Un día como hoy, 2 de abril, se realizaba por primera vez un festival LOLLAPALOOZA fuera de los Estados Unidos. Aquella “prueba piloto” fue en el parque O’ Higgins de Santiago de Chile e inició una verdadera conquista sudamericana cuyo éxito no tiene precedentes. A una década de la primera edición del LOLLAPALOOZA Chile, recorremos la historia, analizamos en lo que desembocó el festival y recordamos lo que nos ha dejado.
El año 2011, internacionalmente, fue una época de transición para la música. El rock de guitarras fuertes había dejado de tener protagonismo, mientras la electrónica mas pop y bailable, y el hip hop se hacían cada vez más fuerte. Pero Sudamérica tiene un estigma extraño, donde las cosas llegaban o se entendían años mas tarde. Por suerte el avance a pasos agigantados de la tecnología fue haciendo esa brecha cada vez mas corta.
En una región nostálgica como lo es Sudamérica, tiene sentido que, en 2011, en Chile, desembarcara por primera vez el LOLLAPALOOZA. Un festival que había tenido su época de oro en los 90’s. Había sido creado como una especie de circo itinerante que funcionaría como la despedida de JANE´S ADDICTION, sin duda los padres de la llamada “Nación alternativa”. Pero una vez concluida esa gira, el LOLLAPALOOZA se estableció como un nombre propio, desprendiéndose de la banda que lo creó y extendiéndose en el tiempo. Sin embargo ese éxito no duró para siempre: Cuando el mundo le dio la espalda al rock alternativo y lo cambió por el pop de los Backstreet Boys y Britney Spears, el LOLLAPALOOZA tuvo su punto final, específicamente en 1997, para luego intentar regresar con el mismo formato de gira itinerante a mediados de los 2000, sin mucho éxito.
En plena reinvención, Sudamérica parecía el lugar perfecto para expandirse, llevando un festival que prometía una mayoría de nombres internacionales a un punto geográfico que estaba acostumbrado a recibir artistas en devaluación. Y cumplió.
Como festival emblema de los 90, tenía sentido que el público a apuntar fuera el que tenía entre 25 y 35 años, en ese momento. Es así como la gran parte del cartel estaba plagada de artistas, a esa altura, ya clásicos, con JANE´S ADDICTION como maestros de ceremonia, acompañados por importantes bandas contemporáneas como DEFTONES, FLAMING LIPS, JAMES, CYPRESS HILL, SUBLIME, 311, STEEL PULSE o Todos Tus Muertos. Todos estos eran artistas que podrían haber estado en la edición de 1998 si el festival no hubiese dejado de existir, pero la organización sabía que para trascender en el tiempo no podía arraigarse a la nostalgia. Así es como encontramos a Devendra Banhart, THE KILLERS o THIRTY SECONDS TO MARS, en su pico de popularidad, trayendo al público adolescente. O propuestas electrónicas como Armin Van Buuren y Fatboy Slim, que en esta parte del mundo no era común ver en “festivales de rock”. O el lugar central del hip hop con Kanye West, en aquel momento reconocido más por su música que por su vida privada, aún a la vanguardia.
De alguna forma, esa primera edición fue el camino a seguir para ediciones futuras. Sin duda, el mayor mérito del LOLLAPALOOZA es la introducción masiva del hip hop en la región. Mientras el rock fue rey, en estas tierras el hip hop se mantuvo como una música de culto. Se escuchaba, pero era de nicho. Los datos están a la vista; durante la masificación del hip hop en los 90, las únicas dos bandas que visitaron el sur fueron Beastie Boys y Cypress Hill. Casualmente, dos bandas muy conectadas con el mundo del rock. Y así se mantuvo por muchos años, décadas, con alguna visita esporádica como Snoop Dogg. Pero las semillas del hip hop de los 90 y el reggaetón empezaron a crecer y, en paralelo con la llegada del LOLLA, a partir del 2011 apareció una generación completa de adolescentes que ya no se identificaba con una persona tocando una guitarra de 1500 dolares.
Esa primera edición fue un éxito y logró sostenerse en el tiempo, no solo en Chile, sino que probó suerte en Brasil y luego en Argentina. Paradójicamente, fue el público más joven el que adoptó el festival y no la gente post 30, como se podría pensar inicialmente. Lógicamente los carteles fueron apuntando cada vez más a ese público adolescente, priorizando los artistas contemporáneos, lo cual fue sumamente positivo a la hora de ver artistas en su pico creativo y en el clímax de su popularidad, en vez de esperar décadas para poder verlos como un acto de nostalgia.
Pero el LOLLAPALOOZA nunca olvidó del todo las raíces, siempre ha tenido una cuota de artistas clásicos para su público adulto, incluyendo nombres como METALLICA, PEARL JAM, RANCID, ROBERT PLANT, LENNY KRAVITZ o THE SPECIALS en distintas ediciones del festival. También ha sabido añadir a su line-up bandas contemporáneas que no estén necesariamente en el top del mainstream, como VINTAGE TROUBLE, SILVERSUN PICKUPS, THE LAST INTERNATIONALE o ALABAMA SHAKES (en 2013, luego volvieron en 2016 consagrados). Si uno tenía la cabeza abierta y la curiosidad aceitada, era posible sacar buen jugo al festival, que no tenía entradas necesariamente económicas, pero en la balanza de la cantidad de grupos internacionales que uno podía ver, terminaba siendo redituable.
Con el tiempo, el éxito y la masificación, la vieja guardia salió como siempre a decir que el festival “Ya no es lo que era”. Que había perdido su espíritu alternativo. Es curioso como el tiempo distorsiona las cosas. Entre 1991 y 1997, por el LOLLAPALOOZA norteamericano pasaron bandas como PEARL JAM, TOOL, RAGE AGAINST THE MACHINE, ALICE IN CHAINS, NINE INCH NAILS, RED HOT CHILI PEPPERS y un largo etc. Bandas que, en ese momento, vendían discos por millones y monopolizaban la rotación de MTV y las radios. Es curioso que llamemos alternativo a lo que era, básicamente, el mainstream. Sí, nos puede gustar más musicalmente, podemos coincidir con su ideología, podemos entender lo que transmitían, pero el lugar que tenía NIRVANA en 1992 hoy lo ocupa gente como Bad Bunny o J Balvin. Y no hay nada de alternativo en eso.
Entonces ¿Qué fue lo que pasó? Nada. LOLLAPALOOZA siempre fue igual: Un festival de música, que intentaba mostrar las tendencias más importantes del momento y le daba algún pequeño lugar a los artistas que nos formaron. Ya lo explicaron una vez Los Simpsons, el LOLLAPALOOZA es un festival que apunta a la gente joven, nosotros nos vamos volviendo viejos.