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El viaje de la vida: Jordan Rudess presentó “From Bach to Rock” en Argentina

La primera visita en formato solista del reconocido pianista estadounidense a Argentina se dio enmarcada en la gira de su show From Bach to Rock, un recital donde nos muestra con lujo de detalles su camino en el mundo de la música y ejecuta piezas de todas sus épocas, además de confesar historias y anécdotas que nadie más que él conoce.

Para quienes conocemos el trabajo de Jordan Rudess, no es ninguna sorpresa verlo comerse el piano con pasión y con locura. Su virtuosismo musical le valió el apodo de “el mago de los teclados” y como compositor no hay casi nada que no haya hecho, sin embargo los detalles de su infancia y la forma en la que su familia fue descubriendo que tenían un hijo superdotado, hacen de su vida una historia interesante y entretenida.

Sin saber mucho acerca del tipo de show al que estábamosasistiendo pero con las expectativas en alto, muchos fanáticos de DREAM THEATER y de Jordan en general, se acercaron a recibirlo el pasado domingo 2 de Diciembreen Buenos Aires. Público amante del rock progresivo y de la música clásica sejuntó para vivir una noche diferente y dejar que el gran  los deleitara con su talento.

“Siento que voy a romper este piano,” dijo sonriente Rudessen su primera interacción con el público que se dio cita en el Teatro LaComedia. “Es en serio”, agregó, mientras el público reía. El pianista supoconvertir una probable inconformidad de su parte (para con el instrumento quele gestionaron) en un chiste que sirvió para romper el hielo.

La apertura fue entre aplausos y música clásica, e inmediatamente comenzó el storytelling por parte del carismático Jordan. Así fue como nos contó que aprendió a tocar el piano en el colegio -sin que nadie le enseñara- y cuando uno de sus maestros felicitó a su mamá por ello, la señora pensó que se equivocaba de niño. “Mi hijo no toca piano” decía la madre de Rudess en medio de su desconocimiento, por lo que al darse cuenta de lo equivocada que estaba decidió comprarle uno y contratar un profesor de piano para que le enseñara a tocar “de verdad”.

El cuadernito con canciones infantiles que le dejaron de tarea, pronto fue a parar a la basura y Jordan terminó a muy corta edad aprendiendo temas como “Partita No 5”de J. S. Bach (el cual pudimos escuchar esa noche)  de la mano de una estricta profesora, Magda, que le pegaba cada vez que se equivocaba. “Así fue como aprendí a no equivocarme. Todavía, cuando me equivoco hoy en día, me parece que la veo” bromeó.

Una de las cosas que más le gusta a Jordan es improvisar sobre las canciones que ya están hechas, incluso las propias. Su capacidad para jugar con las notas y modificar los temas le valió la admiración de muchos en sus primeros años, según nos contó, hasta que llegó al conservatorio y lo obligaron a tocar estrictamente lo que estaba en la partitura. Razón por la que encontró en el blues y el rock un escape para sobrevivir a la escuela, tocando en vivo con amigos – a escondidas – luego de las clases.

Más adelante se encontraría con el reto de tener que aprender de memoria (y por las malas) temas de 25 páginas, como fue el caso de “Ballade No 1 en G menor Op 23” de Chopin, y aunque pudo hacerlo – de hecho el tema fue parte del set list – descubrió que eso no era lo que deseaba.

En ese viaje por el que nos llevó Jordan, se detuvo un rato para contarnos de sus mayores influencias en el rock progresivo. Pudimos escuchar temas como “Tarkus” de Keith Emerson, “Hey You” de PINK FLOYD, “Entangled” de GENESIS y “The Court Of The Crimson King” de KING CRIMSON, todas con su toque único y personal. Además, también nos deleitó con su voz en “Talk To The Wind” de KING CRIMSON y “Space Oddity” de David Bowie (momento en el que recordó lo orgulloso que se sentía de haber grabado con él).

Hubo tiempo para estrenar “Just For Today”, tema que estará en su próximo disco (primera vez que era tocado en vivo) y para tocar otros temas solistas como “Interstices”, de su disco Feeding The Wheel (2001) y “For Japan”, tema que compuso para recaudar dinero en pro de las víctimas del tsunami de Japón. Pero sobre todo hubo tiempo para emocionar a los más fanáticos con “Hourglass” de LIQUID TENSION EXPERIMENT y un medley con lo que, según él, son sus temas favoritos de DREAM THEATER: “The Silent Man”, “Hollow Years” y “The Spirit Carries On”.

Hacia el final, luego de haberse levantado para tocar el pad con GeoShred e impresionarnos con piruetas que incluyeron tocar con la nariz, Jordan provocó la ovación de pie por parte del teatro cuando ejecutó el clásico “The Dance Of Eternity” de DREAM THEATER, pieza donde involucró al público con palmadas y sonidos al ritmo de la canción.

Ese sería el primer encore de la noche, pero tras los aplausos y cánticos de los presentes, volvió para tocar “Chopsticks” de Euphemia Allen y volvió a amagar con la despedida. La gente no se conformó y continuaron aplaudiendo y pidiendo más, por lo que Rudess regresó para cerrar con “State of Grace” de LIQUID TENSION EXPERIMENT y un clásico que se volvió a poner “de moda” por estos días gracias al cine: “Bohemian Rhapsody” de QUEEN. El resultado fue otra ruidosa ovación y un público rendido a sus pies.

Fueron muchas las anécdotas e historias que durante las casi dos horas de show nos compartió Jordan. Narrarlas todas aquí sería hacer spoiler de un show que vale la pena presenciar y disfrutar, lleno de historias que sólo él sabe contar, como la de su ingreso a LTE y la invitación que posteriormente le hicieron para tocar en DREAM THEATER, la del comercial que grabó cuando era un adolescente, en la cual hizo alarde de lo hermoso que era su cabello, o el momento cumbre de su carrera que lo llevó a tomar la decisión de abandonar el conservatorio y tocar rock.

La historia de Jordan Rudess es inspiradora, porque a pesar de tratarse de un niño genio con un don que pocos tienen, se enfrentó a los mismo obstáculos que todos y tuvo mucha más presión que el ser humano promedio, ya que al ser un músico excepcional las expectativas que quienes giraban a su alrededor siempre fueron altas y las decepciones también.

Dejar la música clásica para tocar rock, cuando en su propia escuela les decían que los rockeros eran ciudadanos de segunda con quienes no había que juntarse, no fue una decisión fácil, pero necesaria en pro de su libertad compositiva y su felicidad como músico. Eso lo llevó a donde está hoy, a ser uno de los pianistas más importantes del rock progresivo y ya sabemos lo que eso representa. Quienes hemos tenido el privilegio de vivir al mismo tiempo que él, podemos estar felices de que el día de mañana les contaremos a nuestros nietos cuan grande fue ese maestro llamado Jordan Rudess, un músico como pocos.

Frank Hernández
Director en Rocktambulos
Escucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo.
Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos
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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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