El día que OZZY fue un “MOTORHEAD” en la ciudad de JUDAS. Así fue el MONSTERS OF ROCK en Buenos Aires #ReseñaDestacadaOXDReseñasShows (Así Fue) por Frank Hernández - 05/05/201524/02/2016 Diez años después de su última edición en Argentina, el festival británico MONSTER OF ROCK regresó a tierras bonaerenses para hacer vibrar a las mas de 30.000 almas que se dieron cita en el parque bautizado como “Ciudad Del Rock”, esta vez con un cartel liderado por MOTORHEAD, JUDAS PRIEST y OZZY.El sistema meteorológico anunciaba tormentas para el esperado día, sin embargo nada podía detener el ansiado festival que hizo movilizar a cientos o miles de provincianos y hasta extranjeros hasta la capital argentina para disfrutar de una buena dosis de metal en vivo. Muchos de los asistentes arribaron al lugar a tempranas horas y tuvieron que soportar lluvia y frío antes de que finalmente se abrieran las puertas (o se comenzaran a vender/expedir los tickets, según fuera el caso). Durante toda la madrugada del sábado llovió y no paró hasta el mediodía, lo cual provocó que el parque se llenara de agua y barro, dándole un toque especial al festival, sobretodo para quienes ya habían vivido ediciones anteriores y es que lo mismo ocurrió durante la primera edición del MONSTERS OF ROCK, en cuya ocasión también había participado JUDAS PRIEST.Sin embargo las peticiones, los rezos o conjuros de la fanaticada hicieron efecto y lo que prometía ser un día de mucha lluvia comenzó a cambiar, la calma llegó luego de la tormenta y aproximadamente a las 13 horas comenzó a salir el sol, las nubes grises se hicieron a un lado y el día cambió su cara radicalmente, dando paso a un cielo azul que daba el “OK” para la realización del festival. EL BUEN SALVAJE, tal vez la banda menos conocida del evento y quienes fueron incluidos a última hora, se encargó de abrir el festival y calentar un poco a un público mojado y con frío que apenas ingresaba al recinto. Les siguió PLAN4, con mucha mayor trayectoria que la anterior pero sin dejar de ser “poco conocida” entre la mayoría. Ambas agrupaciones contaron con un set de aproximadamente 30 minutos con los cuales ofrecieron lo mejor de si ante un público que no veía la hora de que se subieran a las tablas sus artistas favoritos. Como siempre ocurre, ser banda soporte en un evento con agrupaciones de tanto renombre tiene sus pro y sus contras, pero en este caso fue una oportunidad de oro sin duda alguna para este par de agrupaciones argentinas que tienen mucho para dar, lo cual quedó demostrado con sus respectivas presentaciones.Eran las 15:30 horas y todavía quedaban dos bandas locales por subirse en tarima, pero a diferencia de las primeras dos se trataba de dos consagradas agrupaciones que con estilos bastante diferentes una de otra, han cautivado a las masas durante años y han logrado la internacionalización, un logro poco común en el metal cantado en español. La primera fue CARAJO, el conocido trío de Nu Metal liderado por Marcelo Corvalán (voces y bajo), que si bien ya están acostumbrados a compartir escenario con bandas grandes, no podían faltar en el regreso del MONSTERS OF ROCK a la Argentina. Amados por muchos y odiados por la misma cantidad de personas, nadie puede negar que tienen la trayectoria y fama para ocupar un lugar en un evento como este, independientemente de si su música sea del agrado de todos. Durante poco mas de media hora y con un muy buen sonido, Marcelo, Andrés y Hernán interpretaron sus clásicos y pusieron a corear a muchos de los presentes, sobretodo con el esperado “Sácate la mierda”, logrando despertar al público que se dividía entre los que recién ingresaban y los que ya tenían horas allí y les pesaba el cansancio. Se despidieron muy aplaudidos y dieron lugar a la banda nacional que mayor energía desató en los asistentes: MALON.Con solo nombrarlos sabemos que se trata de una banda referencia en el metal argentino, con gran trayectoria y muchos seguidores, lo cual quedó claro desde el primer instante en el que aparecieron en tarima ya que desataron la euforia de los mas fanáticos, quienes coreaban y hacían pogos desde el primer tema. Se debe resaltar lo corto que fue el tiempo de espera entre CARAJO y MALON, demostrando un buen despliegue técnico por parte del personal encargado de tener listo el escenario para la siguiente banda, felicitaciones a los responsables.Con un carismático y enérgico Claudio O’Connor al frente, MALON apareció en el escenario pasadas las cuatro de la tarde y durante 45 minutos se pasearon por temas clásicos como “Malón Mestizo”, “Culto Siniestro”, “Castigador Por Herencia”, “Gatillo Fácil”, “Síntoma de la Infección” (todos ellos de su disco debut) y otros como “Bajo el Dominio Danzante” y “30.000 Plegarias”, por solo nombrar algunos. Cerrarían su show con el legendario “Tu Eres Su Seguridad” de HERMÉTICA, siendo ovacionados por los asistentes que corearon cada uno de los temas y ya estaban bien despiertos para recibir al primer monstruo internacional de la tarde:MOTORHEAD.Cada vez que esa leyenda viviente llamada Lemmy Kilmister sube a un escenario, se puede sentir en el lugar una vibra especial, si no fuera porque ya los presentes se encuentran de pie tendrían que levantarse al ver aparecer a Lemmy, por respeto y por pleitesía. Es un Dios del rock y no precisamente por ser un músico virtuoso sino por haber sido durante años la representación viviente del rock n’ roll. Hoy en día, a pesar de las enfermedades que lo aquejan y su vida mas sana, sigue siendo una representación del rockero luchador que no se rinde y supera cualquier adversidad, su lema es vencer o morir, tal como reza la imagen que por momentos lucía en el escenario detrás de la banda “Victoria Aut Morte”. Son estas mismas dolencias que padece Lemmy las que nos hacen pensar en que cada presentación podría ser la última, y es que han sido muchas las presentaciones y giras canceladas en los últimos tiempos por la salud del mítico vocalista. Aunque no contaron con el mejor sonido (incluso se filtró una emisora en el audio y cuando la banda paraba de tocar se podía escuchar en los parlantes la transmisión de un partido de futbol), el trío conformado por Lemmy Kilmister en el bajo y voces, Phil Campbell en la guitarra y Mikkey Dee en la batería ofrecieron un gran show durante los casi sesenta minutos que estuvieron sobre la tarima del MONSTERS OF ROCK, tiempo en el que se pasearon por clásicos como “Shoot You In The Back”, “Damage Case”, “Stay Clean”, “The Chase is Better Than The Catch”, “Doctor Rock” y por supuesto el himno “Ace of spades”, con el cual se despidieron para luego volver a tocar el infaltable “Overkill”. Temas de su último disco “Aftershock” también se pudieron escuchar, como fue el caso de “Do You Believe” y “Lost Woman Blues”, solo por nombrar algunos.La respuesta del público fue intermitente, apenas sonó “Shoot You In The Back” -tema con el que iniciaron el set- se animaron a saltar y cantar, pero a medida que avanzaba el show los ánimos se calmaban al punto que el baterista Mikkey preguntó varias veces si estaban dormidos e invitaba a despertar. Así transcurrió todo el recital de MOTORHEAD, con un público que por momentos estaba en calma y por momentos se avivaba con algunos temas específicos. Sin embargo hubo fieles seguidores que se mantuvieron coreando cada uno de las canciones y agitando sus remeras, sobretodo en el sector “campo vip”. No ocurrió igual en “campo general” donde tal vez por el mal sonido algunos optaron por conversar entre ellos mientras semejantes leyendas tocaban grandes clásicos del rock. JUDAS PRIESTMedia hora pasó desde que se bajó MOTORHEAD y se apagaron las luces para recibir al siguiente monstruo de la noche. Técnicos que iban, venían, probaban, tocaban y finalmente un escenario vacío en el que no aparecía nadie fue la constante que se hizo eterna para los miles de asistentes que esperaban por la continuación del show. Pocos minutos habían pasado luego de las 19 horas cuando comenzó a sonar “War Pigs” de BLACK SABBATH, esto nos avisaba que todo estaba listo y seguidamente con el intro de “Battle Cry” ya el show de JUDAS PRIEST había comenzado. Aunque lamentablemente no tocaron el tema, el intro sirvió para que los británicos liderados por Rob Halford fueran apareciendo en el escenario y cuando comenzaron a interpretar “Dragonaut” se despertó la multitud. Fue allí cuando apareció Halford, quien entró caminando con su bastón mientras cantaba el primer sencillo de su último álbum y a partir de ahí pudimos escuchar una fusión de temas nuevos y gran parte de los clásicos de esta insigne agrupación de heavy metal.