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Canciones de vida y muerte: Así suena lo nuevo de Nick Cave and the Bad Seeds #Reseña

Tres años después de Skeleton Tree (2016), álbum con el que canalizó el dolor por la pérdida de su hijo, Nick Cave anunció a través de uno de sus Red Hand Files la salida de Ghosteen, disco doble lanzado el pasado 3 de octubre. La primera parte consta de ocho canciones -los hijos- y la segunda de tres temas -los padres-, dos de ellos de más de diez minutos.

Ghosteen

Nick, su piano y Warren Ellis: de eso se trata el nuevo álbum. Una vez más, el violinista se convierte en la mano derecha de Cave ocupando el lugar que alguna vez fue de Mick Harvey y Blixa Bargeld. Warren cumple un papel tan protagónico que la labor de los demás Bad Seeds queda relegada a la de músicos sesionistas para los shows. Para que se den una idea, no hay guitarras en todo el disco y apenas muy poca percusión.

Si te gustó Skeleton Tree probablemente también disfrutes de Ghosteen. Al igual que en su predecesor, gran parte de la escucha se basa en Nick recitando su poesía sobre los ambientes y las melodías creados por Warren (sobre todo en el lado B), aunque también hay hermosas baladas. El disco de 2016 dura cuarenta minutos y hacen falta varias escuchas para encariñarse con él; en cambio, Ghosteen dura poco más de una hora, pero lo encuentro más amigable al oído. Ya desde la tapa podíamos suponer que se trataría de un trabajo menos oscuro.

Bright Horses” es mi tema favorito (creo que el de todos). Me conmueve; aquí tanto la letra como la música cumplen su cometido. La otra cara de la moneda, en mi opinión, es “Leviathan“, que me recuerda a la psicodélica “When my baby comes” de Grinderman, pero no me dice nada.

Nick Cave & Warren Ellis.

Es difícil no relacionar cada verso con Arthur, el difunto hijo de Nick, o con su esposa Susie. Podemos darnos una idea del modo en que Cave encaró este disco a partir de la letra de “Bright horses“. En ella vemos cómo a pesar de que el mundo es cruel y carente de magia, él aun prefiere creer en algo y continuar. Esto lo repite en la canción que da nombre al álbum al decir “There’s nothing wrong with loving something you can’t hold in your hand (no hay nada malo en amar algo que no puedes sostener en tu mano)”. “Sun forest” también trata sobre seguir adelante y dejar atrás lo trágico. De todos modos hay momentos de mucho pesimismo: “Fireflies” es desgarradora.

Ya en el final, en el estribillo de “Hollywood“, Cave parece reconciliarse con la idea de su propia muerte y me recuerda a lo último de Leonard Cohen:

“And I’m just waiting now, for my time to come,
and I’m just waiting now, for my place in the sun,
and I’m just waiting now, for peace to come

(y simplemente estoy esperando, que llegue mi hora,
y simplemente estoy esperando por mi lugar en el sol,
y simplemente estoy esperando a que la paz venga)”.

Si no te gustó Ghosteen y extrañas el filo característico de la banda, te recomiendo que esperes a ver cómo los Bad Seeds adaptan las nuevas composiciones para los recitales. Las canciones de Skeleton Tree convertidas al formato banda son letales, probablemente estas no serán la excepción.

En fin, si bien hay canciones que se quedan en el camino, el disco me encanta. Como de costumbre, Nick hace lo que quiere, y como casi siempre, es justo lo que necesitamos escuchar.

Leonardo Rodríguez Luque
Cronista y redactor en Rocktambulos
Colaborador en Rocktambulos.
Leonardo Rodríguez Luque on Instagram

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