Un homenaje al rock del país: PEZONES CARDOZO en La Trastienda de Buenos Aires #Crónica

Rock Nacional. ¿Qué contiene en sus entrañas que lo hace tan único y visceral como un tiro al alma que no busca matar con su fuerza de impacto sino despertar, a través de un susurro Callejero y clandestino el inconsciente colectivo de las injusticias que día a día azotan a los menos afortunados? Ésta esencia, cada vez más difícil de encontrar en las radios, es la que mantiene a PEZONES CARDOZO como un portavoz y abanderado del rock que no se rinde. Música que lucha, protesta y no calla, ni siquiera en la celebración de sus 20 años de unión musical, que tuvo lugar en La trastienda Club, en Buenos Aires, el pasado sábado 12 de noviembre.

Con un público como el de esa noche, es fácil darse cuenta que una banda no sólo la conforman sus músicos, también sus seguidores. Los mismos adeptos a ese mismo sentimiento y mística musical que trasciende de generación en generación, reuniendo a grandes y chicos. Unos correteando con su respectiva remera de apoyo y los más grandes buscando disfrutar del recital desde la distancia, guardándoles a los más entusiastas el espacio frontal al escenario.

Fue una gran fiesta la que empezó PEZONES CARDOZO en su noche de celebración, arrancando con todo, haciendo saltar al público desde el comienzo, derrochando energía canción tras canción en esta primera parte del show. Lejos quedó la Trastienda de ser un lugar tranquilo cuando los solos de viola de Paolo Botto lideraban el frenesí del público, desquiciados por el melódico Alejandro Cabrera y su saxofón, mientras se escucha a un comprometido vocalista como Eduardo Gervasio, de gran sensibilidad social y solidaria, apoyando con su talento y experiencia las causas sociales más nobles.

Haciendo mención del exhausto trabajo contra la trata de mujeres que realizan algunos de los invitados especiales que se encontraban entre el público, Eduardo interactúa de forma íntima con los presentes, mientras preparan el escenario para las primeras baladas de la noche. Se abre la galería de invitados especiales y el público recarga energías, mientras en un sonoro aplauso la mención de la causa de los desaparecidos vuelve, de a poco, a encender los motores, sobretodo con el sentido cover (himno para muchos) de Charly García: “Rezo“.

Despertando la locura nuevamente del público, subieron al escenario artistas como Juani de la banda Andando Descalzos, El Viejo de La Perra que los Parió y Juanjo de Maldita Suerte, continuando todos con la celebración de PEZONES CARDOZO, quienes se encontraban despidiendo su exitoso disco La Luz de la Empatía. Con una prominente colaboración del percusionista Gonzalo Varela, los ritmos latinos emergían dentro de esta fiesta rockera sin olvidar el espíritu alegre que nos caracteriza, con un grito que te dice a la cara que Argentina es Latinoamérica.

PEZONES CARDOZO te canta las verdades, te hace sentir el aguante, la resistencia y la rebeldía, con trabajo y esfuerzo y con mucho sabor, riendo y cantando por encima de cualquier herida. El rock y la cumbia se hacen un sólo riff. Llegaba el momento de anunciar el inevitable final, pero no sin antes tener una última descarga por parte de Eduardo Gervasio, que no dudó en lanzarse a su público y cantar desde el pogo, exaltado por la emoción. El espectacular juego de luces anuncia los agradecimientos totales e infinitos por parte de la banda ante semejante participación.

Al final quedó claro que así es cómo PEZONES CARDOZO mantiene su trayectoria, lejos de la difusión mediática a gran escala, con un grito que estalla en tu cara las verdades más incomodas, diciéndote que aún hay mucho que contar, mucho rock por tocar y mucha historia por vivir. Ellos son el rock nacional, ellos son, PEZONES CARDOZO

Nelson Fernández