REFUSED Are Fking Dead (for real): un debut y despedida a puro fuego en Buenos Aires #ReseñaDestacadaReseñasShows (Así Fue) por Víctor Rondón - 13/11/202513/11/2025 Llegué un poco tarde a Uniclub, pero no fui el único. Afuera, una fila larga se movía con esa ansiedad típica de los recitales que se sienten históricos, como si el aire pesara distinto. Desde la vereda alcancé a escuchar parte del primer tema de REFUSED, “Poetry Written in Gasoline”, mientras el eco del bajo se mezclaba con los gritos de la gente que ya estaba adentro. Entré justo para el final de ese primer tema, apenas a tiempo para sentir la explosión de energía y ver cómo el local entero vibraba.Adentro no había espacio para nada: ni para moverse, ni para respirar demasiado. Uniclub explotaba. Era el tipo de aglomeración que te deja dos opciones, ir al pogo o quedarte inmovilizado entre la gente mientras intentas encontrar el mejor ángulo para ver. Antes de poder decidir qué opción tomar y mientras algunos fotógrafos preparaban sus cámaras para cubrir el show, las primeras notas de “The Shape of Punk to Come” encendieron literalmente el lugar.La secuencia inicial fue un golpe directo a la memoria colectiva. “The Shape of Punk to Come” y “The Refused Party Program” sonaron una detrás de otra, marcando el tono de lo que sería una noche de culto. Ambas del disco The Shape of Punk to Come (1998), el manifiesto que redefinió al hardcore moderno. La gente las cantó como si fueran himnos, con una alegría y una emoción difíciles de describir. Refused sonaban afilados, poderosos, y con una energía que ni el paso del tiempo había desgastado.Yo conocí a la banda en 1998, viendo el video de “New Noise” en 120 minutos de MTV. Desde entonces, esa imagen quedó fija en mi cabeza: Dennis Lyxzén desbordando energía, agitándose como un predicador punk. Verlo en vivo, décadas después, fue como reencontrarse con un viejo amigo que sigue siendo el alma de la fiesta, solo que más sabio y con una sonrisa constante. “Rather Be Dead” (del clásico Songs to Fan the Flames of Discontent, 1996) y “Blood Red” (del más reciente Freedom, 2015) mantuvieron el pulso encendido, hasta que el bloque siguiente, otra vez centrado en The Shape of Punk to Come, elevó la intensidad al máximo. “Liberation Frequency”, “Summerholidays vs. Punkroutine” y “The Deadly Rhythm”, que cerró con un guiño a “Raining Blood” de Slayer, fueron pura catarsis. En ese momento el pogo ya era una tormenta colectiva, con gente cantando hasta los riffs, porque en Argentina, hasta los riffs se corean.Entre tema y tema, Dennis se mostró cercano y agradecido. Dijo que llevaban año y medio girando por todo el mundo con esta despedida y que, si bien el show de Buenos Aires tenía el recinto más pequeño de la gira, también había sido el más divertido. «Es como en los viejos tiempos, en los 90s, cuando empezamos, un show como este habría sido algo gigante» agregó.Durante los primeros 30 minutos del show continuaba ingresando gente, a quienes no les quedaba más opción que quedarse pegados a la puerta o meterse al intenso pogo. Fue una noche donde además hubo mucho stage diving por parte de los fans más enérgicos, que aprovechaban cada subida al escenario para tocar y saludar a sus ídolos. “Nunca pensé que las canciones que escribimos en una habitación en Suecia iban a llegar hasta Argentina”, dijo posteriormente Dennis, con una mezcla de sorpresa y gratitud. Antes de arrancar “Circle Pit” —del primer disco This Just Might Be… the Truth (1994)—, Dennis contó una anécdota que resumió la historia de la banda: “Queríamos ser una banda de old school hardcore, pero nos volvimos pretenciosos, nos compramos ropa rara y terminamos componiendo The Shape of Punk to Come.”La frase, dicha con una sonrisa y una camisa casi transparente “de pirata”, arrancó risas y marcó el tono perfecto para lo que seguía. El pogo se volvió una masa giratoria de cuerpos que no se detuvo durante todo el tema. Desde ese momento no hubo pausa. “Pump the Brakes”, “Beauty” y “Life Support Addiction” completaron el bloque con la misma ferocidad.Entre el público, me llamó la atención una pareja en el balcón VIP: una señora y un señor con una remera que decía “Swedes Do It Better”. ¿Alguien sabe quienes eran? Tenían la mirada orgullosa de quien observa algo más que un recital, casi como si fueran viejos amigos, o incluso familia de los músicos, sin duda unos testigos privilegiados de ese caos hermoso.El último tramo del show fue un viaje directo al corazón del legado de REFUSED. “Refused Are Fucking Dead”, “Worms of the Senses / Faculties of the Skull” y “Elektra” sirvieron como un recordatorio de por qué su sonido sigue siendo tan actual, tan desafiante y tan necesario. Y entonces llegó el momento que todos esperábamos. Las primeras notas de “New Noise” hicieron estallar Uniclub. El grito de “Can I scream?!” fue una descarga colectiva. Yo lo grité con todo lo que tenía, consciente de estar viviendo un instante que había esperado más de 25 años. Verlos ahí, tan cerca, sonando tan perfectos, fue un cierre casi cinematográfico.«Cuando uno es joven te piden que toques 20 min, nadie quiere que toques más que eso y cuando estás viejo quieren que toques una hora y media. ¡Debería ser al revés!» bromeó Dennis al volver al escenario para el encore, en medio de los coros que pedían una más. El vocalista sueco recordó, también en medio de bromas, que recientemente (en 2024) tuvo un infarto que los obligó a suspender la gira.Ese encore trajo tres últimos estallidos de su discografía: “It’s Not O.K…” (de Freedom, 2015), “Coup d’état” (de Songs to Fan the Flames of Discontent, 1996) y “REV001” (de War Music, 2019), cerrando una noche que ya rozaba la perfección. Algunos pedían entre risas que repitieran “New Noise”, mientras otros se abrazaban, sudados y felices, conscientes de haber sido parte de algo irrepetible.Por mi parte, salí del Uniclub todavía vibrando. Fue una experiencia única de una banda única. REFUSED no solo repasaron su historia: demostraron por qué su legado sigue intacto, por qué redefinieron el punk y por qué, incluso en su despedida, todavía suenan como el futuro.©Todas las fotos fueron tomadas por Frank Hernández para Rocktambulos / Todos los derechos reservados View this post on InstagramA post shared by Rocktambulos (@rocktambulos)