Cuenta la leyenda que a mediados de los setenta, el aquel entonces exvocalista y fundador de PINK FLOYD, Roger Keith Barrett, más conocido como Syd Barrett, salía de su Cambridge natal, en Inglaterra, para emprender un viaje sin rumbo, de forma anónima y haciendo autostop, por Europa. Llevaba consigo un bolso liviano, con lo justo y necesario, una guitarra acústica y un libro de poemas de su escritor favorito, James Joyce. El destino de esta travesía tendría como arribo final el enigmático monasterio de Oseira, ubicado en la provincia de española de Ourense, al noroeste de la península ibérica. Allí, Barrett, ya aquejado por los embates ocasionados por el consumo de drogas (especialmente de LCD), encontró un “oasis de tranquilidad”, apartado del mundo y de los excesos del rock and roll.
En este misterioso lugar, Barrett habría vivido como un monje más: desayunaba y cenaba con ellos. Leía. Escribía. Meditaba y dormía la siesta. De esa experiencia nació el misterioso -y aún no reconocido- disco Spanishgrass: twenty songs about space and siesta. “Hierbas españolas” habría sido grabado en el mismo monasterio de Oseira y editado sin fines de lucro por una pequeña discográfica de La Coruña. Cuenta la historia, además, que la unica cinta disponible de este álbum es guardada -a pedido del propio Syd- “bajo siete llaves”. Aunque “por el momento” solo se trata de una leyenda urbana, en Internet es posible encontrar cientos de artículos relacionados con el disco. Algunos, se aventuran a detallar el título de las canciones, inclusive, las letras de cada una de ellas.
Lo cierto -y lo “oficialmente” confirmado- es que Syd Barrett grabó dos discos como solista en toda su carrera: The Madcap Laughs y Barrett, ambos publicados en 1970. El primero de ellos, apareció en el mercado el 3 enero de 1970, dos años después de su salida de PINK FLOYD, tras participar en el álbum A Saucerful of Secrets (1968).
Eran tiempos difíciles para el joven Syd. El camino por el mundo de la música se hacía cada vez más estrecho y lejano, al igual que su mente, que se distanciaba cada vez más de la realidad. No osbstante, y como una manera de darle una mano a su amigo, sus excompañeros de banda Roger Waters y David Gilmour, y los músicos Malcolm Jones y Peter Jenn,se ofrecieron ayudarlo como productores en esta primera aventura como solista.
Las sesiones del disco comenzarón justo después de lanzar A Saucerful of Secrets, y no estuvieron excentas de problemas y contratiempos dado al estado mental de Barrett. Sin embargo, y después de dos años de trabajo, The Madcap Laughs finalmente vió la luz, un álbum descrito por muchos como caótico, autobiográfico, depresivo, incoherente, psicodélico y poético, pero a la vez brillante. Este disco, que en enero de 2020 cumplió 50 años, es en la actualidad una “reliquía” y una “joya” para aquellos amantes del rock progresivo y psicolodélico. Una vía de escape hacia una belleza incomprendida por muchos y alabada por otros.
El viaje a través de este laberinto llamado The Madcap Laughs comienza con “Terrapin”, un blues lento y pausado, con arreglos que por momentos suenan a destiempo. De una belleza y honestidad conmovedora, la primera estrofe es una hermosa y condundente declaración de amor: I really love you and I mean you/the star above you, crystal blue/Well, oh baby, my hairs all end about you (Realmente te amo, y me refiero a ti/La estrella encima de ti, cristal azul/Bueno, oh nena, mis pelos están de punta por ti). La versión que aparece en el álbum se grabó en una sola toma, el 11 de abril de 1969. El solo de guitarra y los arreglos, se hicieron el 26 de abril de ese mismo año.
“No Good Tryin” es un rock psicodélico, marcado por el sonido de guitarras disonantes. Una canción 100% Barrett. Después de esta “tormenta psicodélica” viene otra: “Love you”, otra canción con una letra lúdica que avanza como un mantra: Honey love you, honey little/ Honey funny sunny morning/Love you more funny love in the skyline baby.
