Con la enorme cantidad de bandas de Rock y Metal que llegan a Argentina todo el tiempo, y puntualmente a Buenos Aires, al final del día nada asegura que un show venda lo esperado. Todo es una feroz competencia por llevarse a los fanáticos para tu causa. Y a veces, incluso aunque la propuesta sea multi-atractiva como ver una leyenda viviente del Hardcore Punk que influenció a bandas de la talla de METALLICA y ANTHRAX, junto a una moderadamente establecida entre lo mejor del Thrash Metal actual, y a otra en ascenso que fusiona la violencia del Black Metal con lo más sucio del Rock and Roll de MOTORHEAD, puede pasar 2 cosas: o el público elige otra de las tantas ofertas, y/o directamente no tiene forma de pagar otra o ninguna entrada frente a una situación económica siempre complicada.
El desembarco de los británicos DISCHARGE junto a MIDNIGHT y HAVOK, en el marco del ‘Hell On Earth Tour’, originalmente había sido anunciado para Groove. Pero debido a la poca venta de entradas -algo francamente valiente y admirable de reconocer por parte de la productora- es que esta contundente grilla finalmente se trasladó al Uniclub del Abasto, un lugar mucho más pequeño. Una decisión que terminó siendo beneficiosa. Al menos en términos de convocatoria.
CUTRE y UNDERMINE fueron los soportes nacionales elegidos para alivianar la espera de los protagonistas de la noche. Debo decir que me pareció osada la decisión de empezar un evento tan temprano como son las 18 hs de un martes laboral, en un barrio…complicado, como mínimo, de acceder en esa ventana horaria. Pero afortunadamente un buen número de asistentes dijeron presente desde temprano para disfrutar de los sets de las bandas argentinas.
Cuando se retomaron las giras post-pandemia, una banda que se tomó su tiempo en volver fue HAVOK. E incluso después de reactivada la maquinaría con una gira ‘costa a costa’ por Estados Unidos junto a TOXIC HOLOCAUST en 2023, pasaría 1 año para que anunciaran su regreso a Sudamérica en el marco de esta gira compartida.
Técnicamente los oriundos de Colorado vinieron sin un álbum “nuevo” que presentar. Considerando que ya habían venido a presentar ‘Unnatural Selection’ (2013) y ‘Conformicide’ (2017), lo lógico es que lo mismo fuera a ocurrir con ‘V'(2020), ¿no? Lamentablemente su 5to álbum de estudio tuvo la desgracia de ser editado en la etapa temprana de la pandemia, cuando la ilusión era que la crisis sanitaria no se extendiese más que unos meses. Es así que si bien no vinieron a presentar dicha placa, sí fue la primera vez que tocaron ese material en Argentina.
Los liderados por el fundador, vocalista y guitarrista, David Sánchez, eligieron “Point Of No Return” del EP del mismo nombre para dar inicio a su 3er show en Buenos Aires. Lo primero que muchos habrán pensado cuando se corrió el telón seguramente fue: “¿por qué Pete Webber no está sentado en el kit de batería y Reece Scruggs ejecutando la guitarra líder?”. El monstruo de la batería se encuentra actualmente girando como sesionista en vivo junto a FEAR FACTORY desde el año pasado. Por su parte, el virtuoso guitarrista se encuentra haciendo lo mismo pero para MACHINE HEAD, también desde el 2023. Ambos no pudieron estar presentes esta vez.
Aunque en cierta manera la ausencia de estos 2 miembros fue decepcionante, Brett Vaughn Rechtfertig de PSYCHOSOMATIC llenó impresionantemente los zapatos de Reece, y Michael Ohlson de VEKTOR (su baterista desde 2020) fue fantástico tras los parches. A esta altura, no concibo HAVOK sin Reece ni Pete, pero tuvieron excelentes reemplazos temporales.
Sin embargo, quién se llevó todas mis miradas (no románticas jeje) fue Nick Schendzielos (JOB FOR A COWBOY) en el bajo, quien regresó a HAVOK después de abandonarlos luego de la gira de ‘Conformicide’. Es que para la presentación de esa placa, también en Uniclub, la energía de Nick elevó absolutamente la experiencia. Y para esta fecha fue exactamente lo mismo. El hombre lo da todo, es pura pasión, interactúa plenamente con el público posando para sus fotos, y se ve que la está pasando bárbaro. Además era su cumpleaños y el público argentino se lo festejó a puro pulmón.
