El poder y la gloria: COCKNEY REJECTS en Argentina #Reseña

Bajón de temperatura. Lluvias en provincia y gran buenos aires. Neblina en algunos sectores aledaños. El clima parece pronto a propiciar lo que parece ser el tour despedida, de cara a las “grandes giras”, en la vida de los COCKNEY REJECTS. Sin embargo, tengo mis reservas. Nadie resiste un archivo y, a razón de hacer un poco de historia dentro del vasto mundo de promesas en el rock and roll, me permito el beneficio de la duda. Tiempo al tiempo.

Los REJECTS tenían 6 años de ausencia en nuestro país. ¿Expectativas? Supongo que altas, nunca está de más tener acceso a ver alguna leyenda de culto de vez en cuando.

En un cansino ingreso, poco a poco se iba colmando el Uniclub. Sin embargo, ya en el local del barrio del Abasto, para entrar en calor, sonaban algunos clásicos del punk y el ska británico setentista que desempolvaba Chino Biscotti en su ya familiar set de dj. Esta postal resultante, con bebida y un poco de baile al son de algún himno de alguna banda seminal de esta cultura (Buzzcocks, Sham 69 o The Specials) por un momento, puede trasladarte hacia algún pub añejo del East End londinense. De esos que hemos visto en las decenas de documentales que hay en YouTube sobre el nacimiento del genero en cuestión.

No deja de ser algo nostálgico, hemos hablado sobre situarnos en un lugar que geográficamente pareciera no pertenecernos. Sin embargo, se han ido reproduciendo estas tribus y, con el paso del tiempo, para más de uno son más que un signo de pertenencia, un par de Dr. Martens o raparse la cabeza. Pero esos son motivos propios e individuales que juntos forman una unidad y una dialéctica. Pero volvamos al hecho artístico.

Los locales RAISE MY KILT fueron elegidos para abrir este encuentro, siendo muy bien recibidos por los presentes. Con el inglés como idioma fonético adosaron a las pegadizas melodías clásicas del rock, una cadencia punk con tintes celtas. La formula guitarra-bajo-batería-voz fue coloreada por los agudos tan característicos de las gaitas escocesas. Algunos covers para subir un poco la temperatura de las ansias colectivas y no mucho más.

COCKNEY REJECTS: Héroes de la clase trabajadora

Sin días libres en esta nueva excursión, la banda de Jeff y Micky Gorggus arremetió con “Flares ‘n slippers”, un canto al desprecio por zapatos de plataforma y los pantalones campana que se estilaban a fines de los 70 en la realeza del rock and roll. Jeff, con distintivo acento de la zona portuaria londinense hizo arengas para nuestro público y los combinó con golpes de boxeo en los momentos de los solos de guitarra. Vince Riordan y Joe Perry Sansome en bajo y batería, respectivamente, generaron un complemento muy valorable, aunque el bajo haya tenido muy poco volumen en la mezcla en el ala derecha del lugar y a pesar del, a veces molesto, acople constante durante todo el set entre el micrófono de Jeff Turnen y sus monitores de piso.

Creo que en el estatus de bandas legendarias este grupo de hooligans devenidos en músicos de punk ya tienen un nicho ganado tan naturalmente que nadie lo discute. Mas allá de ser unos completos desconocidos para tantos otros.

La historia sobre cómo fue crecer en la posguerra con “The Power and The Glory” o cómo fue que su primer concierto lo dieron en el patio de la casa de los hermanos en “Join The Rejects” se contó sola sin más necesidad que tocar aquellas canciones de sus primeros EP’s y sencillos en pequeños sellos seminales del género.

En el encore, “I’m forever blowing bubbles” fue realmente memorable. Aquella canción utilizada en su día para el apoyo al West Ham United antes de ganar la final en Wembley contra Arsenal en 1980 fue celebrada como una nueva victoria. “La prensa nos decía que éramos unos Hooligans. Somos Cockney Rejects, eso es lo que somos…”

Haciendo un balance quisiera poder asegurar que la violencia o el halo de prejuicio que tanta veces envolvió a este tipo de recitales son el signo de una época. Lejos estamos ya de esos años y de los actos penosos que, sin olvidarlos, debemos dejar ir para que no se siga mezclando la historicidad de estas bandas y los eventos venideros en este género. Lo demás sigue atado al cambio y al devenir de los tiempos.

Tomás Molina