Luz desde las sombras: THE RASMUS se reencontró con su público en Argentina

Por alguna extraña razón THE RASMUS goza de una popularidad considerable en Argentina, como si se tratara de los buenos viejos tiempos: la vitalidad se palpita como si los charts clamaran por ellos. Desde ya, cuánto mida o deje de medir un grupo no es relevante, pero sí importa la reacción de quienes los vayan a a ver. De lo contrario, no se explicaría por qué en su regreso a Buenos Aires, la banda tenía una larga fila esperando para entrar antes de que se abran las puertas de El Teatro de Flores, recinto escogido para la esperada celebración que, dato no menor, tenía el motivo de festejar los treinta años del grupo. Esto fue lo ocurrido.

Ingresar al recinto implicaba esquivar gente a más no poder, y recién estaba comenzando el set de los locales AFTER LIFE, que no solo tuvieron al público de su lado, sino que terminaron conquistándolo con “Decode” de PARAMORE, con una más que excelente presentación. Ovación y sueño cumplido para el cuarteto autóctono. Mientras el DJ de la noche se lució con clásicos de esa bolsa musical que se llama “Rock Alternativo”, provocando el delirio de los presentes, la ansiedad se iba acumulando.

Y con “First Day of My Lfe”, canción que abre al infaltable Dead Letters (2003), THE RASMUS comenzaba su show en Buenos Aires con un hit saltarín de comienzos de siglo, cantado al unísono por todo el público. A todo esto, la euforia era tal que en el primer piso el canto de la audiencia lograba tapar a Lauri Ylönen, vocalista y estrella absoluta del espectáculo en cuestión. “Este es uno de los mejores shows del tour”, destacó el emocionado cantante finés, y es posible creerle si entre sus corridas por el escenario, y carisma de sobra, se le notaba una sonrisa de oreja a oreja. La emoción se sentía con “Guilty”, segunda canción que a grito pelado no hubo alguien que no se sintiera conmovido por este clásico.

Ese punto de adrenalina fue constante en todo el show, y si bien la calidad de las canciones justifican la reacción, que Lauri deje todo en el escenario colabora mucho. De hecho, las obras de su último trabajo, Rise (2022), fueron bien recibidas, como “Fireflies” o “Jezebel”. Es que hay una fórmula entre el estribillo pegadizo y los cortes furiosos, que funcionan muy bien. En ese sentido, la dupla Heinonen (bajo) – Hakala (batería) es destacable. Mención especial para el histórico bajista que pidió atención en el público ante una emergencia, bromeó cuando fue necesario, y punteó el “olé, olé” infaltable. Pero Lauri destacó la incorpración de “Emppu” Suhonen al grupo, que no solo tuvo una excelente performance como guitarrista, sino que se lució con su propio solo, el cariño del público y confesó ser una fan de la banda e ir a verla a sus ensayos.

No faltaron los momentos emotivos, o más bien, el set emotivo que es la sección acústica del espectáculo, aunque su punto más alto fue “Still Standing”, dedicado a una amiga de la banda, que perdió trágicamente la vida en su juventud. Lo contrario en emociones fue “Ghostbusters”, festejada y que cale“F-F-F Falling” y, por supuesto, “In The Shadows”. Los bises terminarían con “Sail Away”, en un concierto donde THE RASMUS interpretó los momentos más altos de su carrera y que finalizó con el público comentando el evento con tanto énfasis, ya sea a la salida del recinto o en redes sociales, con o sin llanto, que parecía haberse presenciado un hecho histórico. No sé si fue así, pero al menos un grupo de fans lo sintió como un show particular, y sí lo fue; íntimo, frenético, melancólico y violento, siempre según la ocasión. Muchas emociones en una sola noche que, desde ya, vale la pena recordar.

Facundo Guadagno