La Vuelta del Malón: Luego de un largo hiato, la banda volvió a los escenarios #ReseñaNoticiasReseñasShows (Así Fue) por Facundo Guadagno - 02/04/202321/02/2025 El título de esta crónica, que es un guiño a la obra de 1892 de Ángel Della Valle, implica analizar las inflexiones de una supuesta tradición nacional. Es lo que inició el cuadro de Della Valle y, musicalmente, es de lo que se habla al mencionar que tal o cual genealogía sonora es “nacional”. Poco importa, a estas alturas, si es verdad o no que existe un recorrido con tal prolija descendencia; más bien, es relevante que para comunicadores y receptores tenga sentido sobre algo nacional, como el coloquial Metal Pesado, Metal Argento, jevi nacional, o cualquiera de sus acepciones. Después un hiato que tuvo un cambio de baterista – Javier Rubio por Claudio Strunz – y un nuevo disco Oscuro plan del poder (2023, pronto a editarse), MALÓN volvió a los escenarios el primero de abril de 2023 en el Complejo Art Media. Veamos la performatividad del jevi nacional puesto en discurso.Sin acto soporte, y luego de que pasaran las 21 horas – unos diez minutos, nada más – Javier Rubio se subió a su kit de batería y comenzó a transmitirse una suerte de introducción con imágenes que, claramente, eran un alegato frente al calentamiento global, y para estas alturas no se podía contener la ansiedad del público, que visceralmente se expresó en un pit intransitable, lanzamiento de cerveza y canto desaforado ante “Grito de Pilagá”, seguido por “Sobaco Ilustrado”, canción para nada habitual en la lista de temas. Todo volvería a la normalidad con “Bajo el Dominio Danzante”, que para quienes vimos a MALÓN más de una vez, esa composición nos da reminiscencias de cierto confort, es decir, un indicio de que nada cambió.A todo esto, el sonido no fue el mejor, y no sé si es una cuestión reclamable al recinto o qué, pero si bien la performance sonora no fue mala, estuvo lejos de los estándares a los que el grupo nos acostumbró. Esto fue así ya sea ubicándose atrás, al medio, costados, o adelante: solamente con un cambio radical, más que positivo, a partir del solo de batería: para ese momento ya había transcurrido más de una hora de show. La reacción del público ante las nuevas canciones, “Un Cielo Rojo”, “Impulsando el Encuentro” y “Pacto Pesado” – de flamante estreno en el gélido sábado porteño -, fue positiva. Estas innovaciones compositivas tienen temáticas relacionadas a la ciencia ficción o el ritual de un concierto de Heavy Metal. Esto está muy lejos de sentencias como: “raza laboral convertida en mendigos”, efectivamente de “Mendigos”, o la “quiniela cotidiana” de “Hipotecado”. Incluso la exquisita selección de autores, como Marcelo Berbel, en la reversión de “Destino de Ladrillero”, convertida en “Cancha de Lodo”. A estas composiciones las separan treinta años, y parecen contar con la aprobación del público, pero la genealogía nacional se diluye si se utilizara una balanza conceptual. De cualquier manera, reitero, esto no parece ser relevante para el público.“¡Al fin!”, grita O’Connor (voz), entre dos latiguillos, “Buenos Aireees” y “acá”; la alegría se plasmó en toda la banda, un denominador común de la jornada. No hizo falta demasiado intercambio verbal con los presentes, sino compartir miradas cómplices y gritos unidos, como en “Espíritu Combativo” o “Síntoma de la Infección”. Y por más que las solicitudes no faltaron, incluso en los bises con cantos a capela desde las huestes metálicas, MALÓN evitó hacer temas de HERMÉTICA. Es destacable, afortunadamente como siempre, la solidez del “Tano” Romano (guitarra) y Karlos Kuadrado (bajo); este último, de bajo perfil, pero con una notable presencia en la mezcla. “Que se escuche el canto malonero”, se solía decir desde el público, en referencia al canto indígena de “Masa Anestesiada”, pero como eso sería hacer una versión de HERMÉTICA, los ruegos no se escucharon y llegó el cierre con un clásico ineludible como “Malón Mestizo”. Desde la tradición de entrar sobre la hora, escuchar canciones de la banda en la vereda, hasta los infaltables cantos de cancha y banderas argentinas con leyendas que indican ubicación geográfica del público, todo pareciera estar en orden para el nuevo regreso de MALÓN, esta vez, discográficamente. Desconozco cómo se relacionará con el nacionalismo primitivista de los primeros dos álbumes, o la crítica social del tercero, pero al menos podemos garantizar que en vivo, este grupo fundamental para el género metálico pesado argentino, continúa siendo una cita imprescindible. Los veremos en la próxima.Facundo GuadagnoRedactor en RocktambulosAntropólogo. Politólogo. Escritor. Todas las fotos fueron tomadas por Yamila Fernández para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados