Shows (Así Fue)

Lagwagon “haciendo amigos” nuevamente en Argentina: Así fue el We Are One Tour 2016

Una fiesta de Punk-Rock, Hardcore y Skate Punk se vivió el miércoles 2 de Marzo en Groove, locación elegida para la parada argentina del We Are One Tour 2016. Este festival-gira tuvo como anfitriones a los veteranos punk-rockers estadounidenses LAGWAGON, en su tercera visita a Argentina, acompañados por BELVEDEREMUTE de Canadá y los españoles de ADRENALIZED. Por parte del talento local, LOS PERROS ROUWKERS fueron las bandas soporte de esta genial fecha, quienes empezaron a rockear el escenario desde tempranas horas de la tarde.

Hardcore melódico con mucha técnica y prolijidad, de eso se trata ADRENALIZED. Los españoles tocaron ante un Groove bastante vacío (alrededor de 100 personas, la mayoría dispersas por la pista o haciendo la fila para comprar el merchandising oficial de las bandas), pero eso no detuvo la descarga de esta banda que, a pesar de la falta de un público más numeroso y receptivo, y de un sonido decente y más acorde a su estilo, repartieron patadas sónicas a ritmo de ametralladora. Vestido con la camiseta de la selección argentina de fútbol, el vocalista y guitarrista se mostró inconforme con la falta de público, debida en gran parte a lo temprano que les tocó subir al escenario, pero igualmente agradeció poder tocar en Argentina por primera vez y señaló que tiene familia en el país.

La banda en escena tiene una ejecución veloz e impecable y buena presencia. Lo más destacable: La galopante sección rítmica, veloces y poderosos riffs de guitarra, complejos solos de marcada componente melódica y épicas armonías de dueling guitars. Faltaría ver si la interacción con el público hubiera mejorado con el local más lleno. El bajista fue quien le puso la mejor onda, ya que no paraba de moverse y alentar a los pocos que estaban adelante. Una lástima que el sonido, sobrecargado de frecuencias graves, no dejara apreciar de la mejor manera su música, sobre todo por el hecho de que la voz en inglés quedaba opacada e inentendible tras la saturada masa sonora.

Un receso corto con música de LAMB OF GOD sirvió para mantener las energías bien arriba, mientras se preparaba todo para la siguiente banda. A las 7:20pm subió al escenario MUTE, quienes de entrada pusieron a la gente a moverse y cantar a todo pulmón su conocido “Bate’s Motel”. Ya la cantidad de público había crecido un poco en comparación a la hora anterior y los pogos no tardaron en nacer. A pesar de la genial actitud de los canadienses en escena, el sonido tampoco los ayudó, ya que nuevamente se escuchaba el bajo por encima de todo y la voz fue inentendible en la mayor parte del show. De todas formas esto no impidió que los más fanáticos saltaran, cantaran, gritaran y poguearan temas como: “Strangers Back Again”, “Fading Out”, “Nevermore”, “Wolf’s Den” y su festiva versión de “To Be With You” de MR. BIG.

“Estamos muy contentos de estar aquí otra vez. Aquí una canción de Thunderblast, se llama La Tempestad” – así anunciaba “The Tempest” Etiénne Dionne, talentoso baterista con la peculiaridad de ser co-vocalista junto al bajista, algo muy poco usual, sobre todo en el punk-rock. La buena actitud y el show de los músicos en tarima disimularon un par de errores instrumentales y desafinaciones en las voces. Los dos guitarristas: muy buena interpretación, incluso durante los enérgicos movimientos y saltos sobre el escenario. Los solos de guitarra fueron los momentos en los que mejor se escuchaba el conjunto. Lo mejor de la banda: Su presencia y actitud, buena disposición e integración con el público,  los solos de guitarra y las piruetas de todos (incluido el baterista, que a pesar de tocar y cantar, conseguía espacio para hacer volar sus baquetas o darle vueltas entre sus dedos). A mejorar: Afinación de las voces.

Los MUTE se despidieron luego de un set de 35 minutos, dando espacio a sus coterráneos BELVEDERE. “Hi, we’re Belvedere, from Canada” – (Hola, somos Belvedere de Canadá). Tras responder a alguien del público que Scott, guitarrista de la banda, no había podido venir por compromisos personales y que trajeron a un reemplazo, la banda dio inicio a su set, moviendo al público con su acelerado Skate Punk. Varios no podían creer que estaban viendo a los canadienses, que anunciaron su separación en el 2005, para volver en el 2012.

