El sábado 18 y domingo 19 de febrero se llevó a cabo el Cosquín Rock 2023, que nuevamente tuvo lugar en el Aeródromo de Santa María de Punilla, en la provincia de Córdoba. Al lugar asistieron alrededor de 200 mil personas que pudieron disfrutar de más de 100 artistas.
A pesar de tener una grilla que prometía muchísimo (y cumplió), nunca falta la gente que critica el hecho de que ya no es un festival exclusivamente de Rock, pues, esta edición contó con la participación de -además de rockeros- algunos raperos/traperos, DJ’s, bandas de cumbia, y hasta se celebraron la Fiesta Bresh y la Fiesta Katana.
Cada año el festival se va actualizando y agregando nuevas tendencias; y debe hacerlo si quiere subsistir. No voy a negar que, para los que nos gusta el rock, puede ser un poco molesto ya no ver esos escenarios temáticos de reggae, de punk y/o de metal que alguna vez estuvieron. O que, incluso, ya no haya bandas que representen al heavy nacional. Pero, como diría un tema del Tano Marciello (histórico guitarrista de Almafuerte): “Soplan nuevos vientos, renovado vuelvo yo”. Y eso es lo que hace el productor José Palazzo año a año con el festival. Estuvimos presentes en la edición 2023 y acá te contamos cómo se vivieron ambos días del festival en lo que a shows de rock respecta.
En un sábado donde el sol brillaba -aunque veíamos a alguna que otra nube asomando para después darle paso a una noche bastante fría- fueron muchas bandas que hicieron rugir las sierras cordobesas, siendo El Bordo una de las primeras.
La banda liderada por los hermanos Alejandro y Diego Kurz fue de las primeras en presentarse en el Escenario Norte, cuando apenas eran las tres de la tarde y la gente empezaba a llegar al predio. A pesar de haber sido uno de los shows tempraneros, ese no fue un impedimento para que la gente se acercara a verlos tocando un setlist plagado de hits que hizo bailar y emocionar a gran parte del público presente en ese escenario. Minutos después de bajarse del escenario, pudimos hablar con Ale Kurz y esto nos contaba (ver video a continuación).
Llegando a las 5 de la tarde, ya se empezaba a ver cada vez más personas distribuidas en todos los escenarios del festival pero, sin dudas, el escenario Norte seguía siendo el más concurrido a la hora que comenzó el show de Guasones. El concierto comenzó con “El Huracán”, primer corte de difusión del álbum El Huracán Vol.9 que salió el año pasado, para después darle lugar a otros once temas que repasaron la historia de la banda y que la gente no paró de corear.
A la misma hora que Guasones detonaba el escenario norte, Estelares eran los protagonistas en el Escenario de Montaña. El público comenzó a aplaudir y a saltar enérgicamente cuando oyeron el sonido de batería con el que comienza “Rimbaud”, sabiendo que, con ese comienzo, iba a ser un gran show. Tras ese inicio electrizante, bajaron un par de decibeles logrando que, a la mitad del show el público estuviera en una gran sintonía y coreara, al unísono, “dame un poco más de amor, una noche más de sol, que encantan, tus labios encantan”, de su canción “Encantan”. ¿Lo que resta del show? Puros clásicos.
A medida que pasaban las horas, cada vez más gente se acercaba al Escenario Norte, y ya era el turno de una de las bandas uruguayas con más renombre en Argentina: No Te Va Gustar. Liderados por el bonaerense, Emiliano Brancciari, tuvo cerca de una hora y media para desplegar todo su potencial aunque, como ya nos habían dicho antes de subir al escenario, sólo iba a haber tiempo para la música, y no tanto para conectar con el público. Pero no sólo se dedicaron a recorrer sus temás clásicos, y algunos no tan clásicos, sino que además aprovecharon el momento para hacer un cover de “Mañana en el abasto”, histórica canción de Sumo. Definitivamente, fue un setlist que, desde el primer tema hasta el último, nos hizo pasar por cientos de emociones, estados de ánimo y sensaciones.
A las nueve de la noche, con un frío que empezaba a sentirse en las sierras cordobesas, fue el turno de la banda de Skay Beilinson: Skay y los Fakires. La gente, amontonada no sólo por el frío, sino también porque ya no cabía un alfiler en el Aeródromo, aguardaban la llegadaa del “Flaco” Beilinson, cuando comenzaron a cantar “es una noche especial, no te lo vas a perder, toca el corazón de Patricio Rey”. Seguido a esto, apareció el grupo para abrir el show con “Luna en Fez”.
