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El Refugio Es Para Débiles: VALOR INTERIOR Celebró Sus Diez Años En El Teatro Vorterix #Reseña

¡Es increíble lo rápido que puede pasar el tiempo! A lo largo de nuestras vidas pasan miles de personas, modas, la escuela, la universidad (en algunos casos), y muchas cosas más que resultan innumerables (pero ya se podrán dar una idea de lo que me refiero). Al final, todos esos recuerdos en conjunto terminan forjando lo que somos hoy en día. Es por eso que cuando nos acordamos de dichos episodios podemos ponernos muy felices o nostálgicos.

¿Se imaginan estar en una banda, tocar en vivo, grabar algún LP, firmar autógrafos, y de pronto darse cuenta que han pasado diez años? Unos dirán que si, otros que no, pero pocos toman conciencia acerca de lo que se ha preguntado. Quizás, porque hay bandas que ya han cumplido una década de estar juntos y todavía no pueden creer que, debido a la perseverancia y al sacrificio dado, hayan llegado lejos. VALOR INTERIOR es un claro ejemplo de resistir un millón de tormentas, problemas de todo tipo, y aun así seguir de pie.

Los muchachos provenientes de la zona sur del cono urbano bonaerense acaban de cumplir una década de música con todo lo que eso conlleva: risas; momentos de tensión, de cansancio, tristeza y alegría. Para celebrar su décimo año en conjunto, los chicos decidieron montar un espectáculo en el Teatro Vorterix de Buenos Aires. Por todo lo que significa, estuvimos presentes en el evento, para poder contarles cómo estuvo el show.

Eran las 19:00 del sábado 29 de abril, cuando en la esquina de Álvarez Thomas y Federico Lacroze comenzaba una fila compuesta principalmente por adolescentes que estaban esperando que abrieran las puertas del teatro, no solamente para estar adentro del lugar sin perderse la oportunidad de ver en vivo a todas las bandas,  sino porque también había un ejército de mosquitos grandes que atacaban ferozmente los cuellos y las partes descubiertas de los chicos. Cuando se hicieron las 19:30, el staff del evento recibió la orden de abrir las puertas y, como si se tratara de un enjambre de langostas, el público empezó a entrar desesperadamente al Teatro Vorterix.

Fue cuestión de unos pocos minutos cuando salto a la escena la primera banda: ALL FOR LOVE. A pesar de que el público saltaba a la vez que coreaban las notas hechas por las guitarras de Jhonatan Moreno y Damián Blanco, los sonidistas encargados de la banda cometieron ciertos equívocos, porque de a momentos bajaban o subían el retorno de los instrumentos sin sutileza alguna, haciendo esto último también con el volumen del bajo de Tito Placenti. Quizás sea esa la razón por la cual el vocalista del conjunto, Rodrigo Rabita, tuviera que dar más espectáculo visual dejando un poco de lado su canto. Por otro lado, el premio al integrante que más onda le puso al show sin duda se lo lleva el baterista, Ezequiel Benítez. No hay que pensar mal de los muchachos de ALL FOR LOVE, al contrario lo suyo fue muy bueno. Aquí, si alguien cometió imprecisiones fueron los del staff, no los músicos.

A las 20:30 aproximadamente, CORALIES saltó al escenario con mucha energía. El dúo de guitarras integrado por Joaquín Morello y Carlos Capeletti estuvo bien, al igual que Julio Di Benedetto en el bajo y Federico Patelli en batería. El cantante Julio Irigoyen quizás no mostró tanta puesta visual como se había visto en el show de la banda anterior, pero lo supo contrarrestar más que bien con la calidad de su voz. Pero, nuevamente, quienes se encargaban del sonido tuvieron ciertos problemas con el retorno en general: Cuando Joaquín quería hacer coros no se escuchaba con mucho volumen (además de que el redoblante de su batería tenía un sonido un tanto disminuido) y los integrantes no se podían escuchar entre ellos tampoco.

