Con la intención de que quedara registrado para la historia, los finlandeses KORPIKLAANI visitaron Buenos Aires por ¿sexta vez? Ya perdimos la cuenta, pero lo importante es que esta vez llegaron dispuestos a mostrarle al mundo la clase de fanáticos que tienen en un lugar tan alejado de su tierra natal como lo es la Argentina. Los representantes del folk-metal llegaron al Teatro Vorterix cargados de cámaras y camarógrafos, quienes tenían la orden de capturar cada momento, cada detalle y llevar la energía del público argentino a las pantallas de cada fan de KORPIKLAANI alrededor del mundo.

¿Quien dijo que el metal no se baila? Lo que ocurrió el pasado 11 de Diciembre dentro de este conocido Teatro de Buenos Aires fue una fiesta total. Desde las bandas encargadas de amenizar las horas previas de este caluroso viernes primaveral, hasta los protagonistas de la noche, todo fue baile, tragos, pogos y música pesada. Si a alguien le queda duda de que se pueda fusionar el “mosh” metalero con los bailes campestres de la Europa medieval, entonces que no deje de ver el DVD que grabó la agrupación liderada por Jonne Järvelä, cuando esté disponible al público.

A las 21 hrs en punto se montó KORPIKLAANI sobre el escenario y a partir de ahí todo fue una locura, el público se tomó en serio su papel en el video que se estaba filmando y hubo pogos desde que sonó “Viinamäen mies”, el primer tema. Las cosas parecían que se calmarían un poco con el transcurrir del setlist, sin embargo la gente igual saltaba y agitaba sus remeras. La energía del público era reflejada en los músicos sobre la tarima, quienes no dejaron de mostrar felicidad y una actitud enérgica durante todo el show. Un violinista bailarín, un enérgico acordeón y un bajista descalzo eran solo algunos detalles que complementaban el ambiente que la música propiciaba, además de la voz y presencia de Jonne con su traje blanco y dredlocks rubios, quien por cierto no interactuó demasiado con su público mediante la palabra, aunque si con gestos y se acercó varias veces a la baranda para saludar y cantarle a quienes ahí se encontraban.

El audio no fue el mejor, la guitarra falló varias veces y la voz no se entendía del todo, ni siquiera cuando Jonne hablaba entre canciones. Los problemas de audio llegaron a un punto tal que a los pocos segundos de haber comenzado a tocar “Ruumiinmultaa” debieron parar para solucionar los problemas técnicos. Jonne dijo “sorry” y la banda se retiró de la tarima sin explicar nada mas. Durante mucho tiempo la gente coreo el clásico “Oé Oé Oé Korpi-Klaani” pero pasaron mas de 10 min hasta que al fin salieron. Probaron guitarras y arrancaron, pero volvieron a parar y se volvieron a ir: seguían sin resolver el problema. Seis minutos más pasaron y la gente que gritaba y aplaudia, también bromeaba con cantos como “que salga Korpi la puta que lo pariooo”. Finalmente volvieron, y sin dar explicación reiniciaron el tema que habían cortado ya dos veces: “Ruumiinmultaa”, a partir de ahí la fiesta continuó como si nada hubiese ocurrido. Gente que tomaba y bailaba, solos y en pareja, que hacían pogos y saltaban juntos en el centro o aislados, esa era la constante cuando se daba un vistazo alrededor. Todos celebraban y sonreían, era una fiesta pagana.

Como era de esperar, el público se unió varias veces a cantar “ohhh Korpiklaani, es un sentimiento que no puedo parar…”, en una de esas ocasiones la banda se quedó inmóvil observándolos cantar, en lugar de comenzar el tema que seguía. Se miraban las caras y Jonne solo pudo decir “We love you”. La gente que colmó el teatro Vorterix esa noche estuvo animada durante todo el show, no descansaron nunca, siendo “Tequila” y dos de los últimos temas (“Pellonpekko” y “Happy Little Boozer”) los más coreados y bailados de la noche. Luego del encore volvieron por más y tras despedirse definitivamente, dos de sus más enérgicos músicos se quedaron para rendirle tributo al público con la corrida de la ovación, donde la gente gritaba cuando ellos levantaban los brazos (ver foto). Fue una emotiva manera de finalizar un show alegre y entusiasta, una fiesta que -sin contar el tiempo que duró detenido el espectáculo- duró exactamente dos horas. La banda se notó contenta con el recibimiento, mientras que los fanáticos se veían felices y satisfechos, o al menos era lo que se podía notar a simple vista. Esperamos ver muy pronto ese trabajo audiovisual y sabemos que todos los presentes en esa fiesta también, mientras tanto, podemos decir que fuimos parte de la historia de una de las bandas más importantes del Folk Metal mundial y es nuestro deber agregar esto: Gracias KORPIKLAANI.

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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados