Banda & público unidos jamás serán vencidos: Así fue SKA-P en Argentina #Reseña

Un Poco De Retrospectiva Personal…

Es verdad que hace 2 años SKA-P pisó suelo argentino (justo antes de la pandemia), pero tuvieron que pasar casi 10 años para reencontrarme con la banda insignia del ska/punk. A los españoles les debo una enorme parte del soundtrack de mi adolescencia (y de más de unas cuantas borracheras). Hablando de eso, técnicamente para su visita del 2013 en el Estadio Ferrocarril Oeste no estuve muy consciente. Un corazón roto y una botellón de fernet puede que hayan tenido algo que ver. Por esa razón, mentalmente me tengo que remitir al concierto (¡conciertazo!) del 2008 en el Club Ciudad de Buenos Aires. La edad fue la ideal para aguantar todo pogo posible, mis colegas estábamos más unidos que nunca, y todavía conservaba la inocencia de la vida en la secundaria.

Este 12 de noviembre puse pie en el Estadio GEBA Newbery con 29 años. El que tiene esa edad sabrá que no estamos hechos mierda, pero ni el físico ni la energía son comparables a las de un borrego de 15 años. Nadie me acompañó tampoco. De los que originalmente estuvieron presentes 14 años atrás, varios dejaron de prestarle atención a SKA-P, y en algunos casos, eligieron caminos que los alejaron del mío.

Pero eso no significa que el contraste de circunstancias sea malo. Simplemente las condiciones de esta 3ra oportunidad (o 2da si descarto la del 2013) anticiparon que desde el inicio lo iba a vivir de manera distinta. Hilando todavía más fino, fue una invitación a aceptar y adaptarme a este cambio.

Una Velada Con Bandas Amigas

Si bien soy bastante escéptico cuando hay más de una banda soporte, me llevé una gran impresión este sábado. Bueno, casi.

Amargamente debo decir que no pude presenciar el set de los nacionales DARAA. A pesar de llegar a horario, al preguntar en el acceso principal si ahí debía acreditarme como prensa, los encargados de turno -trato despectivo de por medio- me mandaron a otro acceso. Todo para que otros asistentes me mandaran de regreso al punto inicial, donde resulta que sí era el lugar correcto. Mi teoría: se ve que un chaleco con parches y una singular lata de cerveza fueron suficientes para despertar sospechas de no ser quién decía ser -un periodista, claro-, pese a la amabilidad y (no puedo dejar de hacer foco en esto) inteligibilidad con la que me dirigí. Confuso episodio, pero que me costó la media hora en el que la vocalista Florencia Alba y cía. estuvieron sobre las tablas. Si desean chequear su material, les dejo “Al Fuego Que Ilumina“, canción que compusieron junto al mítico Pil Trafa (ex-cantante de Los Violadores), y que es un adelanto de su próximo álbum.

“Al Fuego Que Ilumina” – DARAA, Hernán “Vala” Valente y Stuka

Ahora sí, yendo a la parte de la “gran impresión”, me inclino en reverencia ante MAFALDA y su efectivísima mezcolanza de géneros donde ska, punk, metal y reggae, conviven en perfecta armonía. Desde un inicio la multilingüística propuesta de los españoles cautivó la atención de gran parte del público, con el que lograron una interacción genuina, donde destaco, entre otras, lo generado en “En Guerra”. Por todos lados había gente bailando o moviéndose al compás, algunos más sutilmente y otros realmente dejándose llevar.

Aunque la excusa de su gira latinoamericana es la salida de ‘Les Infelices’ (2021), que presentaron un día antes en Uniclub, en GEBA solo tocaron el tema título. El resto fue un breve repaso de su discografía, brindando un excelente espectáculo visual, efectivas canciones y una auténtica química con la audiencia. Y por sobre eso, fue energizante ver sangre joven dando un show absolutamente profesional.

La última de las bandas amigas en abrir la velada fue LENDAKARIS MUERTOS, quienes son la agrupación invitada en esta gira latinoamericana y amigos/compatriotas de SKA-P. Su propuesta fue esencialmente Punk, inclinándose hacia el Hardcore. Directo, sucio y bruto. Fue una bajada en la rica diversidad musical exhibida por MAFALDA, pero presentó la antesala perfecta para los más puristas del género y/o con más ganas de descargar energía. Me hubiera gustado que se invirtiera el orden de estos 2 soportes, pero en general, celebro la variedad de propuestas de la noche. Todas fueron afines sin caer en la repetición, y donde los oriundos de Navarra aportaron la cuota más agresiva.

Dale Gas

Luego de un retraso de poco más de 30 minutos del horario pactado -para permitir que las largas filas fuera del recinto mermaran- es que finalmente se dio el tan esperado reencuentro. No puedo explicar mi estado de éxtasis cuando arrancó “Full Gas”. Una efervescencia de alegría, libertad y ganas de bailar que hacía rato no sentía. A la mierda el peso de 3 laburos, el estrés de una mudanza reciente y de las nuevas responsabilidades de vivir solo, estar físicamente cansado siempre, o que ninguno de mis amigos estuviera ahí conmigo. Y seguramente, no fui el único. Es un país que desborda de inflación, inseguridad, pobreza, corrupción, discriminación, violencia de género y todas las injusticias que se te ocurran, Odín sabe cuánto necesitábamos/necesitamos de SKA-P. En este comienzo el sentimiento común fue uno solo: ser parte de “La Estampida”.

