Con veinticuatro años de carrera, MALÓN volvió a los escenarios, comenzando su gira por XLR, recinto ubicado en San Miguel. ¿Cuál es la apuesta concreta? 1) Demostrar que su sonido está a la altura bandas internacionales de primera línea, 2) que eso le otorgue otra calidad a las canciones, 3) reinventar el setlist y, quizás, 4) un nuevo material discográfico – aunque este es un anhelo personal -.
La velada comenzó a las 23:00 hs con BAGUAL, una banda particular, de Heavy clásico, pero con un frontman que estaba exultante de alegría, hasta el punto en el que se proclamó “presidente del mundo”. Una gran apertura, entretenida y con un sonido correcto, previo al acto principal. Una hora de prueba de sonido y así comenzó la introducción con los sonidos de indígenas masacrados para que MALÓN salga a escena con este panorama: escenario chico, sonido perfecto, y las mejores luces que uno podía pedir. Ese comienzo con “Nuevo Orden Mundial” dibujó sonrisas y configuró un pogo violentísimo, que se acentuó con “El Infierno de Ayer”.
Existieron claves precisas para que la performance de la banda llegara al nivel de excelencia que alcanzó, como el sonido de la batería del “Pato” Strunz, de temibles kicks y toms, el carisma – y oficio – en escena de Claudio O’Connor (voz), mientras que el “Tano” Romano (guitarra) y Karlos Kuadrado (bajo) son auténticos pilares en su labor. Desde hace tiempo sostengo que MALÓN sería una especia de FEAR FACTORY argentino, juzgando la estructura de sus composiciones y el sonido al que apuestan, y la remera que llevó Kuadrado, haciendo referencia a la banda de Los Angeles. Por ese tipo de enfoque, las canciones más recientes como “Mi Digna Lealtad”, “Plata o Plomo” o “Barbarie Colectiva” sonaron modernas y, reitero, con un pogo que asombraba por el desenfreno del público, que directamente gritaba las canciones, como si se tratara del último día de sus vidas.
Entonces ¡ni hablar de lo que fue el “set HERMÉTICA”! “Robó un Auto” y “Memoria de Siglos” despertaron locura, sí, pero “Vientos de Poder”, con la introducción de “Masa Anestesiada”, fue un síntoma de cómo, después de veintiocho y treinta años, respectivamente, estas canciones aún suenan actuales. “Atravesando Todo Límite”, como siempre que se interpreta, se conectó con el lado más emotivo del público. En un lugar tan íntimo, con un sonido de tan buen nivel, escuchar a estas composiciones resultó un vínculo con el pasado, para muchos de los que estábamos ahí. La adolescencia de muchos, una escena que ya no existe, o quizás, los jóvenes que recién se acercan al Heavy Metal y tienen la posibilidad de escuchar a los temas que, al menos en Argentina, lo llevaron hasta su punto más alto.
Por otra parte, la inclusión de canciones como “Espíritu Combativo”, de las más festejadas por la profundidad de sus líricas, demuestra la vigencia que tiene el álbum debut de MALÓN, que con composiciones como “Síntoma de la Infección” o “Gatillo Fácil”, pueden levantar cualquier concierto. De cualquier manera, lo que más llamó la atención, fue cómo la banda parecía no tener reparos en interpretar una canción seguida de la otra, casi como una serie de golpes al mentón que no daban descanso. “Grito de Pilagá”, “Malón Mestizo”, “Hipotecado”…. casi no había columna que aguante.
Y luego de semejante golpes de knockout, MALÓN se tomó unos minutos y volvió al escenario para atacar con “Soy de la Esquina” y “Tú Eres su Seguridad”, himnos de HERMÉTICA y el Metal Argentino. La emoción de cada uno de los presentes al entonar estos clásicos hace reflexionar sobre el legado de un grupo que a más de veinte años de su disolución. Y también emociona ver a MALÓN en tan buena forma y constatar que uno de los exponentes del Metal nacional es un auténtico emblema de cómo tiene que ser un show de música pesada. Efectivamente, y por más que el tiempo pase, este cuarteto histórico se erige como una de las propuestas más interesantes dentro de la escena argentina.