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¡BÖLZER, DEAD LORD y TRIBULATION se presentaron en el Festival Jedbangers! #AsíFue

Mientras el país fluctúa en la incertidumbre, unos arriesgados, y claramente  apasionados, fanáticos de la música pesada decidieron hacer el Festival Jedbangers. ¡Qué paradoja! Argentina, el país que vive en la improvisación política y económica, recibe a dos bandas escandinavas y una suiza, precisamente, de países estables. Aunque, lo que importa aquí, es que más allá de las naciones, la música unió a las personas en un festival con DEAD LORD, BÖLZER y TRIBULATION, tres de las bandas más importantes del Heavy Metal actual.

Como aquí estamos hablando de un festival realmente específico, de culto, o true, según la acepción que quiera usarse, Uniclub estaba lleno desde la primera hora. Desde el costado del telón asoma Olle Hedenström, guitarrista de DEAD LORD, y se divierte con los presentes poniendo caras furiosas. Por dentro, todo es algarabía. Pronto todo el recinto cantaría ese temazo que es “Don’t Give a Damn“, de Heads Held High (2015), cuando el cuarteto sueco tomara por asalto la tarima. “Reruns”  continuaría la fiesta, y los ojos se inclinarían, indefectiblemente, hacia el cantante y guitarrista Hakim Krim.

Dead Lord. PH – Martín Darksoul

Krim, al igual que todo DEAD LORD, evoca a KISS a cada momento, juega a imitar a Paul Stanley en sus gestos y su diálogo con el público, además del look que utiliza. Esto no es algo azaroso, ya que el baterista de la agrupación, Adam Lindmark, nos había dicho en una entrevista que su objetivo era ser como KISS y lanzar dos discos por año”. El grupo, de hecho, solía moverse sincrónicamente arriba y abajo con sus instrumentos, al igual que el legendario cuarteto neoyorquino.

Grandes canciones como “Kill Them All” o “Too Late” continuaron la excelente performance de DEAD LORD. Es de destacar la labor de Adam Lindmark, un baterista eclético, un auténtico “pulpo” tras los parches, que sabe cómo incluir cada uno de sus arreglos con precisión.

“No Regrets” fue realmente especial, ya que parecía simbólicamente una imagen del contexto del show. A la banda le habían robado sus instrumentos en Francia, y el productor Hugo García, junto a la banda TRIBULATION, se encargaron de prestar los instrumentos. Ver la cara de alivio de García cuando sonaba esta canción era, como poco, una fiel expresión de cómo uno embarcándose en la peligrosa empresa de traer a tres bandas a Argentina debe sortear diveros obstáculos y, por supuesto, imprevistos que son potenciales picos de stress.

Con “Hammer To The Heart”, incluyendo “Breaking The Law” de JUDAS PRIEST como snippet, DEAD LORD se retiró triunfante del escenario de Uniclub. Supongo que todos los presentes nos quedamos con las ganas de escuchar un solo de Adam Lindmark, ya que hizo una mínima parte del mismo cuando fue presentado. En fin, será para la próxima.

Dead Lord. PH – Martín Darksoul

La velada continuó con BÖLZER, de imponente apariencia en el escenario: un dúo de guitarra y batería, de claras referencias a tópicos oscuros, un romanticismo de la vida como obra de arte. La seguidilla inicial de ”Roman Acupuncture”  y “Zeus – Seducer of Hearts” fue, prácticamente, como un golpe en el rostro por la mala onda – en el buen sentido del término – que el grupo traía consigo: en sí, la performance del conjunto es un acto introspectivo, reflexivo y ajeno a las banalidades. Okoi Thierry Jones (guitarra y voz) se carga el grupo al hombro, poniéndose al frente de la banda, variando entre una vocalización “podrida”, que por momentos se torna limpia, para delicia de los presentes, marcando un clima musical opresivo.

Pero Jones también tiene un carácter complicado: “apagá las malditas luces del fondo”, le decía al iluminador, o sino “¿puede haber un poco de jodida actividad de los iluminadores por acá?”. Desde el público se escuchó un pintoresco: “no te calentés”.

Bölzer. PH – Martín Darksoul

Fue destacable la labor de Fabian Wyrsch tras los parches, luciéndose en absolutamente cada pieza, con un eclecticismo notable, que no le impedía dar los arreglos precisos para cada situación. El sonido, por su parte, fue excelente, así que la compenetración ante la impronta de los suizos estaba garantizada.