“No man’s land” es rockera hasta la médula. We under all, we awful, awful, crawl/Because of you, to see me be (Estamos debajo de todo, somos horribles, horribles, nos arrastramos/ Por tu culpa, verme ser), cierra la última estrofa de la canción.
Los desiveles bajan, pero no la intensidad. La acústica “Darke Globe” es desgarradora y luminosa a la vez. La voz de Barrett parece rasgarse cada vez que canta (grita) en el coro: Wouldn’t You Miss Me (¿No me extrañarías?). Es uno de los puntos más altos del disco. A través de los años ha sido versionada por importantes artistas, tales como REM, Placebo y Chris Cornell (Soundgarden).
Syd Barrett era un reconocido amante del blues. No por nada el nombre de su banda madre, PINK FLOYD, proviene precisamente de dos de sus cantantes favoritos: Pink Anderson y Floyd Council. “Here I go”, al igual que “Terrapin”, es 100% blusera. Carece de arreglos psicodélicos. Es directa y sencilla y se desvance con la entrada de un hermoso solo de guitarra, poco característico en la música de Barrett.
Luego viene otro de los puntos altos del disco: la beatlesca “Octopus”. Aquí están todos los ingredientes de la música de Barrett: rock, blues, psicoledia y poesía. Please leave us here/Close our eyes to the octopus ride (“Por favor, déjanos acá/cierra nuestros ojos hasta el paseo del pulpo”), canta en el coro. La grabación de la canción tuvo 11 tomas y fue el único single promocional del disco, y el único de Barrett como solista.
“Golden hair” es misteriosa. La voz de Syd suena profunda y lejana, mientras canta (o recita) un poema de James Joyce. Las guitarras acústicas suenan limpias y van acompañadas de un sutil teclado y de unos platillos que suenan a lo lejos. La interpretación de Barrett es clara y magéntica.
Las guitarras acústicas continúan con “Long gone”. La canción va in crescendo en compañía del teclado hammond de Mike Ratledge (SOFT MACHINE). Es un tema que fácilmente podría haber aparecido en discos como The Piper at the Gates of Dawn o A successful of secrets. Producida por David Gilmour y Roger Waters, fue grabada en 1969 y requirió de una sola toma.
“She Took a Long Cold Look” y “Feel“, también grabadas en 1969 y producidas por la dupla Gilmour-Waters, son puras y sencillas. La voz y la lírica de Barret asumen el protagonismo en cada una de ellas.
Tras un comienzo fallido (incluido en la versión final del álbum), Syd le da a vida “If It’s in You“, una canción sencilla como las ya mencionadas “She Took a Long Cold Look” y “Feel”, pero desgarradora, apurada y hermosa al mismo tiempo. Una interpretación honesta, sin arreglos a los que estamos acostumbrados a escuchar en la música actual. Es la sinceridad en máxima expresión.
Al cierre, cómo no, vuelve la psicodelía y las guitarras eléctricas al más puro estilo VELVET UNDERGROUND con “Late Night“. Una canción reposada, perfecta para el final. Inside me I feel alone and unreal (Dentro de mí me siento solo e irreal), canta suavemente el “diamante loco” en el estribillo. El tema se diluye lentamente hasta cerrar este viaje a través de The Madcap Laughs.
Después del lanzamiento de este disco, y de su predecesor, Barrett (1970), el ex PINK FLOYD, atormentado por los fantasmas de su mente, se recluiría finalmente en la casa de su madre, en Cambridge. A partir de allí comenzarían a surgir todo tipo de mitos y leyendas. “¿Qué es exactamente un sueño?, ¿qué es exactamente una broma?'”, reza la letra de “Jugband Blues“, la última canción que grabó junto a PINK FLOYD. “Todo depende de cómo vemos las cosas y no de cómo son en realidad”, dijo alguna vez el célebre psiquiatra suizo, Carl Jung.