Quién no parece haberla pasado taaaaan bien fue el líder del grupo, David Sánchez. Su anterior visita en 2018 no había estado exenta de problemas. Más allá del saldo positivo de esa noche, al fundador de HAVOK se lo había visto incómodo. O, como diría Scott Ian de ANTHRAX en su álbum en vivo, ‘Kings Among Scotland’ (2018): “no pareció estar divirtiéndose tanto como debería” (escuchen el álbum para entender mejor el contexto). Esta vez volvió ocurrir algo parecido, aunque sin los inconvenientes de esa 2da visita.
Al comienzo del set el sonido fue un poco difuso, pero mejoró rápidamente. Sin embargo, previo a que corran la cortina se lo escuchaba a Sánchez dar él mismo, no un asistente, indicaciones al sonidista. Personalmente sospecho que no le simpatizó volver al Uniclub y tal vez tenía expectativas de ‘subir un escalón’ al apuntar a un recinto como Groove. O tal vez fue el estrés de tener que ocuparse él mismo de asuntos técnicos que los integrantes de HAVOK no se encargan personalmente en otras partes del mundo. No son más que conjeturas, pero lo cierto es que -más allá de quejarse justificadamente del humo de cigarrillo; hay gente que no entiende…- su actitud fue bastante parca. Aún así, lo importante fue su performance, la cual fue ajustada.
El set de HAVOK repasó gran parte de su repertorio, aunque no hizo foco en ‘V’ más que para tocar “Fear Campaign” y “Phantom Force”. Sí sorprendieron con “D.I.A.I (Death Is An Illusion)”, una canción nueva todavía no editada, pese a que no la presentaron ni hicieron comentario alguno sobre ella. Con “Time Is Up”, track que la da nombre al álbum que los estableció a nivel mundial es que finalizó la 3ra visita del exponente del Thrash Metal de las bandas protagonistas de la noche.
Reconozco que cuando se anunció este show y vi la grilla dije “¡¿HAVOK abajo de MIDNIGHT?!”. Es verdad que el proyecto unipersonal de Athenar lleva poco más de 20 años de actividad, pero al ser su primera vez en Argentina, imaginé que iban a “testear el terreno”. Cómo me comí mis mis palabras…
Una vez que arrancó la intro “Funeral Bell”, -perdón mi francés- todo se fue a la mierda. ¡Qué debut ni debut! MIDNIGHT salió a tocar su mezcla de Black Metal y Rock and Roll como si fueran dueños del recinto, la cuadra, el barrio y la ciudad. Se notó que el grueso del público estaba compuesto por todos seguidores de la banda. Fueron recibidos como locales desde el minuto cero. No recuerdo un debut así de eufórico en todos mis años de periodismo musical. El orden de la grilla, en efecto, fue el correcto.
Athenar será el único miembro oficial de MIDNIGHT, y quién se encarga de grabar todos los instrumentos en el estudio, pero en vivo se hace de la ayuda de un baterista y un guitarrista mientras él se encarga del bajo y la voz. Los músicos que lo acompañaron fueron Iron Possessor tras los parches y, en teoría, Sorg Of Satan en las 6 cuerdas. Sí, dije “en teoría” porque un dato no menor para quién no conoce a los oriundos de Ohio es que se presentan encapuchados, con la cara tapada y todos usan alter-egos.
Con frecuencia Commandor Vanik es quien toca la guitarra lider en vivo, pero en esta gira estuvo ausente. Como no hubo una declaración oficial por parte de la banda -y con solamente disponible las cuentas verificadas del grupo, no así la de cada uno sus integrantes-, tuve que recurrir a fotos, comentarios de fanáticos en redes preguntando “¿por qué Vanik no está tocando con ustedes?”, etiquetas de Instagram, y también al reconocimiento de tatuajes (-.-) para saber quién estuvo y quién no esa noche en el Uniclub. Y así y todo no llegué a una confirmación al 100%.
Volvamos al show.
La comunión banda-audiencia fue total. Mientras MIDNIGHT desgranó material de todo su catálogo a fuerza del más sucio y desprolijo Black and Roll, el público devolvió con coros, pogo y también subiéndose al escenario. Hasta ese punto de la noche no había estado permitido subirse a la tarima, pero Athenar dio el pulgar para arriba, y hasta parecía encantado. Definitivamente sumaba a su frenética performance, y también cierto ‘peligro’.
Los ‘black and rolleros’ -ahggg, jamás volveré a usar este adjetivo- aprovecharon para tocar 3 canciones del recientemente editado, ‘Hellish Expectations‘ (2024). “Expect Total Hell”, “Mercyless Slaughtor” y “F.O.A.L. (Fuck Off And Live)” fueron las elegidas para representar su 6to trabajo de estudio. Diría que el sonido fue idóneo en su mayor parte, y cuando no lo fue, resultó coherente con la desprolijidad de MIDNIGHT.
