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Tiempos Metálicos: LA H NO MURIO se reencontró con sus fans en el mítico estadio Obras

El pasado sábado 23 de octubre LA H NO MURIÓ volvió al Estadio Obras Sanitarias de la ciudad de Buenos Aires poblando al coqueto barrio de Nuñez con el tejido conjuntivo de la población obrera, parafraseando a Raúl Scalabrini Ortiz. Esta vez, el grupo se presentó con Javier Rubio, baterista y flamante incorporación.

Nueve en punto y las luces se apagaron para que «Tano Solo» sea la introducción de la masacre que fue «Evitando el Ablande», casi una metáfora después de un año duro para el mundo, y en especial para los artistas. “Cráneo Candente” y “Memoria de Siglos”, auténticos himnos del Metal Argentino,  sonaron con una calidad que permite comparar a LA H NO MURIÓ con bandas internacionales, un deseo que hace treinta años era su obsesión cuando formaron parte de HERMÉTICA, y hoy permiten disfrutar de un espectáculo sin fisuras sonoras.

Particularmente, el tándem Kuadrado-Rubio, uno en el bajo y otro siendo el motor del grupo desde la batería, fue sólido, algo a destacar ya que estos son sus primeros conciertos fuera de la sala de ensayo. La impronta de Javier Rubio es muy distinta a la de Claudio “Pato” Strunz, anterior baterista de la banda, ya que se toma ciertas libertades – en el mejor sentido de la frase – para poder cambiar algunos arreglos, dándole un nuevo estilo a las composiciones. Tal modificación de estilo fue celebrada por el público, cuando Rubio hizo un solo previo a “Masa Anestesiada”.

Tano Romano y Claudio O’Connor

La historia de la música pesada argentina en escena, Claudio O’Connor (voz) y el “Tano” Romano (guitarra), demostraron su oficio sobre las tablas. O’Connor sigue siendo el frontman ideal, concentrando todas las miradas, con arengas, sus icónicos “acá”, y honestidad en los bises: “Tano, con la pandemia pensé que no te iba a ver más. Gracias a Dios me equivoqué. Fue un cagazo. Y de cagazos vive el hombre”. Esa fue la introducción para “Vientos de Poder”.

Una rareza dentro del setlist ocurrió cuando las pantallas del escenario cambiaron la mítica “H” por “Malón”, dando lugar a la seguidilla “Castigador por Herencia”, “Hipotecado” y “Nuevo Orden Mundial”. Todo volvería a la normalidad con el clásico de HERMÉTICA, “Olvídalo y volverá por más”, anunciado como señal de la hipocresía política: “estamos en campaña”, señaló O’Connor antes del esperado himno.

El clima de algarabía generalizada, de descarga ante las penurias de la pandemia, se vivió con intensidad: selfies, transmisiones en vivo, abrazos, y gritos, muchos, luego del encierro. Por supuesto, cada canción se entonó como si fuera la última, creando un contexto único. Si bien las razones por las cuales hubo tanta pasión fue un año de sufrimiento, sentir el desquite valió la pena. El cierre con “Tú Eres Su Seguridad” fue uno de los momentos más esperados.

“De pismanta a bauchaceta” sonó de fondo mientras los músicos saludaban. Javier Rubio mostró especial felicidad, ya que pudo darse su consagración profesional ante un público masivo que festejó su ingreso a la banda. Por nuestra parte, solo nos queda celebrar la existencia de LA H NO MURIÓ y la saludable vigencia de HERMÉTICA, la cual se constata en cada ceremonia en el Estadio Obras Sanitarias, cita que ya se convirtió en un clásico, y hace unos años nos parecía una fantasía irrealizable. Como lo afirma la canción: ayer deseo, hoy realidad.

Facundo Guadagno
Redactor en Rocktambulos
Antropólogo. Politólogo. Escritor.
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Todas las fotos fueron tomadas por Carlos Martínez para rocktambulos.com / Todos los derechos reservados

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