El sentido del humor fue el aderezo que acompañó la potente descarga de BELVEDERE, ya que no paraban de decir chistes y bromear sobre el escenario, entre canciones e incluso mientras tocaban. El bajista Jason Sinclair hacía bailes y mostraba sus músculos al público haciendo caras graciosas, alentándolos a que dieran todo en el pogo. En cierto momento, cantó “Steve-o, Steve-o, oe oe oe oe”, coreado por el público, a lo que respondió “ohh, you know the Steve-O song” – (ohh, conocen la canción de Steve-O). Steve Rawles, vocalista y guitarrista, aprovechó el micrófono en varias oportunidades para decir unas cuantas cosas en un forzado español: “Mi zapato es azul, su pantalón es gris”. Al empezar el show, bromeó con el himno de Canadá y dijo que era su primera vez en Argentina, para luego empezar a decir algunas de las cosas que había aprendido en español desde que llegó: “Recoleta, San Telmo, Empanadas, Parrilla…”

El pogo se hizo cada vez más grande a poca distancia del escenario. Había mucho espacio vacío debido a la poca asistencia, razón por la cual, Sinclair bromeó: “Do we smell like shit or what? I know I smell like shit, but come on!” – (¿Olemos a mierda o qué? Yo sé que yo huelo a mierda, pero ¡vamos!) incitando a los presentes a acercarse más al escenario.

Durante los primeros 20 minutos de la presentación de BELVEDERE, el sonido seguía con problemas de saturación de graves y altos niveles de presión sonora, lo cual hacía muy difícil que se entendiera todo. Una solución temporal para estos casos es taparse los oídos con el trago, esa pequeña parte saliente del oído externo que al presionarla tapa el conducto auditivo, creando así un filtro pasa altos que permite una mejor inteligibilidad. Digo temporal, porque es bastante incómodo tener que estar tapándose los oídos en un concierto, pero no fui el único que adoptó esta medida. Otros, en cambio, hicieron las cosas como corresponden y se protegieron los oídos con tapones acústicos. Excelente decisión, a mi parecer.

De vuelta a BELVEDERE. Hacia la segunda mitad de su presentación, el sonido mejoró, por suerte. El baterista es una máquina de precisión y velocidad y los demás instrumentos suenan como una patada en la cara bajo la guía de ese poderoso martilleo del bombo. Los más fanáticos estuvieron muy animados en el pogo, incluso hubo crowdsurfing, algo que fue visto con malos ojos por los seguridad de Groove, quienes apuntaban con láseres a quienes lo hacían (This is a fucking punk show, are you kidding me?). El cantante pidió un aplauso para las demás bandas y animó a todo el público anunciando a LAGWAGON. Ya hacia el cierre, la banda tocó su conocido “Closed Doors”, el melódico single de “Fast Forward Eats The Tape”, uno de los temas más pop-punk de la banda, que fue acompañado a voces por casi todo el público. La banda terminó cerca de las 9 de la noche y ya todo el mundo se preparaba para el plato fuerte del festival.

A pesar de que llegó más gente hacia esa hora, Groove no se llenó a la capacidad máxima, con lo cual hubo espacio considerable y cada quien tuvo la libertad de ubicarse donde mejor le pareciera para ver a Joey Cape y compañía. Moverse de atrás hacia adelante para apreciar a los músicos bien de cerca, o salir de adelante para ir al baño o a comprar una cerveza no fue, como en tantos otros casos, una batalla campal (a menos, claro está, que quisieras pasar por medio del moshpit)

Hacia las 9:30pm, los nervios y la ansiedad se apoderaban de todos y cada uno de los presentes. La música estaba fuerte y pesada… los ojos de todos, expectantes, observaban la labor de los roadies y el staff  sobre el escenario, sumergido en luces rojizas tenues. De repente, la música se interrumpió. Un breve silencio, seguido de música disco… Unos segundos más… JOEY CAPE, birra en mano, baja las escalinatas hacia el escenario y se encienden las luces. El público estalla en gritos y aplausos… Dave Raun, Chris Flippin, Joe Raposo, Chris Rest… ¡LAGWAGON!

Ya en el escenario, se tomaron el tiempo de saludar y bromear un poco. “Ok are you guys ready? Here we go!”… empezó el riff muteado de “After You My Friend”, ese himno que abre Let’s Talk About Feelings (1998) y la gente empezó a cantar al instante. Sin pausas, tras un eufórico “¡Buenos Aires!”, le siguió “Falling Apart”. La banda empezó con un ánimo y energía que mantuvo durante la mayor parte del show. A Cape se le notaba de buen humor,  dio la impresión de estar disfrutando estar allí.

El sonido durante LAGWAGON mejoró considerablemente en comparación a todas las bandas anteriores: bajaron los decibeles y la voz de Joey se escuchaba bien al frente, con una sólida base instrumental detrás, homogéneamente mezclada. Al comienzo parecía que sonaba muy bajo, debido al contraste con los altos niveles a los que nuestros oídos se habían acostumbrado durante las horas anteriores, pero luego de una corta adaptación, se pudo disfrutar de todo el set sin nada que criticar en cuanto a audio.

“Party? I like to party!” dijo Chris Flippin antes de anunciar un tema de Trashed (1994): “Island of Shame”, al cual le siguió “Violins”, cuyas melodías de guitarra fueron coreadas por el público, que no paraba de moverse, saltar y agitar el pogo. Joey bromeó acerca de la estatura de Flippin, cuando este se puso un sombrero violeta en la cabeza durante el interludio de “Never Stop”,  tema al cual le siguió el single de su más reciente producción Hang (2014): “Obsolete Absolute”, un oscuro viaje progresivo que explora nuevas facetas de la creatividad de la banda y de la voz de Cape.

En cuanto a la ejecución, todo se escuchó prácticamente igual a los discos, salvo algunos fills del baterista Dave Raun, improvisaciones en los solos de ambos Chris (guitarristas) y una que otra nota fuera de lugar en la voz de Joey, pero nada del otro mundo. El bajista Joe Raposo no paró de saltar y moverse, además de proporcionar muy buenas segundas voces. La buena energía que transmite LAGWAGON en escena es increíble, tienen esa magia de conjunto que solo la otorga la experiencia y los años tocando juntos. Para el recuerdo: Los momentos de armonías a 4 voces, con Joey, Chris F., Joe y Chris R. cantando todos al mismo tiempo.

Siguieron temas como “Sick”, “Know It All”, “Burning Out In Style” y “Made Of Broken Parts”, estos dos últimos también de Hang. Durante el solo de “Coffee And Cigarettes”,  el pequeño Joey Cape le dio a Chris Flippin (casi el doble de alto, un contraste gracioso y algo absurdo) un trago de cerveza, para lo cual se tuvo que poner en punta de pies y estirar el brazo mientras el guitarrista tocaba.

“Is that a score of how many dead friends I have?” – (¿Eso es una lista de cuántos amigos muertos tengo?) dijo bromeando Flippin, señalando una remera que tenía alguien en el público con los nombres de tres amigos fallecidos de la banda. El fanático la lanzó y el guitarrista la mostró al resto, tras lo cual, Cape añadió: “Muchas gracias, mi amigo… We got a song coming up for that t-shirt man, thank you, that’s really sweet of you” – (… luego viene una canción para esa remera, amigo, gracias, es muy dulce de tu parte). Así, luego de “Western Settlements”, LAGWAGON tocó “Heartbreaking Music” en honor de todos los amigos que han perdido y de todas las personas que han perdido a alguien especial.

El público de la parte delantera estuvo bastante movido durante la hora y media del show de los estadounidenses, sin dar un respiro al pogo y al crowdsurfing, mientras que los que se encontraban más atrás estaban bastante tranquilos, pero cantando las canciones. Luego siguieron “The Cog In The Machine” de Hang, los conocidos “Alien 8” y “Making Friends” y el tema seguramente más esperado por la mayoría: “May 16”, famoso por ser parte de la banda sonora del videojuego Tony Hawk’s Pro Skater 2. La gente la cantó a gritos y coreó cada melodía del tema de principio a fin.

Al finalizar, Cape y compañía se tomaron un anunciado descanso, tras el cual el frontman volvió con guitarra acústica para bajar un poco la velocidad y proporcionar el momento emotivo de la noche. Cumpliendo con su promesa de tocarla en cada show, Joey interpretó una melancólica versión de “International You Day”, de NO USE FOR A NAME, en honor del vocalista de esa banda, su gran amigo Tony Sly, fallecido en el 2012. El público coreó “Tony, Tony, Tony”. Cape aprovechó la ocasión para tocar “Burden of Proof/Reign”, con la cual, tras un “enough of that shit” – (suficiente de esa mierda) se le unió el resto de la banda.

La banda cerró su set con dos temas de su tercer álbum Hoss (1995): “Sleep” y “Razor Burn”, este último con esa emocionante estrofa final cantada a todo pulmón por el público: “Come all be faithful, joyful and triumphant. I am a new man, I have a beard of shame”. Joey Cape se despidió con un “Buenas noches, Buenos Aires”. Los demás también dijeron sus agradecimientos para luego lanzar sus púas, baquetas y botellas de agua al público antes de dejar el escenario.

LAGWAGON demostró que a pesar de que la mayor parte del público joven haya migrado hacia otros sub-géneros, el poder y la magia del punk-rock californiano siguen aún vigentes; y que no es necesario un éxito comercial abrumador o darle de comer al mainstream y la industria para seguir haciendo la música que te gusta y seguir viviendo de ella.

Muchas personas quedaron satisfechas con el festival, los comentarios de la mayoría fueron positivos, tanto para LAGWAGON, como para el resto de las bandas. Si bien la locación no estuvo llena a máxima capacidad, hubo gente que incluso vino desde otras provincias solo para el show.

La organización estuvo muy bien y los tiempos entre banda y banda fueron increíblemente cortos. Sin embargo, tal vez estirando el festival una hora más hacia el final, se le hubiera podido dar más tiempo en escena a las bandas soporte y a las primeras tres bandas, que tocaron 40 minutos o menos.

En conclusión, hay LAGWAGON para rato; y también hay mucho talento nuevo en la escena del punk y el hardcore. Ojalá se sigan haciendo este tipo de fechas en Argentina y el resto de latinoamérica, con más bandas geniales, con mejores condiciones de sonido y una mayor convocatoria.

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Todas las fotos fueron tomadas por Diana Clemente para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

Daniel D. Hernández

Estudiante de Comunicación Audiovisual y Producción Musical. Músico, Cinéfilo, Melómano y Crítico. Baterista fundador de Breakdown