La Ironía Es Una Escena Viva: SURGICAL METH MACHINE y el Regreso de Al Jourgensen #ReseñaDiscos (Así Suena)OXDReseñas por Facundo Guadagno - 28/05/201612/08/2016 En la era del cinismo virtual, caracterizada por la humillación pública inmediata mediante ridículos memes o sus derivados, esto también se traspasa a la música. Faith No More o Red Hot Chili Peppers – en cualquier época de ambos grupos – son dos bandas que se me vienen a la mente que nos acostumbraron a la parodia y al cinismo en pos de superarse musicalmente. También Anal Cunt, Naked City e incluso Hermética con su clásica “Moraleja”. Hoy es raro ver algo así, a menos que Faith No More interprete a Rick Astley frente a un Estadio Luna Park lleno o Body Count actualice el inmortal “Institutionalized”. Pero al día de hoy, ¿quién puede realmente divertirnos y desafiarnos compositivamente? Así es: Al Jourgensen con su nuevo projecto, SURGICAL METH MACHINE. De más está decir cuál es el currículum de Al, como también está demás comprobar cómo será su estado mental ahora mismo, pero lo que queda claro es que se dispuso a hacer, en sus propias palabras, “el disco más rápido posible” y… bueno, lo logró a su manera. Es imprescindible que este disco se aborde con humor – saber inglés es indispensable. Triste, pero es la realidad – sino el chiste no se va a entender y el arte se disolverá sin más remedio. También es necesario conocer a Ministry o a la personalidad de Al Jourgensen, por ejemplo, para entender su “ataque” contra John Bonham ya que lo consideraba “incapaz” para tocar las canciones de este álbum. Bueno, si alguien las puede tocar merecería un premio o una inyección de adrenalina como remedio a la sobredosis.“Hola amigos, les quería comentar que me estoy poniendo sensible ante sus comentarios en Facebook”. Así comienza Al con “I’m Sensitive” en una bestialidad Thrash y un caos mental para enviar al bullicio virtual a hacer sus defecaciones. Rápido paneo de izquierda a derecha y “Tragic Alert” es un llamado al descontrol Industrial. Sonido que parece una NES en pleno glitching, lluvia de samples y el matrimonio del Grindcore, Thrash e Industrial adornados con hermosos cortes – como sucede a partir del minuto 1:50 – para generar el panorama sensitivo de una era trágica caracterizada por el miedo y la ansiedad. Serán los tiempos modernos, quizás. Admito que “I Want More” me parece extraña por una sola cosa: el comienzo parece estar anclado en el año 2000 – ese riff hace 16 años le hubiese dado buenos dividendos a una banda de Nu Metal – . Después muta al clásico Industrial registrado de Al con fluidez creando coherencia entre el cruce de ambos estilos. Con más presencia de guitarras, y semejanzas a Death – más precisamente a “In Human Form” de “Individual Thought Patterns” (1993) -, la pieza tiene una sola consigna: entrar al caótico bálsamo de la mezcla musical o irse asqueado.El humor de “Rich People Problems”, “I Don’t Wanna” – con la presencia estelar de Jello Biafra – y la obra maestra del cinismo: “Unlistenable”. Más allá de que la mitad de los nombres que aparecen en la pieza tienen su lugar justamente ganado, otras son claramente una provocación de Al, como la composición en sí. Y también entre la gracia y la magia está “Gates of Steel”, el cover de Devo, devorado y vomitado por Al Jourgensen. Por suerte el vómito no tiene mal sabor, es una estética de lo feo como el álbum en sí. Aunque Al da un giro al asunto, algo realmente inesperado en la atmósfera de SURGICAL METH MACHINE… bueno, al menos en los once tracks que habían antes de “I’m Invisible”, el cierre del álbum y la pieza que parece sintetizar el tono del proyecto. La batería suena tan fuera de lugar en comparación con las atmósfericas guitarras, lo mismo que pasa si comparamos al teclado y la voz. Ni hablar de los samples. Esta extraña cruza, como absolutamente todo el álbum, genera amor u odio, hipnosis o rechazo; bajo mi perspectiva es formidable y constituye una apertura muy rica para un segundo álbum.¿Qué nos queda? La broma consumada en arte. Desde ya que es interesante, las composiciones son complejas – una clara muestra de la impaciencia de Al Jourgensen por continuar experimentando – a tal punto que en cada escucha parece descubrirse algo nuevo. Puede alegarse que hay abundancia de sonidos y que el resultado final es un caos inescuchable. Bueno, para eso está “Unlistenable”. Como también puede ser una mezcla hipnótica que invite a un adictivo mundo compositivo. Parecería como que no hay punto medio. Por mi parte, puedo decir que Al lo hizo de nuevo. Una destacable entrega para el 2016. Destacados: “I Don’t Wanna”, “Rich People Problems”, “I’m Invisible”Facundo GuadagnoRedactor en RocktambulosAntropólogo. Politólogo. Escritor.