El hardcore se trata de fidelidad. Con más o menos tracción, pero es un género musical que se impregna en la gente a quien toca para transformarse en un estilo de vida. Y a medida que pasan los años, cada banda que se presenta en el país es una figurita más en el álbum de la vida de cada uno. Pero para completar dicho álbum, hacen falta las llamadas “figuritas difíciles”, las que venían con hologramas. En el álbum de shows hardcore, INTEGRITY era la figurita que a muchos les faltaba.

La noche empezó bien federal, con los marplatenses de COURRIÉRES y los rosarinos de KNOCKOUT y con un público particularmente festivo, en lo que se interpretaba como la necesidad de que fuera una noche histórica. Puntualmente a las 21 salió la banda originaria de Cleveland para desatar su furia en plena veda electoral.

INTEGRITY es el cantante Dwid Hellion y quien sea que esté dispuesto a acompañarlo en su misión en determinado momento de su vida. Si bien hay integrantes que han pasado varios años a su lado, la banda es su visión. Es un personaje que demanda tu atención, que se para en el escenario mostrando sus dientes, en un gesto entre la risa y la furia. Que para en seco a su público cuando intenta quitarle el micrófono, pero que también celebra su entusiasmo.

La intimidad que presenta el Centro Cultural Bula ha transformado al sótano del Almagro en el nuevo templo hardcore. Por momentos, el show se vuelve tan intenso que uno parece estar en 1993 en el Teatro Arlequines. Micrófonos dejan de sonar, los monitores se rompen, la invasión del público al escenario es insostenible y la banda intenta dar batalla ante una tormenta de cuerpos que se le viene encima.

Discográficamente, el grupo aparece por momentos determinados y es por eso que tenemos etapas claramente bien marcadas en su historia. Esta noche el repertorio escogido es claramente vieja escuela, con el periodo medio de los 90 con canciones como “Rise” o “Systems Overload” como algunos de los momentos más festejados de la noche. Pero también muestran algunas de sus varias credenciales, como “Judgement Day”, donde pueden sacar chapa de haber sido la banda que inventó el metalcore a principios de los 90 o pasajes más recientes como “Hymn for the Children of the Black Flame”, ostentando una de las discografías tardías más sólidas en cualquier banda del género. INTEGRITY quizás no ha sido el grupo más prolífico de la historia, pero eso lo han compensado con una calidad constante.

No creo que describir estos shows de forma analítica sirva. Si nos ponemos técnicos, probablemente no haya sido la mejor presentación del grupo; la rotación constante de músicos, sumado a la invasión de gente al escenario, le quita solidez a la interpretación. Sumado a que el grupo solo vino con una guitarra, cuando históricamente son dos y resulta un factor esencial para la música. Esta noche se trata de emoción. Como cuando compras el paquete de figuritas a la salida del colegio y te toca la difícil. Son esas emociones atemporales, que uno siempre está buscando. Por eso hoy la sala está llena de músicos, de los que formaron esta escena como MINORIA ACTIVA o las generaciones más jóvenes que siguen difundiendo ciertos mensajes, como LAS COSAS QUEPERDIMOS EN EL FUEGO. En épocas de híper información, se trata de conectar con lo mas puro.

Facundo Llano

Colaborador en Rocktambulos

Música, comida y libros, el resto está de más.

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