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Ni Más Ni Menos: VINILOVERSUS reafirmó su vitalidad en Argentina #Reseña

La segunda visita de VINILOVERSUS a Buenos Aires estuvo rodeada, desde su anuncio, por una energía muy especial. Además de llegar en medio del lanzamiento de VVV (2019), su presentación servía como excusa para recaudar fondos y ayudar a Venezuela en estos momentos tan complicados.

Quienes estuvimos hace un año en su debut en suelo argentino pudimos respirar ese aire de reencuentro que se percibía durante el show, en una noche cargada de nostalgia debido a lo que su música representa para muchos de sus fans venezolanos, con quienes hace muchos años no se reunían. Pero esta vez fue diferente.

La banda llegó con toda la confianza que les daba ese exitoso debut del 2018 y dispuestos a presentar su nuevo disco, el cual interpretaron casi en su totalidad. Por supuesto que hubo momentos para la nostalgia y revivir viejas glorias, pero la actitud de VINILOVERSUS esta vez nos mostraba una banda nueva, madura y distinta (dentro de lo que cabe) que nos hablaba en tiempo presente. De hecho, antes del recién estrenado tema “Carpe Diem”, Rodrigo hizo alusión a lo importante que es vivir el momento sin pensar en lo que pueda pasar después.

Todo comenzó con las palabras de Elisa Trotta Gamus, embajadora de Venezuela en Argentina designada por el Presidente Encargado Juan Guaidó, quien no solo nos dio la bienvenida sino que agradeció a todos los presentes por hacer posible la buena acción del día. Y es que todo el dinero recolectado por la venta de entradas esa noche se donó a la Coalición Ayuda y Libertad Venezuela para su utilización en ayuda humanitaria. Fue la ONG Un Mundo Sin Mordaza, con la que desde hace años ha trabajado VINILOVERSUS y la empresa productora Snow Entertainment, quienes hicieron posible esta nueva visita a Argentina de la banda caraqueña.

Mientras la sala Siranush se iba llenando, apareció PANDA ELLIOT sobre el escenario para calentar esta velada dominguera. Con un sonido que nos hizo recordar al new wave, la cantante, guitarrista y productora (entre tantas otras cosas) se metió al público en el bolsillo con sus bailes, sus letras y su música, que ella misma definió como pop, pero sobre todo con su actitud y carisma. “Soy argentina pero viví 18 años en Venezuela, así que yo sé cómo es la vaina, pana”, confesó entre canciones, y antes de finalizar se lanzó del escenario para caminar entre los presentes y “obligarlos” a agacharse y saltar al ritmo de “Velociraptor”, uno de sus temas. Los aplausos no escasearon al finalizar su show y el público, realmente cautivado, se pudo llevar algunos discos de regalo y fotos con la artista al finalizar la noche.

Tras una espera de 35 minutos, a las 22:35 aparecieron los protagonistas de la noche. Vestidos elegantemente con trajes de blazer rosado (o al menos así se veían debajo de las luces) los caraqueños llegaron dispuestos a romperlo todo con un “Yunque”, tema elegido para abrir el show y, como era de esperar, elevaron la temperatura inmediatamente hasta hacer “Implosión”.

Las Historias Son Mortales” fue el tema con el que se completó este triplete infalible de clásicos rocanroleros para darle paso a lo nuevo. “Estamos haciendo esto por una buena causa, gracias por estar aquí. Ahora les vamos a presentar nuestro quinto disco” fueron las primeras palabras de Rodrigo Gonsalves antes de tocar “La Mejor Venganza”. Fue así como pudimos escuchar, de manera consecutiva, “Ultraviolenta”, “Azteca”, “Shiva”, “Carpe Diem”, “Kali” y “La Quema”, todas canciones de VVV, su más reciente trabajo publicado el pasado 3 de mayo.

“Este nuevo disco busca reflexionar sobre lo espiritual” comentaba Rodrigo al respecto de las letras del nuevo álbum y agregó: “De repente en mil años ya nadie se acordará de nosotros ni de este momento, y eso es lo que lo hace tan especial, que solo tenemos el presente, el aquí y el ahora. Gracias por compartir su presente con nosotros esta noche”.

Fueron muchas las ocasiones en las que el vocalista tomó el micrófono para dar algún mensaje o interactuar, como cuando conversó con una niña que estaba allí, en la primera fila, junto a su madre, a quien felicitó no solo por ser el día de las madres sino por traer a su hija a un show de Rock. La madre aclaró que la fanática es la hija y ella solo la acompañaba. “Estos espacios entre canciones valen oro, estamos viejos pana” bromeaba Goncalves entre temas, y es que si bien los años no pasan en vano, la banda se sigue entregando en tarima como hace más 10 años y la energía sigue intacta.

