La escena extrema del metal en los últimos 15 años, digamos, ha tenido un importante crecimiento, y lo notables que han resultado algunas bandas alrededor del mundo es cualquier cosa menos materia despreciable. En este contexto de auge, bandas con cierta trayectoria se animan a hacer por primera vez un tour sudamericano, y es en este contexto que Argentina recibe a los australianos THY ART IS MURDER, quienes llegaron para una única presentación en Buenos Aires.

Como parte del denominado “The Mortal Way Tour”, llegaron para detonar Groove el pasado miércoles 11 de diciembre. En un principio sería una fecha co-headliner junto a los titanes norteamericanos WHITECHAPEL, pero estos, a tan solo 2 semanas de iniciar la gira anunciaron la suspensión de sus actuaciones por motivos de salud relacionados con la salud mental de su vocalista, quien a través de un video en las redes sociales explicó la situación y pidió disculpas y comprensión.

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NVLO en Groove: Mucho más que un acto soporte

La noche arrancó con la presentación de los locales NVLO, banda bonarense también practicante del estilo deathcore, y que están viviendo un gran momento de su carrera. Con 4 discos de estudio bajo el brazo, el quinteto deleitó a los presentes con temas como “Péndulo”, “Ánimas” y “Los Frutos de la Antipatia”, entre otros. Con un sonido impecable y contundente, acompañado de un juego de luces muy bien trabajado, se encargaron de prender las rondas desde muy temprano y dejar al público bien a punto para el acto principal.

Sin ánimos de hacer Spoiler sobre lo que ocurriría más tarde, es importante decir que al final de la noche me quedó la sensación de que NVLO sonó mejor que THY ART IS MURDER. Una explicación lógica podría ser el hecho de que han tocado en múltiples oportunidades en este recinto y posiblemente sepan muy bien cómo responde a su música, y -gracias a la mano del sonidista que también debe conocer de memoria el local- pueden sacarle todo el jugo para sonar como lo hicieron. No debería ser nada raro que el acto soporte suene tan bien, pero ciertamente no pasa todos los días. Los chicos de NVLO supieron aprovechar muy bien la ventaja de jugar de local, dejando en evidencia que no necesariamente por venir de afuera, la banda visitante siempre será la que mejor suene.

Por otro lado, tuvieron un set de 40 minutos, que si comparamos con que la banda principal (otro spoiler) tocó tan solo 60, entonces los shows estuvieron bastante parejos. Eso sí, el set de NVLO pudo haberse extendido 20 minutos más para alargar la velada y nadie se habría molestado. Bravo por este tipo de sorpresas, que nos hagan creer que hay una escena nacional preocupándose por hacer las cosas cada vez mejor, cuidar los detalles y brindar a su público un show de calidad que no tiene qué envidiar al de una banda extranjera.

THY ART IS MURDER llegó a la Argentina por primera vez

Una vez despejado el escenario, llegó el momento más esperado: THY ART IS MURDER hizo por fin su entrada y arrancan como trompada de Tyson, con “Destroyer of Dreams”, y acto seguido “Blood Throne”, que fue muy coreada por la gente que desde el minuto cero armó un pogo demencial, y que se mantuvo hasta el último acorde del show, a la par que su cantante, Tyler Miller, lo incentivaba pidiendo regularmente un “Hellyeah” a los asistentes.

La precisión y el tecnicismo de la banda no se hizo extrañar en ningún momento, destacando las ejecuciones de canciones muy exigentes, como es el caso de “Slaves Beyond Death”, “The Purest Strain of Hate” o la celebradísima “Holy War”, en la que Tyler dejó de cantar la parte que reza el nombre para regalárselo a sus fans.

Agradeciendo en par de ocasiones a los presentes por hacer el show posible, por el apoyo, y por dejarlo todo en un pogo que parecía crecer en intensidad con cada tema, la masacre continuaba, pero con un sonido que por una cosa u otra no terminaba de cerrar. Por momentos se hizo una bola considerable de graves, que de a ratos se atenuaba, pero no despareció del todo en ningún momento, y la voz de Tyler, si bien se escuchaba correctamente, pudo tener un poco más de “presencia”.

