El regreso discográfico de MARILYN MANSON ha sido celebrado por los grandes medios periodísticos de la “escena” internacional; y no era para menos: la vuelta de MANSON al estudio da como resultado más que un disco. Un artista acompañado de fotos oscuras, algunas que lo demarcaban como un gótico listo para hacer surgir su arte y, por otro lado, unas otras que mostraban a un rostro cansino. ¿Qué saldrá de este resurgir? Mejor analizar a fondo la propuesta de The Pale Emperor, la obra que trajo de nuevo a MARILYN MANSON a las grandes luces de la música pesada.

Killing Strangers pone la vara: el disco será un viaje abrasivo hacia las miserias humanas; de hecho, bien claro lo deja la primer canción del disco repitiendo “matamos extraños así no matamos a los que amamos”. Y así, con la miseria como denominador común, el emperador pálido nos relata sus desventuras, como en el nuevo clásico Mephistopheles of Los Angeles o Third Day of a Seven Day Binge. La pluma de MANSON no parece gastarse y una evidencia de esto es Slave Only Dreams To Be King, un mordaz ataque al esclavismo moderno y la corrupción por parte de personas que poseen el poder, de manera arbitraria a veces, sólo porque ciertos intereses juegan a favor de ellos.

No todas las canciones poseen una lírica tan remarcable como las mencionadas anteriormente, pero eso no anula el potencial de MANSON a la hora de seguir escribiendo; al menos por esta senda. En cuanto al sonido sólo puedo darle el visto bueno: el llamado “Metal Industrial” queda abierto a otros matices que lo alejan de ser un machaque agresivo sin sentido; la dinámica y la frescura logran introducir a uno al último opus de uno de los últimos artistas que apostó a la performance. MANSON lo logró de nuevo; el regreso fue un éxito.

Saludable chapuzón en el costado macabro de la música pesada. Recordemos que, al fin y al cabo, más allá de la testosterona y la irracional hostilidad, el Metal es arte; y precisamente a eso es lo que apostó Manson. Nada quedó fuera de un tratamiento detallista, a juzgar por la escucha, para lograr generar ese paisaje cuasi-literario, esa ficción a la que la música invita. Enfatizo la ficción: esta obra de arte es para viajar por los terrenos de ese ámbito. Tal vez no sea la mejor manera de que pueda ser consumado – bueno, en realidad no es la mejor – pero al menos MANSON lo intentó y dio una obra que tiene el valor de poder ser escuchada en diferentes momentos o situaciones y, precisamente allí, es donde uno puede reinterpretar esa ficción. Es simplemente una manera de tratar al Metal como las hay otras, cada uno elegirá la que más le plazca.

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