Así, a lo largo del recital, Skay fue combinando temas de Los Redonditos de Ricota con algunos clásicos de su banda solista, además de agregar varias canciones que estrenó estos últimos años. Lo que sí se notó fue que “Jijiji” decidió tocarlo como un tema más, sin darle ningún tipo de marco especial. Aunque, de todas maneras, la gente lo vivió de una manera muy alocada y no pudo parar de hacer pogo. No habrá sido “el pogo más grande del mundo” pero, tal vez sí fue “el pogo más grande del Cosquin Rock 2023”, y no es poca cosa.
Una de las figuras internacionales invitadas a esta edición del festival fue la neoyorquina Laura Pergolizzi, mejor conocida como LP, quien venía de tocar en el Luna Park la noche anterior. Ella se hizo presente en el Escenario de Montaña, donde además de interpretar sus mayores éxitos, hubo tiempo para ver a la estadounidense tocando con el ukelele, felicitando a los argentinos por ganar el Mundial de fútbol, y hasta le revolearon una bandera argentina que ella colgó en el micrófono, ganándose a todo el público ahí presente.
Volviendo a la actividad del Escenario Norte, era el turno de Divididos. La aplanadora del rock trajo un show como los que ya nos tiene acostumbrados. Con sólo decir que empezaron haciendo su clásico “El 38”, seguido de “El Ojo Blindado”, de Sumo, y “Haciendo cosas raras”, podrán imaginarse el resto. Explosión pura y dura, con un público que no dejó de poguear y que tuvo pocas canciones para descansar del desgaste físico, no sólo de este show, sino de todo lo que habían vivido durante la jornada. Pero, muchachos, esta no era la última banda de la noche. Quedaba una más.
Casi llegando a las 12.30 de la noche, Juanse se subió al escenario con una camiseta de la Selección Argentina de fútbol para dar un show plagado de artistas amigos. A pesar de ser el show de cierre, mucha gente ya se había retirado luego de ver a Divididos, y muchas personas más se fueron mientras ocurría el recital del líder de los Ratones Paranoicos. Pero las miles de almas que se quedaron tuvieron el privilegio de ver a Juanse tocando con grandes músicos como Mateo Sujatovich, Alejandro Kurz (quien ya nos había adelantado a Rocktambulos que esa noche iba a estar en ese show), Junior (ex La 25, actualmente líder de Caras Extrañas), Celeste Carballo y León Gieco. De esa manera se acababan las funciones en el Escenario Norte y más gente empezaba a emprender la vuelta a casa. Pero, si esto parecía increíble, todavía quedaba un día más.
El domingo fue más caluroso, no vimos a ninguna nube asomándose y había aún más gente que el día anterior. Era de esperarse, ya que la grilla tenía aún más renombres que la primera jornada y era difícil elegir a qué escenario ir, ya que coincidían los horarios de varios músicos que a la gente les hacía ilusión.
Jóvenes Pordioseros fue una de las primeras en aparecer en tarima. La banda del “Toti” Iglesias se presentó a las 3 de la tarde en el escenerio norte, que ya se veía aún más plagado de gente que el primer día a esa hora. Rápidamente nos pusieron a bailar rocanrol al ritmo de “100% pordiosero”, pasando también por “Lobo”, “Nunca me enseñaste”, “Todavía no puedo olvidarte”, y más hits, aunque se guardaron su mejor arma para el final, cuando cerraron con “Descontrolado” y “Adicto”. Un show bien afín a las características de un Cosquín Rock.
A eso de las 4 de la tarde la gente no paraba de llegar y los chicos de Cruzando el Charco tuvieron tiempo para ocho canciones que el público conocía de principio a fin y que corearon de principio a fin. También, Francisco Lago, cantante de la banda, aprovechó para agradecerle a todos por su presencia y por el cariño, además de hacerle una mención a José Palazzo, organizador del festival, por invitarlos. Los de La Plata cumplieron con creces en su segundo Cosquín Rock.
Terminada la presentación de Cruzando el Charco, veíamos arriba del escenario a los cinco hermanos Andersen que, entre el público del rock nacional, hace un tiempo que se ganaron la fama de dejar todo arriba del escenario. Me refiero a El Plan de la Mariposa. Lógicamente, esta no fue la excepción. Es otra de las bandas que apostó por sus temas más clásicos pero que, aún así, no decepcionó en su brillante actuación.
