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Volviendo al futuro, edición FOO FIGHTERS. Así suena “Concrete And Gold”, su nuevo disco

Cuando las bandas se convierten en referentes del género que interpretan, es inevitable que cada nuevo lanzamiento gire en torno a un conteo regresivo mundial. Un disco es esperado con expectativa independientemente de si la banda es popular o no, pero esa expectativa es mayor cuando quienes siguen al artista conocen la capacidad compositiva del mismo, y entienden que el nuevo trabajo puede ser “cualquier cosa”. Hasta no escucharlo no sabremos con qué nos encontraremos y por ello las ansias crecen.

Ese es el caso de FOO FIGHTERS, una banda que no para de experimentar para no aburrirse, sin preocuparse mucho por la repercusión de sus “inventos”. Tomando en cuenta que ya no son “el grupo del tipo que tocó en Nirvana” y se convirtieron en un monstruo musical que hace giras de estadios alrededor del mundo al mejor estilo de AC/DC y THE ROLLING STONES, lo cual acarrea una gran responsabilidad, es bastante arriesgado jugar a reinventarse cada vez. Su noveno disco (el primero con Rami Jaffee como miembro oficial) es esperado por millones de personas y finalmente ya está aquí, bajo el título Concrete And Gold. Hubo adelantos, sencillos, rumores y bastante información acerca de cómo se hizo el disco gracias a las entrevistas que abundan en internet, pero… ¿con qué nos encontramos aquí?

Once canciones componen Concrete and Gold, largas en su mayoría (+4min) y cada una tiene vida propia, no se parecen entre sí y nos muestran a unos Foo yendo continuamente del pasado al futuro, pasando por su presente, musicalmente hablando. “Yo no quiero ser rey, solo quiero cantar canciones de amor” es lo primero que nos dice un Dave Grohl solitario al mejor estilo de Bob Marley -con guitarra acústica- en “T-shirt”. Esa es la bienvenida que nos da el disco, un tema que arranca desde muy abajo y explota enseguida, mostrando lo que nos espera más adelante: arreglos corales, rock n roll vieja escuela y gritos que se mezclan con voces dulces, dejando alta la vara con esta breve y curiosa apertura.

Con “Run”, el segundo track y primer sencillo que dejaron escuchar, continúa esa línea rockera enérgica con la que finaliza el primer tema. De melodía pegadiza, tiempo alegre y constantes gritos, el tema te invita a saltar y descargar como si no hubiese mañana. La estructura de “Run” es como una fusión entre “Something from Nothing” y “Walk”, con ese mismo efecto y la misma inconfundible energía que FF ha instaurado como marca. La mala noticia es que de acá en adelante no habrá otro tema igual de enérgico en todo el disco, así que para quienes pensaron que -por haber revelado un primer sencillo tan heavy– el álbum completo vendría por esa linea, podría haber decepción.

Make It Right” se aparta un poco de lo que venía ocurriendo en los primeros temas y ofrece un ritmo sincopado y melodías que me recuerdan al sonido de las bandas indie. Al principio suena raro viniendo de los Foo pero luego en el coro vuelven a ser ellos y basta con escucharla unas tres veces para familiarizarse y agarrarle el gusto. Este es el tema donde participa Justin Timberlake y por lo visto Dave no mentía cuando dijo: “tuvimos que agregar algunos ‘ah ah ah’ para que el pudiera participar”, porque en efecto, el tema está lleno de coros de ese tipo, en distintas combinaciones.

El viaje al pasado comienza con el cuarto track, el ya conocido sencillo “The Sky Is A Neighbourhood”. Es un tema lento pero con mucha actitud, que pisa fuerte y te invita a mover la cabeza desde el primer beat. Con ese sonido tan LED ZEPPELIN y esos violines al fondo, se convierte en uno de los mejores del disco, sin duda. Alisson Mosshart de THE KILLS hace los coros en este y en el siguiente tema: “La Dee Da”. Lo que ocurre con éste último parece una curiosa fusión entre el rock más agresivo y el indie más bailable. El protagonismo del bajo hace que “La Dee Da” se sienta como si MOTORHEAD estuviera versionando a ARCTIC MONKEYS.

A partir de “Dirty Water” podemos notar como las influencias de THE BEATLES -y de las bandas de la era psicodélica del rock en general- comienzan a hacerse muy notables en este disco, sobretodo en temas que vendrán después como “Happy Ever After (Zero Hour)” y “Sunday Rain”, ésta última con Sir Paul McCartney en la batería. En “Happy Ever After (Zero Hour)” podemos escuchar a Grohl cantando tan solo con su guitarra acústica la mayor parte del tiempo, acompañado de coros, al mejor estilo del clásico “Blackbird”.

Lo curioso con “Dirty Water” -tema que incluye a Inara George como invitada en coros- es que comienza tan suave que parece una especie de bossa nova que se escapó del CD #2 del In Your Honor. Luego de ir creciendo en intensidad, explota en distorsión, sintetizadores y gritos, llevándonos de nuevo a querer agitar la cabeza al ritmo de ese FF que conocemos. No cabe duda que la banda sabe mezclar su sonido habitual con las nuevas experimentaciones y los estilos vintage que los han estado seduciendo desde siempre, aunque con más notoriedad desde Sonic Highways para acá.

Concrete and Gold tiene muy buenos temas, pero podría decir que “Arrows” es mi favorito. Un tema simple pero completo, que suena enérgico y melancólico a la vez, cuya letra habla acerca del sufrimiento de una chica a la que se le pasó el tiempo y no pudo tener hijos (eso entendí yo). No hay invitados aquí pero los coros no dejan de estar presentes, esta vez a cargo de Taylor Hawkins, quien además, se encarga de la voz principal en el uno de los temas: “Sunday Rain”.

La composición de éste último fue bastante particular, según le confesó la banda a varios medios. Por un lado, Dave compuso la música (de sonido muy britpop) pero no se le ocurría nada para la letra, solo tenía un título para la canción y a partir de eso Taylor escribió una letra que después Dave completó. Por el otro lado, el invitado especial (Paul McCartney) grabó la batería sin haber escuchado nunca el tema, solo con el esquema que Dave le mostró de cómo quería que fuera la canción. El resultado es notable.

En “The Line” nos reencontramos con un FOO FIGHTERS moderno, de melodías pegadizas y ritmos en “tempo allegro”, muy ellos, nada rebuscado, más bien simple y de fácil escuchar, tranquilamente podría ser el próximo single promocional. El cierre está a cargo “Concrete and Gold”, el tema que le da nombre al disco y el más lúgubre de todos, mi segundo favorito. Siento que tiene aires a PINK FLOYD y THE DOORS, alcanzando un sonido muy retro cuando comienzan los coros. Un coro que, por cierto, parece compuesto de muchas personas pero todas las voces fueron grabadas por Shawn Stockman, de Boyz II Man.

FOO FIGHTERS insiste, una vez más, en montarnos en su DeLorean y mostrarnos ese pasado musical con el que crecieron. La banda se aventura con esta producción y nos deja claro que siempre van a jugar sin miedo, pero lo importante es que mantienen su esencia y su sonido, demostrando su amor por la música de hace décadas, sin amarrarse a un patrón.

Concrete And Gold es un digno sucesor de Sonic Highways, llevan ese mismo espíritu innovador y esos aires de experimentación con la música retro (incluso el arte interior del disco es bastante vintage), además de que la mayoría de sus temas son claramente diferentes entre sí, dandole ese sentido de independencia a cada composición.

Frank Hernández
Director en Rocktambulos
Escucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo.
Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos
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