Forjando el Culto: Así suena “Popestar” de GHOST, su nuevo disco de Covers #ReseñaDestacadaDiscos (Así Suena)OXDReseñas por Facundo Guadagno - 20/10/201603/01/2017 Pasó un año desde que GHOST esgrimió su propuesta en Meliora (2015), supuestamente el álbum que sería la superación cúlmine de su obra hasta ese momento, tal cual lo concebía la banda. Por más de lo que los medios hayan dicho respecto a si el disco era bueno o malo, las presentaciones en vivo siguieron flaqueando, tal vez con la presentación acústica en Amoeba 20 de Agosto del 2015 como el exponente cabal de que GHOST es una banda de estudio, con causa única en Tobias Forge o Papa Emeritus y sus carencias vocales durante las performances en los escenarios.No obstante, la base de fans se mantuvo y llegó a nuevos públicos, como también perdió seguidores. En cualquier carrera se corren riesgos y no puede complacerse a todos, por ende, la situación era normal. Pero el anuncio de Popestar – otro elocuente título para GHOST, una máquina de generar marcas registradas – sigue con la tradición de editar un EP de covers luego de un disco de estudio – lo mismo había ocurrido con Infestissumam (2013) e If You Have Ghost (2013) – y responde al patrón de una de las bandas de Rock más pensadas en términos estratégicos: no sería librado al azar otro tributo a sus influencias, ya que ésto esconde intenciones muy claras.Desde un principio se puede ser un unánime en un punto: GHOST sabe respetar el código “vieja escuela”, es decir, un arte con un concepto y un guiño en todo el álbum a sus mentores musicales. De hecho, Popestar es un disco de covers. Esto es absolutamente saludable en una era donde escuchar un disco con tranquilidad es como pedir tener tres pies o que un perro sepa multiplicar. Hoy es casi inconcebible que se le preste atención al arte, al concepto o a las letras, pero GHOST sabe lo que representan en el imaginario del público metalero y, como resultado, saben que están cumpliendo sus sueños de que la gente se involucre realmente con la música, como bien lo han dicho en varias entrevistas o el mismo Tobias Forge expresaba lo mismo con Pink Floyd desde su cuenta de Twitter, hace ya mucho tiempo atrás- El aparato de papaganda no es tan siniestro cuando se lo propone. GHOST rescata a enormes artistas del pasado que, injustamente, no tienen el reconocimiento que se merecen. Anoten: Echo and The Bunnymen, Eurythmics e Imperiet – desconozco a Simian Mobile Disco, pero por lo poco que escuché me parecieron una banda más que interesante. Pero indiscutiblemente no llegan al status “de culto” del que gozan las otras bandas versionadas en este disco -.“Square Hammer” es la pieza que abre el disco. He aquí una de las más imponentes composiciones de Rock mainstream que se pueda concebir en todo el año: cuaja perfecto para cualquier FM de clásicos; no sé si le cabe el rótulo de “obra maestra” en relación, claro está, al respetar la fórmula del hit y salirle tan bien, pero el resultado es excelente. El riff tiene el punteo justo y el verso está construido con la clásica melodía vocal y un trasfondo de instrumentos. ¡Pero qué bien lograda que está la sección vocal! La voz de Tobias Forge dibuja las notas perfectas para la sutileza y el aspecto macabro de la composición. Rock/Pop directo, sin muchas complicaciones, pero con una mezcla de primera línea: una constante en toda la obra. “Nocturnal Me” de Echo and The Bunnymen es una parada muy complicada ya que no es nada fácil estar comparándose con los alternativos de Liverpool, pero a fuerza de una instrumentación medida, en particular en lo que refiere a teclados y batería, la versión logra ser respetable y, más aún, cobra su propio encanto. La voz de Emeritus continúa oscilando entre la fragilidad macabra, con sus armoniosos quiebres, y la tenaz oscuridad. “I Believe” es, por lejos, la mejor reversión que realiza GHOST en esta obra, reinterpretando la canción de Simian Mobile Disco a un Pop mucho más orgánico, con mucha presencia de pads y órganos. Esto no es fácil cuando la canción original se refiere a una estructura tan marcada como la música electrónica; por eso la labor de GHOST es loable.Luego, si bien está bien lograda, “Missionary Man” falla al poner en un mismo lugar la voz de Annie Lenox y la de Papa Emeritus, ya que la primera deja en una pésima posición a la segunda, que durante toda la canción es irritantemente nasal. Y al final, los bombos y los platillos para la épica de “Bible”, mientras que llega el culto – junto a las regalías – para los suecos de Imperiet, los autores de la canción, que aquí está cuidadosamente trabajada para ser un final con un trabajo destacado por cada instrumento. Aún así, cabe destacar que la voz de Tobias Forge parece seguir estancada, aunque menos que antes, como si no pudiese explorar otras facetas más allá de las notas a las que nos tiene acostumbrados. Al menos, aquí pudimos conocerlo de manera más suelta y efectiva que en ocasiones previas. Un comentario de Youtube para “Square Hammer” afirmaba que GHOST son los Kiss de esta generación. No coincido en lo sustancial, pero en la forma en la que la banda se promociona, esa metodología salvaje que hace sagrado a un objeto mundano, es en lo que más se parecen. Sus shows en vivo continuarán siendo tela de debate hasta que Papa Emeritus no se decida a hacer algo con su voz, mientras que en estudio, esta vez, la banda fue excelente: no solo dejó buenas canciones, sino que se preocupó por dar un concepto, una estética y un camino a seguir para los melómanos o, simplemente, para personas que quieran conocer un poco más de música. Discográficamente, GHOST vuelve a poner la vara alta. Veremos cuánto dura la efervescencia de Popestar, uno de sus trabajos más logrados hasta la fecha, hasta que la máquina de propaganda vuelva a tragarse todo nuevamente.Recomendados: Todos. El disco es muy corto.Facundo GuadagnoRedactor en RocktambulosAntropólogo. Politólogo. Escritor.