El enganche con el primer track de ‘¡Que Corra La Voz!’ (2002) fue ideal y confirmó nuevamente el buen sonido a lo largo de toda la jornada. Le pegaron varios clásicos, entre los que destacó una joyita inusual: la festejadísima “Naval Xixón”, con las pantallas reproduciendo videos de los enfrentamientos entre los obreros astilleros y la policía. Otra que no suele aparecer en el setlist, y que fue ejecutada pocas veces en su historia, fue “Abolición” de ‘SKA-P’ (1994). Un privilegio haberlas presenciado.

Aunque la edad los haya alcanzado (un poquito), arriba del escenario todo sigue igual que siempre. Sonrisa de oreja a oreja y un compromiso palpable con su público argentino. Tanto que al momento de que un Txikitin disfrazado de dictador recitara el discurso de “Jaque Al Rey”, se distrajo tanto con los fanáticos que lo empezó tarde. Aunque causó un leve impasse, donde Pulpul hubo de hacerle una mirada para que reaccione, cómo enojarse al ver la divertida expresión de genuina vergüenza del trompetista.

Antes del inicio del show escuché a una persona menospreciar los últimos lanzamientos del grupo y calificando a algunas de sus canciones como inescuchables (lanzó un dardo particularmente a “Jaque”). Si bien concuerdo que ‘99%’ (2013) y ‘Game Over’ (2018) no están a la altura de los lanzamientos previos al primer hiato, los considero álbumes entre “buenos” y “muy buenos”, y más que bienvenidos en su set. Pero lo que acá importa es que la respuesta ante canciones como “Canto A La Rebelión” o “Colores” indicó que el grueso del público disfruta mucho de este material.

Hablando de sus últimas placas, la excusa de esta visita no parece haber sido la presentación del EP que están preparando para lanzar. Digo, la fecha no fue promocionada como tal. Si bien ya adelantaron 3 de los 4 temas que lo van a conformar, solamente tocaron el más nuevo: “El Chupacabras”. De resto, los españoles repasaron casi toda su carrera, faltando únicamente representantes de ‘Eurosis’ (2001). Considerando que se acerca “esa” época del año (para los comerciantes ya lo estamos), “Villancico” hubiera sido acorde y así teníamos cartón lleno.

Los colegas de izq. a der: Gary (trombón), Joxemi (guitarra), Kogote (teclados) y Juanan Rivas (trompeta, violín y coros).

Antes mencioné que había asistido solo a este concierto. Cuando estás cantando, bailando, saltando y abrazando a los que están a tu lado aunque no los conozcas, te das cuenta que ahí todos son “tus” colegas. Sé que puede sonar algo cliché, pero levanto mi cerveza por todos ellos (o “ustedes”, si están leyendo, ojalá, esta reseña).

Y hablando de alcohol, distinto a las anteriores ocasiones, esta vez aproveche de alejarme del escenario un rato para tomar una buena (y no tan costosa) birra y disfrutar el show desde la distancia. Es sutil pero esto y otras cosas hicieron que la experiencia sea distinta. Me refiero a que no sentí la absurda presión adulta de demostrar “que me la sigo bancando”. Si me cansaba, me iba para atrás y volvía al rato; si tenía ganas de ir al baño, no me aguantaba hasta el final del show; si me daba sed, o iba por una chela o me acercaba al punto de hidratación donde daban agua gratis (excelente decisión, por cierto). Hasta hice algo que pocas veces hago: agarrar el celular, grabar por unos momentos el audio del recital y sacar algunas fotos para mandárselo a un viejo colega. “¡¿SKA-P?!” me respondió alegremente después de ver una foto algo borrosa de Txikitin disfrazado de Ronald McDonald en “McDollar” y escuchar un corte de audio de “Romero El Madero”.

SKA-P ya anunció que al finalizar su gira actual en el 2023 volverán a tomarse un descanso. Una “lástima” porque ojalá vinieran todos los años haciendo un “grandes éxitos” como el de esta noche. Pero al momento de los bises nadie piensa en eso, todos disfrutan del presente. Por eso no importa que “El Vals Del Obrero”, con “Como Un Rayo” metido en el medio, anuncie el final del show. Entre masivos aplausos los de Vallecas se despidieron agradecidos de nuestro cariño. Espero que al terminar sus shows pendientes disfruten del merecido descanso. Aunque ojalá no pase taaaaaanto tiempo hasta que retomen actividades.

Tardé mucho en volver a ver a SKA-P en vivo, pero siento que el tiempo transcurrido me permitió disfrutar canciones que son parte de mi, de mi vida y de mi corazón, como nunca lo había hecho antes. Mientras ellos insistan, yo insistiré también. ¡Ska!

Roger Alan Provan