Los Ecos de la Experiencia: O’CONNOR Madura en “La Grieta”, su Nuevo Álbum #ReseñaDestacadaDiscos (Así Suena)OXDReseñas por Facundo Guadagno - 22/10/201603/01/2017 Pasaron dieciocho años desde que Claudio O’Connor, fiel a su costumbre, tomó la inesperada decisión de abrirse de Malón, en su momento de auge, para darle comienzo a su carrera solista con O’CONNOR. El debut llegaría con el infravalorado Hay Un Lugar (1999) y desde ahí, casi con un patrón de dos años la banda continuó sacando discos hasta el año 2012 con Un Poco de Respeto. O 2010 con Río Extraño, ya que ésta fue la ultima producción con material original de la banda. La Grieta es el título de la obra que trae a la banda nuevamente a la discusión; con un título que parece estrictamente relacionado con la coyuntura política, social y cultural de Argentina, éste insinúa una dirección que jamás aborda. ¿A qué grieta se hace referencia? No se sabe, no hay indicios y queda como un incómodo enigma. Esta relación, entre la confusión y la claridad, se puede observar en cada una de las canciones, con pocas excepciones. “Diminitudes”, la que abre el disco por ejemplo, es una gran composición, oscura pero fácil de escuchar, un hit instantáneo. La letra no tiene sentido. Lo mismo se aplica a las siguientes canciones del álbum; tomo cualquiera, “Tu Cosecha”, “Hijos del Hombre”, “Lo Que Más Duele”, cualquier canción. No hay coherencia pero olvidemos esto por un momento.La Grieta es la síntesis entre el rumbo que tomó la banda desde 2004 con El Tiempo es Tan Pequeño hasta el año 2010, con Río Extraño: el Metal más emparentado con el Doom y el Hard Rock, guardando las reminiscencias con los comienzos musicales de la banda, más frenéticos, concentrados en riffs simples pero efectivos y, como marca característica, el falsete de Claudio O’Connor. Así el comienzo con la seguidilla “Diminitudes”, “Hijos del Hombre”, “Espejismos del Edén” y “Egos en Liquidación” puede separar un grupo de canciones más directas, concentradas en ritmos más emparentados con el Doom, con la voz de Claudio más cerca de cantar sin pudrir la voz demasiado y concentrada en crear melodías. Una tarea cumplida con creces. Cada una de estas cuatro canciones son clásicos instantáneos siendo, paradójicamente, fáciles de imaginar y difíciles de hacer, como toda composición.Sin dudas, O’CONNOR encontró su fórmula hace rato, sólo que la maduración del grupo permite explorarla en La Grieta con más consistencia que en ocasiones previas. Aunque con sus objeciones, claro.Previamente habíamos dicho que las líricas no poseían mucha coherencia pero “Jinetes del Rock” y “Bendecido” son todo lo contrario. Se entienden a la perfección, pero ¿en qué estaban pensando? ¿por qué un tributo tan bizarro a Black Sabbath como “Jinetes del Rock“? Nuevamente ¿por qué una reflexión tan bizarra y circular como en “Bendecido”? Afortunadamente, la música y la melodía vocal son excelentes. “Lo Que Más Duele” retoma a la banda a su costado más Heavy Metal -más precisamente a su lado “Over The Mountain” de Ozzy Osborne -, a una velocidad que ya fue dejada de lado por el grupo hace casi quince años y suele extrañarse. Ahora, ¿por qué no terminar en “Castigo y Perdón”? ¿en qué estaban pensando con “Vivimos”? No sólo la letra es bizarra sino que la música es como el estereotipo de una balada. Sabor amargo, pero aun así La Grieta deja más halagos que objeciones.O’CONNOR es una máquina que con el tiempo se fue perfeccionando hasta encontrar su síntesis, su madurez compositiva. En gran parte esto es un mérito de Hernan García, compositor de la música y la melodía vocal en la banda, pero cinco personas en conjunto son disímiles a una ya que todas van alimentando sus ideas. La llamada “bestia” volvió a darnos otro disco de altísima calidad y eso, más allá de los pormenores, es un motivo para celebrar.Recomendados: “Espejismos del Edén”, “Egos en Liquidación”, “Lo Que Más Duele” Puntaje: 08/10 Facundo GuadagnoRedactor en RocktambulosAntropólogo. Politólogo. Escritor.