El feedback con el público resultó casi nulo, ya que desde el escenario no hubo muchas palabras, pero desde la gente salieron vitoreos y headbangs permanentes. Aunque, para ser justos, el diálogo se dio en el puesto de merchandising, ya que Jones se encargó de manejar sus ventas y hablar con los fans.

Con un setlist concentrado, básicamente, en Hero (2016), su más reciente lanzamiento, el grupo se despachó con un show de Metal Extremo, caracterizado por el drama y el ocultismo. Finalmente, con “The Great Unifer”, BÖLZER se retiró triunfante del escenario y la algarabía del festival continuó para darle paso a la siguiente atracción.

Uno de los actos más esperados por los metálicos presentes era el de los muchachos de TRIBULATION. Su flamante trabajo Down Below (2018) ha cosechado buenas críticas por parte de los medios y los fans. Puesta en escena total: maquillaje, acting – en el buen sentido -, sonidos de ultratumba, y comienzo con “Lady Death”, canción perteneciente a su último registro discográfico. En primera instancia, cabe destacar el sano eclecticismo que presenta el grupo escandinavo, ya que su propuesta es una mezcla, literal, entre el Black Metal, el Hard Rock y el “Punk”; esto último dado por la ejecucución que el vocalista Johannes Andersson hace de su bajo: líneas simples, pero efectivas, acompañado de un sonido que enfatiza los graves.

Tribulation. PH – Martín Darksoul

Pronto, el “hit” “Melancholia”, un auténtico temazo, llevó a Uniclub a su pico de ebullición y mostró a las claras el carisma escénico que posee la banda, con Adam Zaars y Jonathan Hultén, los dos guitarristas de la agrupación, centrando todas las miradas con dramáticas poses, acompañadas de excelentes muestras de talento con las seis cuerdas. Quizás, la experiencia de Zaars habrá sido particular, ya que él escucha Metal sudamericano, incluido el argentino, desde que tiene trece años, como nos comentó en una entrevista.

Si bien el conjunto se compenetraba absolutamente en su performance, resultó gracioso que luego de un gutural “Hello Argentina, welcome to the show”, lanzado por Johannes Anderson, ocurrió un problema técnico y con voz limpia dijo, simplemente, “oh, mierda, se rompió una cuerda”, en referencia a la guitarra de Hultén. Anderson tuvo que improvisar como frontman sobre la marcha: “¿debemos esperar por él? ¿Si…no?”, con buena respuesta del público. Jonathan Hultén fue a  buscar un reemplazo para esa cuerda rota y volvió haciendo un gesto de triunfo. Las cuatro criaturas del inframundo, al final, también son humanas.

Con un setlist equitativo, que recorrió casi toda su discografía, el conjunto musical contó con un muy buen sonido que permitió apreciar con lujo de detalles su impronta. Lastimosamente, por momentos, la guitarra de Hultén se perdía en la mezcla, pero ese conflicto pudo superarse, sin llegar a algo mayor. Por otra parte, la iluminación, caracterizada por oscuros verdes, ayudó a ambientar la escena de ultratumba que propone TRIBULATION.

Tribulation. PH – Martín Darksoul

Sin demasiado feedback, pasaron grandes composiciones como “Suspiria de Profundis”, “Ultra Silvam” o el muy festejado “The Lament”. El encanto que cubrió a la presentación, como denominador común, era la delicadeza compositiva, mezclada con la brutalidad que salía de la garganta de Johaness Anderson. Esa combinación resultaba envolvente. Por esa razón, cuando el grupo se retiró, rápidamente se clamó por los bises, y sabiendo que la noche porteña ya había llegado a su madrugada, TRIBULATION ejecutó “Strange Gateways Beckon” y “When The Sky Is Black With Devils”.

Finalizando su performance con esta satisfactoria mezcla, pocas veces vista, que cohesiona de manera efectiva tantos estilos del Heavy Metal, TRIBULATION se retiró triunfante del escenario de Uniclub, literalmente a la 01:00 AM, puntualidad precisa que coincidía con el horario preestablecido.

Así, el Festival Jedbangers culminaba, siendo un éxito al traer a Argentina bandas relevantes, pero para nada masivas. Este panorama muestra que, aunque sus voces no se escuchen permanentemente, los melómanos argentinos del Heavy Metal siguen apoyando al género más allá de la complicada coyuntura del país. Una gran noche de culto para los productores y un público que se los merecían.

 

Todas las fotos fueron tomadas por Martín Darksoul y son cortesía de Jedbangers / Todos los derechos pertenecen a su autor

 

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.
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