“Turbo Lover”, “Jawbreaker”, “Metal Gods” y “Breaking The Law” se juntaron con los recientes “Halls Of Valhalla” y “Redeemer Of Souls” para mantener activa a la gente que no paró de cantar y alabar la vitalidad que mostraban estos señores en tarima. Salvo el bajista Ian Hill, único miembro fundador remanente en la banda y quien se mantuvo durante todo el show en el mismo lugar, el resto derrochó gran energía. Scott Travis fue un monstruo detrás de los tambores, Glenn Tipton y Richie Faulkner no pararon de caminar de un lado a otro y hacer su habitual show visual en el que incluyen coreografías junto a Rob, mientras que éste último, además de mostrar una calidad vocal impecable y envidiable, no paró de cambiar su vestimenta durante todo el recital. Para “Hell Bent For Leather” apareció montado en su moto, desde la que cantó las primeras líneas del tema y para cuando terminó el tema parecía que todo había acabado, pero volvieron con “The Hellion” y “Electric Eye”.El público, que se había portado muy bien con la visita y seguía pidiendo mas, respondió casi unánimemente “Painkiller” cuando la banda les preguntó qué otro tema querían escuchar. Inmediatamente comenzó a sonar el clásico y nuevamente se desató la locura entre la multitud. Quienes no coreaban o saltaban era porque estaban impactados del nivel que estaba mostrando JUDAS PRIEST en el escenario y para cerrar su show interpretaron otro himno: “Living After Midnight”. Con rostros felices y muy agradecidos de la respuesta de los asistentes se despidieron estos incansables músicos tras una hora y cuarto de impecable show, dejando la vara muy alta para el encargado de cerrar el festival, el gran OZZY.OZZY OSBOURNEDurante la espera de quien sin duda era el artista más popular de la noche, mucha gente se fue aglomerando adelante para ver a su ídolo, el gran OZZY OSBOURNE y a las nueve de la noche, sin haber aparecido todavía nadie en tarima se escuchó su inconfundible voz que preguntaba en inglés si estábamos listos y hasta comenzó a corear un “olé olé olé” a lo cual la gente respondió con “ozzy, ozzy”. Tras el intro de “Carmina Burana” apareció en tarima el príncipe de las tinieblas, y con con el grito “let’s the madness begin” dio inicio a su show. “Bark at the Moon” fue un tema muy apropiado para comenzar el set de esa noche de luna llena en Ciudad del Rock y apenas comenzó la música se notó la entrega del público, sobretodo el más cercano al escenario, quienes saltaban y coreaban cada una de las canciones. Una serie de clásicos fueron interpretados por OZZY y sus virtuosos músicos, tanto de su carrera solista como de su carrera previa y es que Gus G, “Blasko” Nicholson, Adam Wakeman y Tommy Clufetos acompañaron al gran OZZY a tocar “Fairies Wear Boots“, “War Pigs“, “Rat Salad” y “Iron Man” de BLACK SABBATH. Entre sus temas solistas se pudieron escuchar algunos clasicos como “I Don’t Know“, “Road To Nowhere”, “I Don’t Want To Change The World”, “Crazy Train” y “Mr Crowley” entre otros, siendo este último en el que Ozzy sacó una manguera y se dispuso a tirar espuma al público desde arriba del escenario. Luego de despedirse regresó para un último tema, y en este caso fue otro de BLACK SABBATH: el esperado “Paranoid”, un clásico ideal para cerrar un festival tan emblemático como este donde la gente sufrió y disfrutó, se molestó y se alegró, se mojó y se secó, cantó, saltó, en fin… la gente vivió! Con esa imagen de Ozzy cantando “Paranoid” en el recuerdo inmediato se retiraron miles y miles de rockeros que se dieron cita en una lejana Ciudad del Rock para emprender su largo camino a casa, un regreso que no fue fácil por inconvenientes con el transporte público ya que no se dio abasto, pero sin querer sonar conformista podríamos decir que esa noche se cumplió la premisa de que “La vida es dura, como el buen rock”.[custom_author=Frank] Fotos por Frank Hernández para Rocktambulos.com, todos los derechos reservados.