Desde aquel octubre de 1992, debut de AGNOSTIC FRONT en Argentina, hasta este último show, noviembre de 2023, hay más de treinta años que implican el paso de una generación: el Buenos Aires Hardcore, una movida que, si dejó un legado o no, merece una investigación aparte. Lo que sí persistió es un grupo muy fuerte, que supera los cuarenta, y que llenó Uniclub para ver a los oriundos de Nueva York en una época de crisis económica más que cruenta en nuestras latitudes. Como en aquel 1992, EDO fue de la partida. Hermosas coincidencias.
Antes que nada, la apertura comenzó con IANS, una banda que dejó todo en el escenario y, lastimosamente, nunca se pudo terminar de acomodar el sonido, más que nada por un micrófono en la batería que parecía explotar. Entre la violencia y destreza musical, no faltó el compromiso político ante las elecciones del 19 de noviembre que definirán al nuevo presidente de Argentina: “nosotros no nos comprometemos con ningún político, son todos una mierda, pero tengamos consciencia que no hay que negar a los 30.000 desaparecidos y que nosotros vamos a estar en la calle”, declaró el cantante, para luego clamar por la unidad de la escena hardcore. A esta altura, Uniclub se iba llenando progresivamente.
Para las 20:29 – sí, exactamente a esa hora – era complicado moverse por el recinto y EDO estaba sobre las tablas, con un excelente sonido – falló algún micrófono, pero se solucionó rápido – y se recordó la primera visita de AGNOSTIC FRONT a Argentina. Una enorme performance de estas leyendas, que nada tienen que envidiarle a un grupo de calibre internacional.
Y ahora sí, comenzaría el show más violento que me haya tocado ver. Piñas limpias, patadas, stage dives sin ningún agarre debajo, e incluso una botella de vino – que no se pierda la elegancia – serían algunos de los condimentos que harían al concierto de AGNOSTIC FRONT, que empezó con todo Uniclub, al menos su parte de adelante, siendo un moshpit con la seguidilla “AF Stomp”/”The Eliminator”. “Esta canción la hicimos con mi hermanito Freddy de MADBALL“, señaló el vocalista Roger Miret antes de “A Mi Manera”, quien intentaba cantar mientras se le trepaban encima y, de bonus, le desconectaban el micrófono entre idas y venidas. “Por favor, he tenido cirugías de cáncer, no se me cuelguen”, señaló Miret y, al menos, eso se detuvo.
El caso de Vinnie Stigma es algo aparte. Cuando iba como frontman él se convertía en líder absoluto e incluso en seguridad del grupo, como en “Pauly The Dog”, ya que varias veces se subió gente al escenario, desde la crew se los quiso bajar y Vinnie se lo negó rotundamente, invitándolos a quedarse sobre las tablas. Lo mismo al bajar al escenario: el caos constante que era el circle pit se detuvo para que Stigma se pasee tranquilo entre los presentes.
Muy prolijos, eficientes y con un sonido destacable fueron Craig Silverman (bajo) y Mike Gallo (guitarra), quien, además, daba unos coros que movían el piso. Afortunadamente, el sonido del baterista Danny Lamagna fue mejorando, porque en las primeras canciones del show un micrófono hacía que no se pudiera apreciar su performance. Es claro que Roger Miret tuvo una labor única, ya que tantas subidas al escenario hicieron que se rompiera su retorno, entonces, era imposible que se escuchara, además de que su micrófono se desconectó varias veces y pudo, con mucho oficio, conectarlo rápidamente y seguir con el show. Una notable muestra de profesionalismo.
“Dejo mi sangre en el escenario por Argentina, sangro por ustedes, los amo”, explotó Stigma, mientras Miret invitó a todas las mujeres presentes para que suban al escenario, y en un hermoso gesto permitieron que una chica en silla de ruedas pueda ir a la tarima, acomodarse, y quedarse por el resto del show, ya que era el momento de interpretar “Gotta Go”. “Tengo two iphones over here”, indicó el bueno de Miret y, ante la pérdida de esa gema que en Argentina cuesta una barbaridad, se pudo recuperar gracias a la atención del cantante. De hecho, y esta nota no es nada irrelevante, la mencionada canción sorprendió como sorpresa en el set, ya que no fue tan intepretada en 2023 (en comparación con otras épocas), como también “Take Me Back”, por ejemplo, y también la ya mencionada “Pauly The Dog”.
Un show de AGNOSTIC FRONT lleno de sorpresas, intensidad, profesionalismo, y un carisma que cualquier banda envidiaría. Una vara altísima y amplios deseos de que vuelvan por estas tierras. Si existe algún legado del Buenos Aires Hardcore es esta sensación de hermandad y de pertenencia a una música que clama por libertad y, antes que nada, pasarla bien, como en esta gran noche en Uniclub.
Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para Rocktambulos / Todos los derechos pertenecen a su autor