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Demonios noruegos: DEATHHAMMER se presentó en Buenos Aires #Reseña

El lunes 24 de abril se llevó a cabo una de esas fechas que, rápidamente, pueden calificarse como “de culto”. En el recinto Casa Colombo de la Ciudad de Buenos Aires, pequeño pero acustizado y con el ambiente ideal para la circunstancia, los noruegos DEATHHAMMER pisaron tierras porteñas, prometiendo una jornada que, violenta, es decir poco.

Cuero, tachas, parches de SODOM, SLAYER, VENOM: estos adornos que lucían las huestes metálicas anunciaban una fecha que se pintaba como una hermosa máquina del tiempo. Lo mismo se advertía con la venta de vinilos. DEVASTACIÓN, fundamental banda del under nacional, dio su set ante sus fieles seguidores y quienes empezaban a poblar el recinto. Los locales TOXIC GOAT y WITCHNIGHT también tuvieron una excelente respuesta del público, claramente por su talento, pero fue muy festejada la aparición en escena de los chilenos INVOCATION SPELLS, ganándose a curiosos y conocedores.

El cambio de humor, mucho más escatológico y divertido, llegó con DEATHHAMMER. “Salgan la concha de su madre”, y otras gratas bienvenidas de un público que estaba muy ansioso. La banda se subió en hora, Sergeant Salsten (bajo y voz) gritó “buen día, la concha de su madre”, y empezó una auténtica masacre, musicalizada por “Toxic Radiation” y “Savage Aggresor”. El moshpit era a puño limpio – literalmente – y Salsten clamaba por más cerveza, que consiguió y tomó del pico desde el escenario. El ladero del vocalista, Sadomancer, tras las seis cuerdas, también se empeñaba en gritar “buen día” y en pedir cerveza.

¿Qué pasó con el sonido? Correcto. Quizás para el recinto el volumen era demasiado alto, pero estuvo a la altura de las circunstancias y permitió que la banda se luzca. De hecho, no creo que el show haya pasado tanto por las canciones, todas festejadas, claro, sino por lo que ocurría en el escenario. Entre risas había intercambios de insultos entre artistas y público: “pelotudo, hijo de puta”. Y la actitud en escena de estos muchachos es excelente, pueden ser el centro de atención y no por usar maquillaje. Salsten siempre creaba un ambiente siniestro cuando hablaba; más aún cuando sentenció: “no quiero cristianos, posers, ni ninguna de esas mierdas acá”. Terminante.

Los discursos seguían, y esta vez para homenajear a SEPULTURA, “Warriors of Death”. Puede imaginarse cuál fue la reacción. De cualquier manera, el cierre con “Blood Token” y “Satan is Back” fue una gran elección para coronar una noche inolvidable. Por supuesto, de nicho, pero que asegura que el regreso de DEATHHAMMER es más que esperado.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.
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Galería fotográfica de DEATHHAMMER en Argentina