Sexo, Drogas, Rock N' Roll... y Feminismo: Así suena "Vicious", de HALESTORM

Los estadounidenses HALESTORM parecen tener su rutina de lanzamiento de discos bien planificada (o tal vez la frecuencia con la que cada disco es lanzado está estipulada en el contrato discográfico), pero lo cierto es que cada 3 años tenemos nuevo material de larga duración proveniente de Lzzy Hale y compañía. Luego de tres excepcionales discos como Halestorm (2009), The Strange Case Of… (2012) e Into The Wild Life (2015), el 2018 nos trae a Vicious, una producción que carga con toda la presión de ser el sucesor del disco más exitoso de HALESTORM hasta la fecha (recordemos que Into The Wilde alcanzó el puesto #5 en el Billboard 200 (discos más populares en USA) y el #1 en la cartelera de Hard Rock de USA y UK.

Esta vez se unieron al productor Nick Raskulinecz (FOO FIGHTERS, MASTODON, RUSH, DEFTONES), con quien ya habían trabajado para varios EP y buscaron lograr un sonido rockero que fusionara lo mejor del Rock N’ Roll y las baladas con el Metal Alternativo que caracteriza a la banda.

Las expectativas eran altas porque ellos mismos se encargaron de poner la vara bien arriba, y por eso cuando uno le da play a Vicious es inevitable tener miedo; miedo a la decepción por esperar demasiado o encontrar algo demasiado “diferente”. Lo importante es no predisponerse y juzgar demasiado rápido. Por suerte, lo que uno se encuentra en el primer track es una bomba. “Black Vultures” es la apertura perfecta para engancharnos y querer más. Es puro hard rock cargado de riffs zeppelianos y ritmos sincopados que acompañan a Lzzy, quien con su prodigiosa voz nos canta un himno de empoderamiento, ánimo y superación. Un tema muy al estilo de sus trabajos previos, y tomando en cuenta que lo anterior fue lo mejor que hicieron, entonces arrancamos bien.

Nunca me ha gustado reseñar discos “en una escuchada”, no solo porque se escapan detalles, sino porque la forma en la que uno recibe la música depende mucho del contexto en el que llega y lo que se esté viviendo en ese momento. Pero sobre todo, porque me parece injusto con el artista juzgar en 60 min (o lo que dure el disco) un trabajo que le tomó años crear. Eso sí, hay discos que son amor a primera vista y ahí ya no hace falta repetir para saber que estás ante una gran obra. Bueno, ese sentimiento comenzó a surgir con “Black Vultures”, el cual todavía no conocía ya que preferí no escuchar sencillos hasta que saliera el álbum.

“Skulls” baja las revoluciones de forma drástica, mostrándonos que se puede fusionar el pop con el rock sin dejar de sonar agresivos. Desde el inicio nos vemos seducidos por ritmos bailables que permiten escuchar a Lzzy “rapeando” acerca de lo vacíos que están nuestros cráneos hoy en día, como zombies. Este estribillo pop es cortado radicalmente por un pre-coro en el que, a gritos, la vocalista se niega a callarse y ser una cabeza vacía más del montón. El Hard Rock se vuelve a apoderar de la escena cuando pasamos a “Unconfortable”, una rápida y pegadiza pieza en la que el poder femenino dice presente. ¿Feminismo? Luego de estas primeras tres canciones no me queda duda. De cualquier modo, queda claro que Lzzy quiere acabar con las preconcepciones y confiesa que ama hacernos sentir “incómodos”.

“¿Es amor o son las drogas?” dice la power ballad “Buzz” y con ella volvemos a bajar un poco la intensidad. Ya en la dupla “Do Not Disturb” – “Conflicted” terminamos de llegar al valle del pop (y no precisamente al extinto venue venezolano) del disco. “Do Not Disturb” es un tema atrevido y open-minded, donde la protagonista toma la iniciativa de todo. Es seguramente la balada más sexual que ha hecho la banda y el hecho de que sea de tempo lento, permite que la guitarra de Joe Hottinger sea la protagonista. “Conflicted”, por su parte, viene siendo – irónicamente – el tema más simple de todo el disco (musicalmente hablando) y sería un buen sencillo promocional para cautivar al público no-rockero. Este sube y baja de emociones musicales se repite durante todo el disco manteniendo un buen balance en el que no es posible aburrirse y mucho menos distraerse porque no hay canciones similares consecutivas.

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Con “Killing Ourselves To Live”, una oda al efímero amor eterno, volvemos al Rock N’ Roll, ese al que ya nos acostumbraron Lzzy, Arejay, Joe y Josh, con buenos solos de guitarra, galopantes bajos, baterías pesadas y coros pegadizos que invitan a levantar las manos al ritmo de la música. Allí se abre paso una balada llamada “Heart Of Novocaine”, de corte completamente acústico, en la que destaca -como siempre- la voz de Lzzy, algo que también ocurre en el último track del álbum, “The Silence”, otra balada acústica en la que la vocalista demuestra por qué es una de las cantantes de rock más respetadas del mundo en la actualidad.

Cuando vemos el nombre del siguiente tema, es inevitable pensar que se trata de un cover de JUDAS PRIEST, pero no. Con “Painkiller” la banda aborda la temática sexual y su parecido con la adicción a las drogas, mientras que en “White Dress” volvemos a escuchar a Lzzy gritar con orgullo que “no es una princesa”, pero esta vez se lo dice a su madre, a quien le pide perdón por no ser el prototipo de mujer que viste de blanco, y es que al final todo el disco gira en torno a sexo, drogas y rock n roll… ah! y empoderamiento femenino ¿Puede haber algo más rockero que eso hoy en día?. Finalmente, “Vicious”, tema que le da nombre al álbum, es una declaración de guerra donde -con descarada dominación del terreno- Lzzy describe de manera figurada que le encanta ser malvada y “ese es su vicio”, pero… ¿malvada contra quién?

A nivel comercial… ¿Superarán sus logros anteriores? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que sí es claro es que HALESTORM nos entrega con Vicious una producción a la altura de las expectativas, cargada de temas que mantienen la esencia de lo que ya conocemos como HALESTORM y hasta se permiten experimentar con nuevos sonidos que fusionan el Metal Alternativo y el Pop, pero con el núcleo de Hard Rock intacto y eso es lo importante. El talento sigue creciendo, el espíritu sigue vivo y hay buen rock para rato.

Fecha de Lanzamiento: 27 de Julio de 2018
Disquera: Atlantic Records