Al terminar “Keres”, Tyler anunció que estaban llegando al final y que tocarían 3 temas más, y así fue como con una seguidilla violenta y la ronda en su punto más alto sonaron “Everything Unwanted”, “Reign of Darkness” y “Puppet Master”, concluyendo así -y sin encore mediante- un show aplastante, intenso, pero que nos dejó con la sensación de que fue muy breve. Fue así como los australianos cerraron su gira sudamericana.

Lo bueno, lo malo y…

LO BUENO: THY ART IS MUDER haciendo su debut en el país con un disco recientemente editado -“Godlike”, de 2023-, y dando un importante lugar en el set a los temas que lo componen, aprovechando bien la oportunidad de presentarlo, más aún siendo que es “el primero” con la voz de su actual cantante. Para más detalles, ahondar en el abrupto despido de su cantante anterior y la regrabación de las voces de “Godlike” a solo días de su lanzamiento. Una historia delicada.

LO MALO: este show se suma a otros que ocurrieron en los últimos años, en los que el set de la banda principal no superó los 60 minutos de duración. Personalmente pienso que, tratándose de una banda que hizo su primera actuación en un país, viniendo de un lado tan lejano del mundo, donde -literalmente- son unos “adelantados” (mientras en Argentina se vivía la noche del miércoles, en Australia ya casi era el mediodía del jueves), y considerando que las entradas no son económicas, tocar un set tan corto suena un poco a despropósito. Aprovecho la oportunidad para hacer esta crítica pero no tiene nada que ver con este show específicamente, sino con todos, ya que esto no es algo exclusivo de Argentina ni de TAIM, es una situación que está ocurriendo mundialmente con casi todas las bandas. Al parecer, se puso de moda tocar poco.

No olvidemos, además, que era una gira conjunta con otra banda, con lo cual quizá pudieron tomar la baja de Whitechapel como algo a favor y extender un poco el show, un par de temas, quizás, como para redondearlo en 75-80 minutos no habría estado mal, pero no ocurrió y esos 60 minutos fueron el factor común en todos los shows de la gira, no solamente en Argentina.

LO RARO: llegados a este punto donde se habló de lo bueno y lo malo, quizá estén esperando leer sobre lo feo, pero creo que vale la pena cambiar el enfoque y más bien hablar de lo “raro”, y sí, por favor considérese el uso de las comillas, esto es mucho muy importante.

Hubo un momento en el show de THY ART IS MURDER en el que uno de sus guitarristas, Sean Delander, se ausentó del escenario, cediendo su guitarra a un músico que salió de entretelones para tocar por él una canción, quizá se trataba de uno de sus técnicos, o un invitado para tal tema, pero que pasó casi desapercibido, ya que no se anunció su participación. Luego de eso Sean volvió y retomó su lugar sin decir ni una sola palabra, permaneciendo en tarima hasta el final del show. ¿Alguien lo vio? Rarísimo.

Como mencioné anteriormente, nos fuimos con la sensación de que faltaron temas pero la banda lo dio todo, con la impresión de que NVLO tuvo mejor sonido pero THY ART IS MURDER cumplió varios sueños esa noche, y con la seguridad de que el público se entregó en su totalidad a ambas bandas, pero sobre todo nos fuimos felices de haber podido ver por primera vez a los australianos, un deseo que se tardó muchos años en cumplirse y que dentro de todo lo que podamos decir, bueno o malo, siempre será lo más importante.

Manuel Herrera

Colaborador en Rocktambulos

En las páginas de un libro o las canciones de un disco me puedo perder, y con suerte volver. Baterista, entusiasta del audio, intento de cronista.
Amante de la música y la buena comida.

©Todas las fotos fueron tomadas por Nicolás Rodríguez para Rocktambulos / Todos los derechos reservados