Mientras culminaba la presentación de El Plan de la Mariposa, comenzaba el show de Manu Martínez en el escenario de Montaña. La hija de Andrés Ciro Martínez (Los Piojos / Ciro y los Persas) es una de las artistas que surgieron en estos últimos años y que cada vez está pisando un poquito más fuerte en la música argentina. Subió al escenario con su guitarra electroacústica y le dio el toque romántico a la tarde cordobesa en un setlist de poco más de media hora.
Volviendo al escenario norte, era el momento de recibir al nuevo proyecto liderado por Mauricio “Junior” Lescano: Caras extrañas. Fue otra de las bandas que nos puso a bailar rocanrol de principio a fin, combinando canciones propias de la banda actual con algunas de su anterior grupo, la 25.
Uno de los momentos estelares de todo el fin de semana fue el de Fito Paez. El músico rosarino, quien se hizo presente en el Escenario Sur, ofreció un show donde no sólo hubo tiempo para la música, sino también para algunas quejas por parte de Fito. En primer lugar, se mostró molesto por el poco tiempo que tenía para tocar (poco más de una hora), y más tarde se quejó por el ruido que llegaba desde el escenario norte, donde estaba empezando a tocar Las Pastillas del Abuelo. Pero, de todas maneras, Fito Páez continuó con su show, donde una buena parte del repertorio era de su obra cumbre “El amor después del amor”.
Pasadas las 7 de la tarde, Las Pastillas del Abuelo se subieron al escenario norte. La banda de Piti Fernandez empezó bien arriba con “Viejo Karma!” y “La creatividad”, para después darle paso a un gran show. Tuvo canciones clásicas, pero también arriesgaron y fueron por algunos temas que sacaron en estos últimos años. Y, tal vez, el más jugado fue “Ama a quien llora por tí”, sencillo que grabaron junto a Ciro Martínez, que se publicó hace poco más de un mes, y que en esta ocasión tuvo como invitado a Francisco Lago, de Cruzando el Charco. Como es la costumbre, “Las Pastillas” se fueron aplaudidos por el público.
Yendo a la otra punta del predio, mientras “Las Pastillas” terminaban de hacer lo suyo en el Escenario Norte, Airbag subían al Escenario Sur para hacer estallar al público que había quedado luego del show de Fito en ese lugar, y que se había sumado luego, aguardando la llegada de los hermanos Sardelli. Acá no faltaron canciones de sus primeros álbumes con las que los conocimos cuando eran tan sólo unos adolescentes que jugaban a hacer rock, sino que además sacaron a relucir su faceta más adulta con canciones que fueron saliendo a medida que ellos maduraban no sólo como personas, sino también como músicos. Una banda que vale la pena ver en vivo, dejando de lado todos los preconceptos que se tengan sobre ellos.
Volvimos al escenario norte para lo que fue uno de los artistas más esperados, al igual que todos los años: Ciro y Los Persas. El show comenzó con la banda tocando junto a la Orquesta Filarmónica de Villa María, presentando algunas de las canciones que grabó en formato sinfónico junto a la Filarmónica de Mendoza para su álbum “Sueños (Un viaje en el tiempo)”. Más de una lágrima vi caer cuando cantó “Canción de cuna”, no sólo en formato sinfónico sino que invitó a una niña mendocina de 7 años, apodada “la Jose”, que fue con quien grabó la canción para el disco. Hombres y mujeres emocionados en un mar de llanto con esa versión. Gran decisión de Ciro. Luego de cinco canciones sinfónicas, la orquesta se retiró para darle paso, ahora sí, al show de rock propiamente dicho, donde repasaron temas de Los Piojos y otras canciones de Ciro y Los Persas.
En un momento, el cantante comenzó a contar la historia de una chica de la que él estuvo enamorado hace varios años, y a la que le escribió las canciones “Y que más”, “Gris” y “Te diría” (los tres temas de Los Piojos). A medida que contaba la historia, iba tocando esas canciones, que luego desembocaron en “Insisto” que, no sólo hace referencia a esa misma mujer, sino que menciona esas canciones en la letra cuando dice “¿y qué más? tarde Gris, Te diría, ¿qué decís? Si te olvidaste de mi”. Posteriormente empezó su clásico juego con el público cuando anuncia que es el último tema de la noche y, luego de ese ida y vuelta de “sí” y “no”, sonó el popurrí de “Farolito/Balneario/Muévelo”. Aunque, cuando parecía que todo había terminado, la gente pedía “una más y no jodemos más” y, rápidamente, comenzaron a sonar las estrofas del último tema de la presentación, que fue “Astros”.
