¡HORCAS vive! Así fue su inolvidable show en Obras #Reseña

“Los sueños vívelos” rezaba el lema de la jornada, como también la canción “Sueños” de HORCAS, el grupo que se vestía de gala para un nuevo hito en su carrera: hacer un estadio Obras; efectivamente, ese era el recinto donde el grupo se presentaría el sábado 17 de agosto. Ya desde temprano podía divisarse a las hordas metálicas en los alrededores del estadio, bebiendo o escuchando música. La noche era histórica y no podía faltar la previa para celebrarla.

La noche comenzó con DARLOTODO, quienes gozaron de un sonido nítido, donde se pudo apreciar el bajo de Juan Francisco Massot, una marca de distinción para esa mezcla entre Nu Metal y Metalcore que con entereza luce el grupo. En ese mismo cuidado sonoro estaba la batería de Penumbrart y la voz de Lucas Aguirre. En esa ecualización entraba con firmeza la guitarra de Rod Zamora, también una pieza esencial para el distintivo sonido de la agrupación. No faltaron los invitados a las tarimas, como Knario Compiano (voz), de PLAN 4. Quizás esta notable calidad sonora o la potencia de sus canciones fueron causales para que el público estallara en aplausos luego de cada tema. ¡Incluso se animaron a “Roots Bloody Roots” de los eternos SEPULTURA! Una destacada apertura para el joven grupo.

A las 21:15 hs la espera había terminado. Intro de apertura y la figura de cada integrante de HORCAS podía verse entre las luces tenues. Y el show inició con “Rompo el Dolor”, un clásico de Eternos (1999) y ya podían apreciarse varias características que hicieron de esta noche inolvidable. En primer lugar, el estadio Obras estaba completamente lleno y, particularmente, en el campo la efervescencia del público era más que pronunciada. Circle pits en un lado y otro con entonaciones de cada canción. Después, un sonido perfecto donde cada instrumento podía apreciarse a la perfección. “Vamos a prender fuego Obras”, gritó Walter Meza (voz), aludiendo al clásico “Fuego”, que emocionaba cuando el recinto repetía “nunca olvides, al gritar esta canción que HORCAS vive”.

Toda la banda tuvo su tiempo para poder expresar su emoción ante el momento histórico que se estaba viviendo. Walter Meza y Topo Yañez, bajista del grupo, se mostraron muy sentidos, casi al borde del llanto. De cualquier manera, el tono general era de fiesta, con una puesta en escena ambiciosa: pantallas que ilustraban la canción de turno y transmisión del recital en las ubicadas al costado. “Qué difícil es elegir canciones”, comentaba irrisoriamente Meza; y es cierto, más de diez discos y tratar de buscar un equilibrio en el set no fue una tarea fácil, pero se logró, cubriendo cada década del grupo, incluso con rarezas como “Sin Lágrimas” de Reviviendo Huestes (2008).

Dado que esta celebración de HORCAS coincidía con la presentación de su más reciente trabajo discográfico, El Diablo (2024), que con su canción homónima, “Ciego Para Ver” y “El Infierno Que Inventás” parece preparar nuevos clásicos para los shows en vivo del grupo. Posteriormente, fue el turno de himnos y rarezas, como “Muerto En La Calle” o la inesperada “Miserable”, esta última dándole lugar a Sebastián Coria (guitarra) para que se luzca con uno de los riffs más pegadizos del grupo. Mención aparte para los jóvenes y más recientes miembros del grupo, Cristian Romero (batería) y Lucas Bravo (guitarra), quienes parecen tener años de experiencia sobre sus hombros con una actuación más que destacada, donde los desafíos no les pesan. Algunas voces de los presentes aseveraban que se trataba del mejor show de HORCAS, algo difícil de definir, pero cargado de emociones y un repertorio variado que duró dos horas y veinte. Como bonus, en “Esperanza” subió al escenario un niño que estaba entre el público, cantó la canción y se llevó unos palillos al confesar que él también era músico.

No faltaron las siempre presentes “Argentina, Tus Hijos”, la emotiva “Vencer” – dedicada al fallecido guitarrista y fundador del grupo, Osvaldo Civile – y “Solución Suicida”: ¡con stage dive de Walter Meza! Ya para la hora de los bises se escuchó la esperada “Sueños” y cuando parecía que no había tiempo para más, el himno “Destrucción”, de V8, se escuchó para que se desate la locura generalizada. No podría decir que fue el mejor show de HORCAS de todos los tiempos, como algunos fans afirmaron, pero claramente es un premio a la constancia, a la dedicación y a la lucha por los sueños, consagrando ya por fuera del nicho del Metal para pasar a los grandes nombres de la música argentina. ¡Felicitaciones!

Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.

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Facundo Guadagno

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