Leviatán sonoro: THERION dio un memorable show en Buenos Aires #ReseñaDestacadaNoticiasReseñasShows (Así Fue) por Facundo Guadagno - 23/01/202328/08/2024 Resultan incontables, o al menos es un esfuerzo fútil hacerlo, las veces que THERION se presentó en Argentina. En rigor de la verdad, y aunque esté adelantándome considerablemente en la crónica, el guitarrista Christopher Johnsson fue muy preciso: “vinimos aquí en el año 1995 y dimos dos fechas en el festival Heaven & Hell”. Eso es cierto, y sorprende que con tantas visitas – once, en realidad – recuerde ese preciso debut. Es un síntoma del cariño que hay entre la banda y el público, que llenó El Teatrito, recinto de la Ciudad de Buenos Aires que resultó un hervidero en un caluroso día de enero que dio una falsa alarma de calma con una tibia lluvia.Entre un sudor inaguantable que solo pudo menguar con la apertura de “O Fortuna”, el recinto se hizo un grito unísono por “The Blood of Kingu”, obra del ambicioso Sirius B (2004), seguido por “Birth of Venus Illegitima” del enorme Vovin (1998). Los show de THERION destacan por su creatividad, decorados, efectos visuales y una experiencia que sumerge al espectador en la obra; ahora bien, no es que El Teatrito contó con todo esto, pero sí tuvo un sonido impecable. Esta no es una tarea menor. En total hay siete miembros, por ende, una cuenta simple nos daría esa cantidad de canales para monitorear, aunque la cuestión se pone más complicada si consideramos samples, distintos volúmenes vocales, entre otros aspectos técnicos. Considerando eso, el sonido fue la base para que esta sea una noche memorable.Es en vano destacar a una sola voz, o a un intérprete. Pero sería redundante decir lo justo: todos han tenido una noche perfecta. Concentrémonos en detalles que, pueden parecer nimios, pero hacen a la cuestión. Thomas Vikström tiene un carisma particular para ser vocalista, es decir, posee un carácter performático amenazante en “Quetzalcoatl” y épico en “Tuonela”, con luces que siempre lo favorecieron. Entre Lori Lewis y Chiara Malvestiti hacían una notable dupla, que no sólo creaba los ambientes envolventes que logran las sopranos, sino que, por momentos, atemorizaban con un casi quiebre vocal – técnica difícil de lograr – simplemente para presentar “Abraxas”, cortesía de Lewis. Con una marcada presencia en la mezcla, batería y bajo, Sami Karppinen y Nalle Påhlsson, se lucieron en sus instrumentos y, si el rol lo ameritaba, también en las voces. Si bien el cerebro de la banda, el mencionado Johnsson, tiene una labor impecable en su rol rítmico, el argentino Christian Vidal fue una excelente guitarra líder, pudiendo ser virtuoso sin robar protagonismo ya que, en una extraña manera, uno no sabe donde centrar la mirada al ver a THERION. Precisamente, mencionando el nombre de la banda, al momento de presentar “To Mega Therion”, clásico imprescindible”, Vidal no sólo destacó que este era el público que había ganado la copa del mundo – hecho mencionado también por Vikström -, sino que casi a punto de llorar, dio un discurso pidiendo porque la audiencia demuestre que eran los obligados de dejar la vara alta para el resto del tour y tenían que demostrárselo a la banda. A esa altura de la noche, entre el calor sofocante y la emoción, probablemente la vara haya estado altísima. Tan alta como la de la banda, que en pandemia tuvo la destreza de lanzar el comienzo de una trilogía: Leviathan (2021, 2022).Finalmente, tras un par de despedidas donde nadie se movió y continuaron pidiendo más, el grupo interpretó el mencionado “Quetzalcoatl”. Así finalizó una sólida presentación de THERION en Buenos Aires. Foto general, público extasiado y cambio de clima brutal fuera del recinto. Un show más para la lista que, por supuesto, augura nuevos recibimientos para los nórdicos, como ya se ha hecho una sana costumbre. Los esperamos.Facundo GuadagnoRedactor en RocktambulosAntropólogo. Politólogo. Escritor.Galería fotográfica de THERION en ArgentinaTodas las fotos fueron tomadas por Frank Hernández para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados