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Milagros del Stoner: RED FANG regresó a Buenos Aires con un show memorable

Allá por el año 2017, con una pronunciada juventud que implican seis años de existencia, RED FANG había debutando en Argentina dentro del Maximus Festival. Se trató, por así decirlo, de una “sorpresa”. Un año después regresaron triunfantes, con la pompa requerida como si se tratara de una visita de Estado. El show superó las expectativas. Cinco años después, los oriundos de Oregon retornaron a latitudes argentinas, otra vez en el recinto Uniclub, en un regreso más que esperado.

Con destreza y eficiencia, los locales ONCÓFAGO abrieron la jornada evidenciando, como es de esperar siempre en este recinto, un nítido sonido. El público miraba casi hipnotizado al virtuoso trío que elevó la vara a un nivel difícil de superar. Y con la arenga necesaria, como si se tratara de confrontar una batalla épica, 21 GRAMOS salió a escena, ya sugiriendo algunos pogos mientras los espacios en el local empezaban a agotarse. Pero siempre hay imponderables de la vida cotidiana: a los muchachos se les cortó la electricidad. Una cinta permitió “emparchar” el inconveniente y seguir. O algo por el estilo, porque la prueba de sonido de RED FANG, que no daba ningún misterio ya que podía verse a la banda tras el telón, se hacía larga y los intercambios entre banda y sonidista, alarmantes por no tener retorno, retrasaban la cuestión.

Apertura de telón y rostro de inseguridad en el bajista y vocalista, Aaron Beam, sabiendo que no todo estaba bien, Se le dibujaba una sonrisa con cierta desconfianza detrás pero, de cualquier manera, cuando inició “Hank is Dead”, absolutamente todo el campo se convirtió en saltos y empujones de felicidad y, en rigor de verdad, no hubo ningún desperfecto sonoro, más allá de alguna cuestión que solamente notaron los músicos. Por ejemplo, era habitual verlo al guitarrista David Sullivan reclamando que su sonido era bajo, o que él no se escuchaba. Desde el público no se notó nada.

Aaron Beam

Si bien el grupo se presentó con la excusa de estrenar Arrows (2021), solo escuchamos una canción de ese disco, precisamente la homónima. El set se concentró en Murder the Mountains (2011) – siete temas de la placa -, el sonido fue excelente y el público, entre una humareda de risas ciertas de libertad, se movía hipnóticamente ante el espeso tono que salía de los amplificadores orange. Esa paz se veía alterada por momentos, como en “Blood Like Cream”. Y deambulando, unas veces con más y otras con menos energía, una persona en muletas alentaba desde el público, hasta que en “Dirt Wizard”, quizás haciéndole honor al título de la canción, por arte de magia subió al escenario y se lanzó en un histórico stage dive. Quisieron imitarlo, pero el próximo en saltar no tuvo la misma suerte y cayó al vacío. Puede fallar.

“Son campeones del mundo”, se escuchaba desde el escenario, y probablemente eso fue lo único que varió de un “gracias” o “al fin volvimos a Buenos Aires”. Se notó que el grupo estaba preocupado por el sonido, de hecho, ni siquiera hicieron el juego de los bises, sino que tocaron su set sin interrupciones. Quizás a alguien esto le pareció negativo, pero desde otra mirada puede decirse que se los vio con “el cuchillo entre los dientes”, centrados y con una sana molestia. RED FANG lo hizo de nuevo. Un show directo, sin fallas ni vueltas. Los esperamos con ansias.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo social y cultural, escritor, escéptico y crítico
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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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