La noche también estuvo cargada de anécdotas y antes de invitar a PANDA ELLIOT al escenario para cantar “Kali”, uno de los varios duetos que la banda grabó en este nuevo disco, nos contaron una historia:

“Nadie sabe esto pero la primera banda que yo tuve, cuando estaba en el colegio, fue con *Nombre real de PANDA ELLIOT que no diremos para guardar su secreto*. Luego, 13 o 15 años después, el destino nos reencontró sobre un escenario, cada uno con su proyecto. Ella fue la que me enseñó a tocar guitarra, denle un aplauso por favor”.

Rodrigo Gonsalves

Tras interpretar “La Quema”, tema que habla acerca de Venezuela y que -por cierto- suena mucho más pesado en vivo que en el disco, vino la recta final del show, cargada de temas clásicos que hicieron cantar a todo el teatro. “Ahora, a lo que vinieron muchos” decía el cantante antes de arrancar con “Directo Al Grano” y escuchar a todos corear al unísono, para posteriormente provocar los pogos entre la audiencia con canciones como “Llámame y Desaparezco”, “Control” (en la cual se lanzó sobre el público) y “Amnesia Invocada”.

“Sé que a nuestro ‘come gato’ interno le gustan más las canciones pesadas, pero gracias por escuchar todos los temas”, admitía Rodrigo, y a confesión de partes, relevo de pruebas. Por supuesto, entre los temas suaves no podía faltar “Dos Secretos”, en la que el público dejó el alma y los pulmones cantando, y para darle el toque “interactivo” al show (culpa de la película Bohemian Rhapsody, según confesó la banda), pusieron a la audiencia a aplaudir al ritmo de “Broken Cities” en una especie de juego donde, al parecer, Argentina lo hizo mejor que Chile.

Aunque se despidieron, la gente sabía que faltaba más y además de aplaudir y hacer ruido, pedían “Ares”. El primero en volver fue Juan Belisario, quien se acercó al piano y comenzó a tocar la melodía de Game of Thrones. “¿Dónde están los demás?” preguntó al ver que detrás de él no vino nadie, pero inmediatamente aparecieron todos. “Algún día cantaremos esta canción en casa” dijo Rodrigo y comenzó el tan esperado “Ares”.

Un intro acústico acompañado de piano le dio el toque diferente a la canción, que luego de la primera estrofa arrancó con todo el poder eléctrico que la caracteriza. “Hagan catarsis aquí, esto es mejor que la violencia” decía el vocalista al invitar a la gente a cantar con todas sus fuerzas, y para terminar de liberar las energías remanentes, cerraron con “Acelera”, descargando con todo sobre el escenario y rockeando como si no hubiera mañana. Esta vez fue Alberto Duhau, el guitarrista, quien se lanzó al público mientras tocaba y al terminar, Rodrigo le lanzo la guitarra al público. Nadie entendió si era un regalo, pero al rodie le costó un mundo convencer a la gente de que la devolvieran.

Decidí titular esta reseña con el nombre de la única canción de VVV que no sonó esa noche porque describe muy bien lo que significa ver en vivo a VINILOVERSUS cuando ya los conoces. Aunque podría parecer algo negativo no “ser más”, en realidad es totalmente positivo no “ser menos” cuando se ha llegado tan alto. La banda ha tenido sus altos y bajos en composición, sus picos y valles en popularidad, pero en vivo siempre han dado la talla y nunca decepcionan en un área donde es muy fácil fallar.

Siempre he sido un creyente del sonido en vivo, ya que es allí, en el escenario, donde realmente se demuestra de qué están hechos los artistas. VINILOVERSUS siempre, desde sus inicios, ha sido una banda con una puesta en escena impecable y una energía envidiable que se contagia fácilmente. No en vano resultaron ganadores de aquel Festival Nuevas Bandas en Venezuela, por allá en el 2006, pero hoy, 13 años después, nos demuestran que siguen siendo una de esas agrupaciones que vale la pena ver en vivo, incluso más que escucharla en disco, porque si bien ya resultan suficientemente buenos sus temas en audio, en directo tienen una potencia y actitud que nunca podrá plasmarse en una grabación de estudio. Ojalá se animen a publicar un disco en vivo algún día, porque el mundo merece escuchar esa crudeza y agresividad con la que suenan los temas cuando el demonio del rock n roll se apodera de estos cuatro muchachos, que poco a poco han venido plantando su bandera en la historia del rock venezolano.

Frank Hernández
Director en Rocktambulos
Escucho más de lo que veo y escribo más de lo que leo.
Periodista musical. Radio Host. Colaborador en Billboard y Rockaxis. Fundador de Rocktambulos
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Todas las fotos fueron tomadas por Diego Homez y son cortesía de Snow Entertainment / Todos los derechos pertenecen a su autor

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