El metalero bonaerense sabe lo que significa el oeste para este género, y dentro de la capital, Flores es una buena manera de estar en el oeste sin salir de la ciudad. El mítico barrio que alguna vez fue referencia de la movida nocturna porteña, recibió el pasado sábado 4 de mayo a un ícono del metal argentino: Ricardo Iorio, quien regresó al Teatro Flores en formato solista luego de más de dos años sin pisar este recinto.
“Gracias por venir a este encuentro que no tiene otra justificación que entretenerlos,” dijo el propio Iorio ante un teatro repleto, tal como ocurrió en su visita anterior. En aquella oportunidad se trató de su debut como solista, esta vez no hubo una excusa clara, aunque para muchos era su manera de celebrar el Día del Trabajador, ocurrido tres días antes.
El conocido Larry Zavala se encargó de dar el puntapié inicial a esta velada y encender a los pocos presentes, que no solo hicieron el aguante aplaudiendo cada uno de los temas del legendario metalero, sino que cantaron con él varios de los temas. Como es costumbre, la mayoría de los asistentes se encontraban afuera del teatro haciendo el ritual respectivo, ese que suele terminar cuando el artista principal toca la primera nota e incluso más. Y así fue, para el segundo tema del set ya el teatro estaba repleto y la gente coreando cada una de las canciones con tanta fuerza que ni siquiera el alto volumen de los parlantes podía minimizarlos.
Quince minutos habían pasado desde las 21 horas, cuando finalmente se abrió el telón y apareció, vestido de camuflaje militar, el siempre polémico Iorio. Con un hacha colgando en su espalda, un cuchillo envainado en la cintura, una linterna, mucha soga y como paral de micrófono una especie de bordón scout (el bastón que utilizan los exploradores), el cantante se paseó sobre la tarima durante los primeros temas mientras todos se preguntaban el porqué de su atuendo.
“El hacha y la linterna son para salir a buscar a nuestros hijos y nietos perdidos en el bosque por culpa del cambio climático que los medios no nos muestran,” explicó el vocalista al final de “Si Me Estás Buscando”, de ALMAFUERTE, el primer tema del set list esa noche.
“Del Más Allá” y “Por Ser Yo”, también de ALMAFUERTE, le siguieron en el orden de canciones e inmediatamente pidió que le quitaran el hacha y la soga porque “le picaba mucho”. Al público que se encontraba al frente, lo que les picaba eran los pies porque que se mantuvieron saltando y haciendo pogos desde el primer acorde hasta el final del show, coreando además en repetidas ocasiones el “Olé, Olá, Iorio es lo más grande del Heavy Nacional”.
Los talentosos Walter Martínez (batería), Rubén Martínez (guitarra rítmica y coros), Alejo León (guitarra líder), Facundo López León (bajo) y Joana Gieco (teclados) son quienes acompañan al ex HERMÉTICA en el escenario y tuvieron sus momentos para brillar, sobre todo Alejo, quien no dudó en demostrar su virtuosismo con la guitarra criolla mientras interpretaba un medley de temas en formato instrumental. En seguida se le unió Ricardo para cantar en acústico “Allá en Tilcara” y posteriormente adelantar algo de lo que se viene en su próximo disco. Se trata de “Para Vos”, un emotivo tema que todavía no se ha publicado y pudimos disfrutar en formato de guitarra y voz.
“Toro y Pampa” sirvió para levantar a todos en el recinto y elevar la temperatura antes de irse al intermedio. Tan arriba quedó la energía que mientras la banda descansaba el público coreaba el conocido cántico que reza: “baila la hinchada, baila de corazón, somos los negros, somos los grasas, pero conchetos no”. Inmediatamente los músicos volvieron para tocar “Horizonte Perdido” de HERMÉTICA y fue el turno para Walter Martinez de lucirse con un solo de batería.
“Espero que cuando aparezca mi reemplazo, igual me sigan viniendo a ver. Me siento muy querido”, comentó Iorio emocionado luego de que el público coreara su nombre una y otra vez, haciendo de esta una noche especial. Pero lo que la hizo aún más especial fueron los clásicos de HERMÉTICA que se pudieron escuchar, como “Yo No Lo Haré”, “Buscando Razón” y “En Las Calles de Liniers”, entre otros. Este último fue introducido con la historia de “Liniers y sus 3.000 muchachos”, causando uno de los momentos cumbre de la noche, solo superado por “Cautivos del Sistema”, de V8, el cual generó el pogo más grande de todos.
“Ruta 76”, “Tu Eres Su Seguridad” y el esperado “A Vos Amigo” fueron los encargados de dar cierre al poderoso set con el que Iorio, durante una hora y media, tuvo al abarrotado Teatro Flores cantando y saltando a sus pies. Una vez afuera es imposible dejar de reflexionar al respecto de lo ocurrido dentro del Teatro. En noches como esta, ante tanta entrega y pasión por parte de los fans, nos damos cuenta de que mientras el mundo está lleno de grietas que nos dividen por distintas razones, la música es capaz de lograr, con suma facilidad, algo que parece imposible: olvidar las diferencias. A Ricardo se le puede odiar, si se quiere, pero cuando se ha sido fan de V8, HERMÉTICA o ALMAFUERTE, no hay manera de que -una vez que suene la primera nota- lo extra musical se interponga en ese deseo inconsciente de querer vivir el momento, dejarse llevar por la nostalgia y entregarse al metal. Lo demás, ya lo analizaremos después.
