One Night In… Buenos Aires: BEAST IN BLACK tuvo su primera vez en Argentina #Reseña

Si nos situamos en los estereotipos y caracterizamos, cual turista, a Argentina, se nos vienen a la cabeza imágenes o costumbres, bailes como el tango, personajes como Maradona, y el Power Metal. Por alguna razón, que escapa a esta crónica, en el país cada banda de este género goza de una popularidad notable. BEAST IN BLACK no fue la excepción: prácticamente agotaron el recinto. Pero la situación no fue tan lineal.

La velada comenzó con BETO VAZQUEZ INFINITY, ya una marca del género metálico pesado nacional, que cuenta con sus bien merecidos fans. El quinteto se lució con un sonido acorde a las circunstancias y dejó el ambiente más que caliente para el acto principal. Lo del calor, por otra parte, no es una exageración: la helada primavera porteña – una contradicción – era la antítesis de El Teatrito: una olla en ebullición. Un dato no menor: La banda de apertura utilizó la batería de la banda principal, y por ende, tuvo a su disposición el escenario completo, algo que no se ve muy a menudo. Bien por eso.

Con la aplanadora que es “Blade Runner”, del celebrado Dark Connection (2021), BEAST IN BLACK estaba sobre las tablas. Hay mucho para decir sobre el vocalista, Yannis Papadopoulos: que su carisma y talento son impresionantes, que maneja muy bien el clima, y otras loas, pero el partido estaba ganado de antemano por la reacción del público, un auténtico desquicio. El grupo tiene siete años y tres discos, y no es por un reduccionismo numérico, pero sorprende la devoción que va del “olé olé” al gesto de entregarle regalos a la banda en mitad del show, pasando por el pogo violento y el festejo de cada cosa que el talentoso cantante griego pudiera decir o señalar.

Algo de semejante devoción se entiende cuando uno experimenta en vivo lo que ocurre en los discos: la exquisitez del juego de voces. Entre los cambios de tono de Papadopoulos y el acompañamiento del guitarrista Anton Kabanen uno se pierde, en el buen sentido, en una especie de colchón vocal de una técnica envidiable. ¿Es posible hacer dos voces totalmente distintas? Parece un juego de niños para la voz principal de BEAST IN BLACK. El talento vocal también estaba en Kasperi Heikkinen (guitarra), una suerte de Costello para el Abbot que hace Papadopoulos. Solidez en el bajo de Máté Molnár y, cabe resaltarlo, una especie de violencia y buen gusto en el desempeño del baterista, Atte Palokangas.

“Highway To Mars”, “Cry Out For a Hero”… demasiados puntos altos. Y esa es otra virtud de la banda: es difícil agotarse ya que mantiene su show ecléctico, versátil, y eso considerando que supera la hora y media de duración. “He oído rumores de varias fuentes, y es que las mujeres argentinas son hermosas”, dijo Papadopoulos antes de “Bella Donna” y esto, simplemente, una de las tantas muestras de carisma. Pedir luces de encendedores antes de la balada “Ghost In The Rain”, el coaching ontológico previo a “No Surrender” y la arenga presto a arremeter con “One Night In Tokyo”, orgullosamente señalando: “es nuestro primer show aquí, hicimos un sold out, así que volveremos pero en un recinto más grande. Seguro el año que viene, ¿les gustan los rumores, no?”. Masterclass de frontman.

“Y sí, ustedes saben que en algún momento nos vamos a tener que ir”, dijo entre risas el talentoso vocalista griego, y así llegaron los clásicos “Blind and Frozen” y “End of the World”, para terminar con el público extasiado. También la banda: “este momento es irrepetible”, señaló Papadopoulos, pero recordó que al día siguiente la fiesta continuaba abriendo para NIGHTWISH. Cierre de la velada pero comienzo de una relación prometedora. ¿Se cumplirán las promesas de un pronto regreso? Fuera de cuán veraz sea el rumor que la banda instaló, es claro que van a precisar un recinto algo más grande, como bien observaron.