Resulta un poco injusto que haya pasado todo esto, porque la banda dio lo mejor y es necesario reconocerles su mérito. Cuando los sonidistas pudieron dar en el blanco con el sonido, la banda ya estaba por su último tema, es más, cuando terminaron su última canción, Julio Di Benedetto estaba conversando con la gente, y agradeciendo a los chicos de VALOR INTERIOR por el espacio, iban a tocar un tema más (encima era la primera vez que lo tocaban en vivo) cuando de pronto los organizadores le dicen que su tiempo había terminado y, de manera casi maleducada, les cierran el telón. Desde el palco sentí vergüenza, impotencia y quedé con ganas de escuchar más de CORALIES.

Ya se hacían las 21:15 cuando percibo que alguien me pisa los talones. Cuando me doy vuelta para ver quien fue, me percato que el chico era Diego Ortiz, el baterista de VALOR INTERIOR, que entró a la cabina del sonidista para configurar por su propia cuenta unas cosas (cabe destacar que en ese momento, los organizadores tenían problemas para poner el video de intro, previo a la salida de la banda principal). Luego de unos minutos en que no sabíamos que iba a pasar, se apagan todas las luces, abren el telón, y poco a poco van ingresando los miembros. El show arrancó con “Océanos”, para luego seguir con “Reconstruir”. No les puedo describir la emoción que observaba de la concurrencia cuando vieron a sus ídolos arriba de un escenario tan imponente como el del Teatro Vorterix.

Cuando los chicos hicieron “Ahogarme” y “Destino”, la gente no paraba de saltar, de cantar, y de sacar fotos. Costaba mucho pensar que lo que estaba viendo era real, porque parecía como si el público no se cansara nunca. Tampoco puedo darme una idea de lo que sentían los músicos de VALOR INTERIOR al ver semejante aliento por parte de la gente. Para colmo, los temas iban uno detrás de otro, haciendo del encuentro un desenfreno sumamente enérgico. La gente seguía alentando cada vez más, y tanto fue el jolgorio que hasta le cantaron el cumpleaños a la banda. Más tarde fue el turno de grandiosos temas como “Lo que ayer fuimos”, “La Infección” y “Permanecer”, que fueron muy bien recibidos por parte de la audiencia, además de que fueron ejecutados de manera impecable. Pasó lo mismo en otras canciones como “Consuelo” y “Hasta El Final”, donde la ovación estuvo presente.

Afortunadamente, más allá de esos problemas audiovisuales sufridos en el comienzo, el recital se disfrutó muchísimo, ya que el show de VALOR INTERIOR se desglosó en varias partes: por momentos tocaban con amigos allegados a la banda; hablaron de su cercanía a Jesús (especialmente en los temas “Enciende El Fuego En Mí” y “Un Lugar Mejor”); Leandro Ortiz agradecía encarecidamente a todos los que ayudaron para que su banda sea lo que es actualmente y afirmó que VALOR INTERIOR no solo son ellos sino también el público. Cerraron el espectáculo con “Abriendo Cielos” y luego de ello, varios integrantes como Jonatán Pennacci, Matías Godoy, Brian Torres y Diego Shuen, en conjunto con Leandro y Diego Ortiz cantaron la canción de cumpleaños ¡con una torta bastante grande! Luego de eso, se cerró el telón.

Más de uno (me incluyo) se habrá preguntado a la salida del teatro: ¿hasta dónde va a llegar este sueño que nació en una habitación de Banfield y que conquistó el corazón de miles de chicos que propagan sus canciones como si fuera una droga benigna? No sabremos hasta donde. Pero si hay algo que sabemos es que, cuando la música es bien recibida, la pasión será eterna.

Jonathan Tocci
Redactor en Rocktambulos
Baterísta de Indenör, creador de contenidos y redactor de Rocktambulos.
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