Con una extendida versión de “Unholy And Rotten”, una de sus canciones más antiguas y original del ‘Midnight Demo’ (2003), los liderados por Athenar concluyeron su set, habiendo satisfecho a su rebaño de herejes, y seguramente sumando más fieles a su demoníaca causa. Me animaría a decir que fueron los grandes ganadores de la noche.
Después de que Athenas y Cía. se retiraran del escenario inocentemente me pregunté sí DISCHARGE, el ‘Final Boss’ (Jefe Final) de la noche, iba a poder superar ese nivel de caos y de entrega de la audiencia. Y nuevamente me equivoqué. Porque cuando la leyenda del Hardcore Punk salió a escena con “The Blood Runs Red” hubo pocos lugares en Uniclub donde resguardarse del mosh-pit que se desencadenó.
La lista de canciones se focalizó en el clásico del género y debut del grupo, ‘Hear Nothing See Nothing Say Nothing’ (1982), con la mitad de su tracklist siendo revisitado. El resto de la lista transitó por la gran cantidad de EPs que DISCHARGE cuenta en su catálogo, y otro poco en ‘Discharge’ (2002). Su último lanzamiento, ‘End Of Days’ (2016) también logró colarse entre los clásicos y joyas de antaño. Tiene sentido considerando que fue el primer álbum con Jeff Janiak -su actual vocalista-, con “Hatebomb” y “New World Order” como sus representantes.
Hoy por hoy la formación de DISCHARGE cuenta con 3 de sus miembros históricos. Rainy en el bajo, Bones en la guitarra líder, y Tezz en la guitarra secundaria. A ellos se suma David Bridgwood en la batería (en sus filas desde el 2006), y el corpulento Janiak. Considerando que sus integrantes más longevos son también lo de mayor edad, el factor energía se sostiene en sus miembros más jóvenes, especialmente en la voz. La presencia del vocalista, cómo se mueve, sus expresiones, poses y el enojo con el que encara su labor es lo que se mimetizó con la violencia debajo del escenario.
Aunque en MIDNIGHT la regla de ‘no subirse al escenario’ se había levantado, para DISCHARGE extrañamente volvió a estar en efecto. Digo que es extraño porque uno pensaría que para una escena donde es moneda corriente que los fans hagan eso, lo hubieran permitido. O bueno, al menos hubiera sido más coherente que permitirlo con los de Ohio. De todas maneras, eso no impidió que la audiencia desafiara ese límite, aunque fuera para abrazar a sus ídolos por unos segundos antes de que los de seguridad los agarrasen. A los músicos pareció no molestarle para nada.
Aunque sí hubo un episodio un tanto controversial durante “You Deserve Me”, que involucró cierto seguidor que se subió múltiples veces al escenario, feliz de compartir escena con sus ídolos, y un miembro del staff de seguridad que perdió la paciencia y no toleró que dicho individuo tomase el micrófono de Tezz de su lugar para cantar. Digamos que el fan fue devuelto al pit con poca amabilidad. Janiak pareció incómodo por el accionar, pero continuó con el show. “¿Y qué esperabas que pasase?” pensé. Pero analizando detenidamente la secuencia de los hechos llegué a otra conclusión…
Entiendo que en el Hardcore salir lastimado es algo totalmente normal; es parte de su folklore. Pero siempre hablamos de violencia al azar, random, aleatoria, no personal. Que un fan sea empujado por la espalda del escenario, caiga de cabeza y sea levantado por otros seguidores con un ‘huevo’ en su frente no tiene nada de azar. Se vio muy claro cuando el hombre fue echado con métodos maliciosos (“mala leche” diriamos en Argentina) de la tarima.
No pretendo ser el dueño de la moral, pero pudo terminar en una tragedia. ¿No hubiera sido mejor no permitir que nadie se suba al escenario en toda la noche, y no en algunos momentos sí y en otros no? Así nadie se confunde, nadie pierde la calma, y evitamos situaciones peligrosas innecesarias para el fan, el staff y la banda.
La intensidad del show fue siempre alta en todo momento. Por parte del público y de la banda. De hecho, “The Possibility of Life’s Destruction” y “Decontrol” fueron los últimos cartuchos de la noche, pero el show bien podría haber continuado. Sin mucho intercambio, DISCHARGE se despidió del escenario y dio por finalizada su 2da visita a Buenos Aires. Ojalá la próxima puedan venir a un recinto todavía más grande, pero es justo decir que dejaron al Uniclub prendido fuego junto a la ayuda de MIDNIGHT y HAVOK. Le hicieron justicia al nombre de la gira que los trajo, claro que sí.
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