Sinfónico y luego se lanzan en picada a los avernos del Black, unidos a una producción prístina, hacen de este un trabajo para atesorar de una banda que pasará a la historia y de la que ya se escribe.