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Choque de Titanes: TESTAMENT y KREATOR demolieron Buenos Aires

Y finalmente llegó la culminación del Vorterix Metal Fest. El evento que un día antes tuvo a GRAVE DIGGER y ACCEPT, llegaba a su versión más violenta: el Thrash de los ineludibles TESTAMENT y KREATOR. Pero, siempre aparecen imponderables de la vida cotidiana que, ante lo que parecía una jornada donde nada podía salir mal, el vuelo de los trashers norteamericanos se demoró, retrasando el evento y, en ese frenesí, que se den adelantos inesperados.

Por ejemplo, a las ocho de la noche se abrieron las puertas y casi instantáneamente tocaron los locales de AGAINST, que gozaron de un Teatro Vorterix casi lleno porque el público ingresaba rápidamente, dejando al primer piso sin espacio y un hueco en el moshpit, por si cabía alguien, de casualidad. Y en poco tiempo, sin demasiadas demoras, TESTAMENT salió al escenario. “Casi no lo logramos, pero aquí estamos, y siempre ansiamos tocar en Buenos Aires”, sentenció Chuck Billy. No dudo de sus palabras, como tampoco que a un profesional no le gusta que ciertas comodidades no se den, entonces, hay algunas cuestiones que no se explican. El grupo lo dio todo en el escenario, y no sólo se los nota vigentes, sino que se comprende por qué son fundamentales en el Thrash. Eso no resuelve que el histórico murmullo de que “TESTAMENT no suena bien” no deje de ser cierto, ya que, nuevamente, el sonido no fue nítido. No sonó “mal”, pero no logro entender el afán de que todos los instrumentos estén al mismo volumen, con unas consecuencias insólitas: que la voz de Chuck Billy se pierda en la mezcla.

¿Qué más se puede decir sobre la dupla de guitarras Skolnick-Peterson? No sólo son virtuosos, sino que el primero de ellos lo hace parecer como si se tratara de una cosa fácil de replicar. Y el tándem Di Giorgio en bajo y Dovas en batería podría haberse destacado más, y no porque los ejecutantes no sean aptos para su labor, sino porque las frecuencias bajas se esparcían por una mezcla sonora laberíntica. De cualquier manera, ¿diez canciones? ¿Dejar afuera “Alone in The Dark”, “Practice What You Preach”,“Low”? Quizás no fue la mejor selección de temas, y que sean tan pocos hizo que el público, a la salida, se pregunte el: “che, ¿duró poco, no?, en su distintas variaciones.

Pero, al mismo tiempo hubo momentos inesperados: “3 Days in Darkness”, rareza de The Gathering (1999) o el debut en el tour de “The Preacher”, canción de The New Order (1988). Sin embargo, hay algo que fue constante: el pogo. Nunca paró, solamente entre tema y tema, después casi todo el campo del Teatro Vorterix era un circle pit. La devoción del público argentino por TESTAMENT ya es de larga data y se volvió a confirmar. Y un final demoledor con “Into The Pit” cerró esta particular visita de los trasheros. Extraña, más que disfrutable, y, por alguna u otra razón, memorable.

Eran las diez de la noche y había una prueba de sonido obsesiva: nada debía salir mal. KREATOR estaba próximo a salir y, créase o no, cuando los teutones salieron a las tablas con “Hate Über Alles” fue notable la diferencia de sonido: era perfecto. Todo era distinguible, y el solo hecho de imaginar, por ejemplo, poder escuchar nítidamente al bajo de Frédéric Leclercq – a quien entrevistamos – y la voz intacta de Mille Petrozza (guitarra y voz), es algo digno de escuchar. Volviendo a Petrozza: es muy difícil describir lo que se siente cuando no hay música, y el cantante presenta una canción dando un alarido que hace temblar al recinto, como en “Satan Is Real”. Además, ¿qué más puede agregar después de una seguidilla con “Betrayer”, “Phobia” y “People of The Lie”? Siquiera, ¿es posible seguir un show después de eso? Claramente, KREATOR podría hacer giras sin presentar ningún disco y con el único motivo de tocar veinte canciones que, tranquilamente, son himnos del Heavy Metal.

“Les debo confesar, las demoras hicieron que se nos fueran las ganas, pero ustedes nos hacen dar todo“, confesó Petrozza y empezó una extraña métrica de “olé, olé, Krea-a-tor”. Elijo creerles, porque la performance no tiene ni un sólo punto negativo. Y la guitarra líder de Sami Yli-Sirniö se lució en las maravillosas “Violent Revolution” y “People of The Lie”, por nombrar sólo dos canciones donde su presencia es marcada y su advierte su liderazgo. No todo es violencia, de cualquier manera, hubo un momento sentimental y de reflexión sobre la pandemia antes de presentar… “666 – World Divided”.

Final para encuadrar con “Pleasure to Kill” y coreografía para que todos terminen parando y luego tocando la nota final. Risas ciertas de felicidad para público y banda. La vara quedó altístima. Simplemente, gracias.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.
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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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