Not too old to rock n’ roll: OPETH volvió a «hechizar» Buenos Aires #CrónicaDestacadaOXDReseñasShows (Así Fue) por Frank Hernández - 15/04/201706/07/2017 Nuevo disco, nueva gira, nuevas expectativas. Eso es lo que ocurre cada vez que una banda anuncia nuevo material y si se trata de una de esas que cuentan con nuestra idolatría, la expectativa es mayor. OPETH es una de esas bandas que, sin ser lo más popular del planeta, cuenta con muchísimos fans reales, de los que compran discos y mercadería y están ahí año tras año aunque el sonido de la banda varíe. Obvio que siempre habrán discos que nos agradarán más que otros y shows que nos complacerán más que otros, pero lo mas importante para un fan es que la esencia y actitud de la banda o su «misión y visión» -si habláramos de una empresa- permanezcan intactas cuando se montan sobre el escenario y en eso OPETH nunca ha fallado.Argentina sabe muy bien lo que es vivir una «experiencia OPETH«, puesto que ya los habían recibido en tres oportunidades y lo abarrotado que estuvo Groove esa noche del 8 de Abril para recibirlos por cuarta vez fue un claro ejemplo de que, si ya sabes lo efectiva que es la banda en vivo, vas a querer volver. Ojo, existe la posibilidad de que tal convocatoria también pueda deberse a la buena recepción que ha tenido su nuevo disco, aunque seamos honestos, en países sudamericanos como este, donde el metal tiene tanta aceptación -algo notable al ver la reacción del público cada vez que la banda toca un tema pesado (bien lo dijo Martín en nuestra entrevista)- es probable que sean más los seguidores perdidos que los ganados cada vez que OPETH hace un nuevo disco progresivo.La lluvia torrencial que inundó la ciudad ese sábado desde la tarde, hizo que llegar a Palermo se hiciera complicado para muchos, sin embargo los más fanáticos hicieron fila en la entrada del local desde temprano y soportaron toda el agua que les cayó encima con tal de apoderarse de una buena ubicación que les permitiera ver a su banda favorita sin inconvenientes. Al final del show bastaba ver sus rostros para entender que valió la pena el agua y el frío soportado. «Through Pain To Heaven«, ese conocido intro del Popol Vuh que la banda de Mikael utiliza en todos los shows, dijo presente una vez más en Buenos Aires y nos avisaba que todo estaba por comenzar. El intro acustico de «Sorceress» le seguiría y a partir de ahí un show que tuvo de todo para todos.Desde pasearnos por su nueva faceta prog-rock con «The Wilde Flowers» hasta llevarnos al clímax metalero con «Demon Of The Fall«, pasando por la melancolía de «In My Time Of Need» y clásicos como «Face Of Melinda», «The Devil’s Orchard» y «Heir Apparent«, la banda sueca nos restregó en la cara que no son nuevos en esto y su entrega en tarima es la misma de hace 20 años. Demostrando además, su capacidad para pasar de un estilo a otro en segundos, sin perder fuerza ni emotividad.Una vez más nos encontramos con un Akerfeldt conversador y bromista, que no paró de hablar con sus fans y hasta intentó algunas palabras en español. Se atrevió a devolver, con señales, el saludo de amor que una fan le hacía desde el público y mientras con sus manos dibujaba un corazón dijo, entre risas: «Ya estoy muy viejo para hacer esto… Pero no demasiado viejo para el rock n’ roll». Venía de muy buen humor.Los temas pasaban uno a uno y la gente descargaba sus energías en el pogo para luego recuperarse durante los temas suaves. Martín aceptó esta vez la invitación de Mikael a tomar el micrófono y decir algunas palabras pero su mensaje fue opacado por un grupo de borrachos que desde el público no pararon de gritar «Tirame una púa» en lugar de escuchar lo que el bajista tenía para decir. Por suerte ninguno de estos lamentables personajes que gritaban en los acústicos o durante los silencios de algún tema, afectaron el buen humor de Akerfeldt y cuando le tocó presentar a la banda, bautizó a su guitarrista Fredrik como «El Peluca» y se llamó a si mismo «Miguelito», provocando las carcajadas y aplausos de todos los presentes. La noche transcurría y con «The Drapery Falls» dijeron adiós y se fueron, pero la audiencia sabía que había más, por lo que nadie se retiró, por el contrario, continuaron coreando el «oe oe oe Opeth» hasta que uno a uno volvieron los músicos al escenario para interpretar «Deliverence» y así dar el cierre definitivo.Tal como nos lo dijo Martín en la entrevista que le hicimos previo al recital, lo que íbamos a encontrar esa noche no era nada diferente a lo que ya conocemos de la banda, simplemente a cinco músicos dándolo todo en el escenario y paseándose por sus mejores temas… Y así fue.No importa que tanto haya cambiado su género musical en los últimos discos, ni que tan distintos sean sus nuevos fanáticos, cuando Mikael Akerfeldt, Martín Mendez, Fredrik Akesson, Martin «Axe» Axenrot y Joakim Svalberg se suben a una tarima y ejecutan todo su repertorio no hay fan que se resista a lo que está pasando y no hay escéptico que no sienta el deseo de aprobar lo que sus ojos ven y sus oídos escuchan.Frank HernándezDirector en RocktambulosEscucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo. Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Daly para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados