Días de Exilio, Rock y Reencuentros: VINILOVERSUS debutó en Argentina #Reseña

“Buenas noches Buenos Aires, nosotros somos VINILOVERSUS”. Esas fueron las primeras palabras que se escucharon, en la voz de Rodrigo Gonsalves, cuando entre la oscuridad y el humo aparecieron los cuatro integrantes de una de las agrupaciones más relevantes del rock venezolano. Los gritos y la euforia por parte del público no se hicieron esperar. El escenario de Palermo Club, un conocido recinto de la capital argentina, fue el encargado de recibir la primera visita de quienes en 2012 ganaron un Grammy Latino por “mejor diseño de empaque” y además estuvieron nominados a “mejor banda de rock”. Una agrupación que llegó a lo más alto del mainstream local y les tocó, desde el exilio, comenzar de nuevo.

Ha sido una larga espera para los fanáticos argentinos y para todos los venezolanos que desde hace ya varios años se encuentran “exiliados” en Argentina. Algunos nunca pudieron ver a la banda en Venezuela y esa noche del 7 de Abril vieron cumplido su sueño de un modo que tal vez en su país natal no hubiesen podido, y es que contrario a lo que uno podría pensar, en Venezuela no era común ver a los músicos caminando entre la gente, saludando y tomándose fotos antes de comenzar el show.

Ver a Rodrigo en una especie de Meet & Greet inesperado, antes y después del show, conversando con todo el que quiso acercarse, fue ver la cara de una banda renovada, humilde, accesible y madura, distinta de aquella que -escoltada por guardaespaldas- tenía que salir corriendo del escenario o del local, antes de que los fanáticos pudieran atraparlos. Pero ojo, si alguna vez fueron una banda inaccesible probablemente no fue por “divos”, sino por seguridad, ese es uno de los contras que tiene convertirse en un fenómeno de masas.

Por otro lado, el aspecto positivo de ver a tus artistas favoritos en lugares donde no son “masivos” es que pasan estas cosas. Esa sensación de paridad entre la estrella y el asistente permite que el ambiente que se genere sea de confianza e intimidad, trayendo como resultado esa escena donde vemos a los artistas pudiéndose acercar sin miedo a conversar con sus seguidores, sin que nadie tenga que velar por su seguridad.

Pero vayamos un poco atrás, y es que antes de hablar del show de los protagonistas es necesario mencionar a quienes tuvieron el deber de abrir el show de VINILOVERSUS. Se trata de JAUUAR, una novel banda integrada por músicos a quienes les tenemos mucha estima por haber formado parte, con distintos proyectos, de nuestra primera edición del ciclo Rocktambulos En Vivo (BARUTA y CONVERSA). La agrupación liderada por Alfonso Hernández, mejor conocido como Fonso, se encargó de encender los ánimos y lo hicieron muy bien, cautivando a quienes llegaron temprano y tuvieron la oportunidad de escucharlos. Buenos temas y mucha energía sobre la tarima fue la fórmula mediante la cual la banda que completan Pablo Mora, Héctor Miranda y Enrique Pérez se ganaron los aplausos de todos los presentes. Esperamos pronto poder escuchar ese disco debut.

Pasadas las 21:30 hs arrancó lo que todos esperaban, VINILOVERSUS estaba en tarima y “Show Me The Money” fue el tema encargado de romper el hielo por parte de los caraqueños radicados en Estados Unidos. “Vamos a contarles un poco la historia de lo que hemos estado haciendo estos últimos dos años en el exilio” dijo Rodrigo antes de interpretar “Desintegrate Me” y “So Many Stars”, temas incluidos en su más reciente disco Days Of Exile (2017).

Gran parte del público supo cantar los nuevos temas, sobretodo esta última donde el vocalista los dejó corear la oportuna frase: “We are here, we are together… and we are free”. También fueron de la partida “So Long School Boy” y “Boss Don’t Fire Me”, un tema que resume el espíritu del nuevo disco, grabado en inglés como un experimento pero sobretodo como un tributo a todas las influencias americanas y británicas que tiene la banda, según confesó el frontman antes de interpretarlo.

“Qué bonito que griten tantas cosas y saber que hemos conectado con ustedes de algún modo” comentó Rodrigo en una de sus tantas interacciones, mientras el público les seguía pidiendo temas y gritando elogios. El set de los grandes clásicos comenzó con “Fácil Decirlo”, pero más adelante se intensificó con temas como “Juega Bien Tus Cartas”, el poderoso “Yunque” y “Las Historias Son Mortales”, canciones que fueron coreadas en pleno por toda la audiencia.

Fue notable como mientras la banda ejecutaba sus antiguos temas, cuyo género es notablemente hard rock, el público cantó y saltó con todas sus fuerzas, mientras que durante las nuevas canciones fue el baile el que se apoderó de los presentes, que se movían al compás de los sensuales ritmos que caracterizan este último disco y esta nueva faceta de la agrupación.

“No me quiero poner hippie intenso pero que momento tan especial podernos encontrar aquí, en Buenos Aires, gracias por venir” confesó Gonsalves notablemente emocionado y agregó “no pensamos que vendría tanta gente. Ayer estuvimos en Chile y fue increíble también, pero es un sueño estar en Argentina, de donde han salido tantas bandas que idolatramos”. Sin embargo la entrega del vocalista para con su público no se quedó en palabras, sino que en varias ocasiones se bajó del escenario para estar frente a sus fans y sentirlos de cerca, siendo el momento cumbre cuando, en medio de la interpretación de “Control”, se lanzó de cabeza sobre el público y continuó cantando entre ellos.

Tras el encore regresaron con todo para tocar algunos clásicos que no podían faltar, como “Tu Ambición”, “Cocaína” (la cual tuvieron que detener y volver a comenzar), “Acelera” y la que parecía ser la última, “Ares”, con Rodrigo invitando a todos a desahogarse y “pintarle una paloma a los que nos volvieron mierda el país”. Antes de cantarla aseguró que “algún día la cantaremos en Venezuela”. El público quería más, así que la banda interpretó el último hit que faltaba por tocar: “Amnesia Invocada”, uno de sus sencillos más conocidos y con el que dieron cierre a una hora y media de impecable show.

Pero no todo es Rodrigo en la banda, quienes los conocen, saben que detrás de la batería está el popular “Mangan”, que sigue demostrando ser un showman además de golpear los tambores como pocos. Orlando Martinez tiene en su carisma su mejor carta de presentación y es que el baterista canta, grita, se levanta, anima a la gente, toca la pandereta y más. Destacable también fue la labor de Juan Víctor Belisario, quien además del bajo, ejecuta los sintetizadores y teclados, y por supuesto, el importante trabajo de Alberto Duhau en la segunda guitarra, el miembro más nuevo del grupo y cuya presencia se nota a pesar de su timidez sobre el escenario.

Esta nueva formación de VINILOVERSUS los hace ver diferentes en muchos aspectos. Más allá del nuevo sonido, esta nueva distribución que incluye dos guitarras y un bajo -y no como antes, cuando tenían dos bajos y una guitarra- nos deja ver una nueva cara de la banda, más sólida aunque más convencional, más madura aunque menos novedosa, es un nuevo comienzo con nuevo estilo, desde un nuevo país, con nuevos integrantes y nuevos escenarios, y en ese equilibrio de cosas algunos puntos suben y otros bajan, pero lo importante es que la calidad de sonido y el profesionalismo que siempre los caracterizó, sigue intacta, y sobre un escenario se siguen comiendo al mundo.

Comenzar de nuevo es complicado, pero cuando se tiene como bandera la experiencia adquirida, el camino se disfruta más, ya que se valoran las pequeñas cosas, esas que en el primer viaje no percibimos. VINILOVERSUS parece estar disfrutando cada momento de este segundo viaje hacia el éxito y eso es lo que los hará aún más grandes. Venezuela, que los vio nacer y crecer, tendrá que acostumbrarse a la idea de que se volvió pequeña para lo que estos cuatro músicos pueden ofrecer, y ahora más que nunca es momento de que el mundo sea el escenario a conquistar.