Otra de las bandas uruguayas de muchísimo renombre e historia en territorio argentino llegó para participar de este gran festival: La Vela Puerca. Con un show donde tocaron varios temas de su último álbum, “Discopático”, abrieron con “Contra el viento”. Pero donde realmente se encendió la gente fue con el segundo tema del repertorio, que fue el clásico “Calle adicción”. A pesar de subir al escenario con la intención de mostrarle a la gente las últimas canciones del grupo, también hubo muchísimo tiempo para activar el repertorio más recordado de La Vela Puerca. Lógicamente, canciones como “Zafar”, “Llenos de magia”, “Va a escampar” y “El viejo” no podían faltar, y se llevaron todos los aplausos y la celebración del público.
El escenario norte vio como último partícipe de este Cosquín Rock a la única banda que viene formando parte del festival durante todos los años: Las Pelotas. Sí, cada vez que se realizó el festival, Las Pelotas estuvo presente en alguno de los escenarios y por eso es que considero más que justa la idea de que sean ellos quienes le pongan el broche de oro al escenario principal.
Con un repertorio de esos que nos sabemos todos, la banda liderada por Germán Daffunchio terminó de maravillar al público que se había venido desde toda la Argentina a verlos. Más allá de que siempre está presente el espíritu de Alejandro “el Bocha” Sokol, cantante de Las Pelotas fallecido en 2009, creo que nunca se lo sintió tan cercano como cuando la banda interpretó las últimas dos canciones, que fueron “Día Feliz” y “Capitán América”. Un Cosquín que tuvo un gran cierre rockero este año, y donde a la gente no le molestó quedarse hasta casi las 3 de la mañana escuchando a la banda más emblemática del festival, y también una de las bandas más queridas por el público cordobés.
Sin dudas, fue un festival apto para todos los tipos de público, desde los más grandes a los más chicos, desde el más rockero hasta el más pop, desde el más clásico de la vieja escuela hasta el más moderno y, por supuesto, fue un verdadero festín para aquellos eclécticos que les gusta escuchar de todo.
Además contó con la presencia de artistas internacionales, entre los que destacan LP (USA), Vetusta Morla (España), DLD (México), Lila Downs (México), Tiesto (Países Bajos), además de las bandas uruguayas que ya juegan de local en Argentina. Todos ellos también atrajeron a una gran cantidad de personas y fueron también un punto fuerte del festival. El clima acompañó y, esta vez, la lluvia decidió ni siquiera asomarse a la localidad de Santa María de Punilla.
Muchos podrán criticar la incorporación de bandas y músicos que no son del palo del rock, pero es un festival que va evolucionando según los gustos del público. Y debe hacerlo si quiere subsistir año tras año. Ya no es viable una grilla de cuatro días a puro rock como lo fue en su momento, ni una de tres días como era hasta hace poco. Ahora se trata de “comprimir” todo en dos días y ofrecer diferentes tipos de propuestas para toda clase de público. Pero lo que yo me preguntó es: ¿Para qué quieren los críticos un Cosquín rock que sea 100% rock, si no podés estar en todos los shows a la vez? Si vamos al caso, este año, el escenario norte fue puramente de rock, con bandas de muchísimo renombre, mientras que los otros cinco escenarios fueron variados (teniendo también grandísimos artistas de rock en ellos).
Desde mi punto de vista, esta mezcla de géneros musicales fue la que logró que, por primera vez en 23 años, el Cosquín Rock agote las entradas, vendiendo 200 mil tickets. Es cierto que cada vez se aleja más de aquel festival donde coincidía Charly García con Fito Paez, Spinetta, Cerati, Pappo, León Gieco y más. Pero, como ya mencioné, es parte del cambio constante que tiene que hacer el festival para seguir atrayendo a todo tipo de público. Sin lugar a dudas, esta edición dejó la vara muy alta, ¿la podrá superar? Habrá que esperar al año que viene para saberlo.
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