El lunes 27 de febrero, a 26 años de su formación, luego de multiples modificaciones en su line up e incluso un cambio de recinto por uno de mayor capacidad, se dió la primera visita de los austriacos BELPHEGOR a tierras porteñas, más precisamente en el Teatro Vorterix, en una nublada tarde que permitió a los heavys vestir sus prendas más oscuras, condición casi obligatoria en shows de esta índole.
La velada arrancó desde temprano, aún cuando muchos asistentes se encontraban en la puerta haciendo tiempo, con UNSOLVED; el trío de San Miguel de Tucumán trajo su Death Metal de la vieja escuela, muy bueno y potente por cierto. Como el tiempo apremia en este tipo de ocasiones y al ser la primer banda de la noche, su set fue corto, pero las canciones extraídas de su primer EP Torturando Prisioneros (2016) bastaron para llevarse los aplausos y la aprobación de los pocos que vieron su show desde el inicio y quienes se sumaron luego de oírlos desde la calle.
Pasó un rato y el recinto ya estaba mucho más lleno, esto no es casualidad dado que el siguiente show era uno de los más esperados: EXSANGUINATION THRONE. Ya se habían presentado en Argentina previamente, pero la oportunidad de telonear a BELPHEGOR les daba cierto status e importancia, además de mucha visibilidad frente a quienes no los conocían. Los dominicanos se llevaron la segunda ovación de la noche, tan meritoria como la que recibió UNSOLVED, aunque mucho más ruidosa por la cantidad de gente que se encontraba durante su recital.
Con 13 años de carrera el grupo solo cuenta con un LP, At The Inside of Darkness (2011), cuyas canciones parecieron no ser nuevas para gran parte del público que las coreó a viva voz; medalla de honor para Shub Niggurat, su vocalista, quien arengó y levantó al público constantemente, dejando así el escenario caliente para lo mejor.
Con el local casi lleno y luego de haberse probado los instrumentos con el telón abierto, los músicos de BELPHEGOR aparecieron desde el costado para tomar sus herramientas en una salida para nada épica, aunque eso no empañó el calido recibimiento de sus fans. Luego de una breve introducción el cuarteto salió a matar con “Bleeding Salvation“, “Gasmask Terror” y “Hell’s Ambassador“, todos pertenecientes a distintos discos, pero generando el mismo nivel de efervescencia en quienes estaban debajo. Es común que en los conciertos las canciones más ansiadas son aquellas que pertenecen a la obra cumbre del artista, mientras que en el resto del setlist siempre hay lugar para las hipotéticas modificaciones por parte del público; esto no sucedió el lunes por la noche; aunque claro está que hubo más festejo en “Lucifer Incestus” o “Conjuring the Dead“, no hubo momento alguno en el que el famoso pogo no se hiciera presente, y esto lo pude reafirmar ya que luego del show no oí ninguna queja acerca de la lista de canciones, sólo elogios para las bandas y el atronador sonido que el Teatro Vorterix nos brindó.
El único que interactuó con el público fue Helmuth, aunque esto no fue más que la presentación de las canciones en voces guturales y alguno que otro “Argentinaaa”, también pudriendo su voz. Claro que nadie esperaba más que esto, la busqueda de BELPHEGOR en sus presentaciones en vivo se centra en shockear visualmente y jugar a que uno realmente se encuentra envuelto en un ritual satánico, de ahí el maquillaje ensangrentado de los músicos y los cráneos de cabras al pie del escenario; si Helmuth hubiera conversado relajadamente y nos hubiese dicho lo mucho que nos quiere, se hubiera perdido un poco el misticismo, ¿no?.
Luego de un receso, los músicos volvieron para cerrar con “Pest and Terror” y “Blood Devour This Sanctity“. Pensemos que si bien estamos hablando de una banda ya establecida y madura, creo que nadie esperaba que una banda tan extrema proveniente de Austria copara un Teatro Vorterix en su debut en el país. Si me pongo romántico, puedo llegar a imaginar que cuando los muchachos de Slayer escribieron la letra de “Black Magic” estaban pensando en noches como las que años más tarde oficiaría BELPHEGOR.