Las dos bandas de metal cristiano se presentaron en el Arena Sur de Buenos Aires frente a un público eufórico que lo dejó todo en el pogo

En la primera mitad de la década de los 90, muy a la par del estallido del grunge, se empezaron a gestar en Estados Unidos bandas que combinaban los sonidos del hardcore con el rap, el reggae y otros géneros urbanos, al menos los que existían por entonces, pudiendo mencionar entre algunos de sus exponentes a bandas como BODY COUNT, MUSHROOMHEAD, GODSMACK o P.O.D.
El caso de estos últimos fue el de estar escalando éxito anteriormente, pero tener un notable pico de popularidad con la llegada del nuevo milenio y el lanzamiento de su álbum Satellite (2001). Habiendo visitado Buenos Aires en dos ocasiones, los de San Diego regresaron tras ocho años de ausencia para concretar su tercera visita, esta vez acompañados de sus colegas en fe, los extraordinarios DEMON HUNTER, a quienes si todavía no conoces, te recomendamos en este artículo especial.
Arena Sur, en el barrio porteño de Pompeya, sirvió de templo para esta congregación el pasado lunes 15 de diciembre. La apertura estuvo a cargo de los veteranos CABEZONES, que repasaron su carrera con auténticos himnos del rock duro argentino como “Alas”, “Hombre Paranoico” (con la colaboración de Mario Ian) o “Pasajero en Extinción”. Sonaron muy bien y en el recinto se respiraba la nostalgia de quienes crecieron con sus canciones. Se despidieron con “Frío” para cerrar un destacado show en calidad de soporte nacional.
Llegó el turno de DEMON HUNTER, que también habían visitado el país anteriormente, pero solo en una ocasión, en 2013. Con una entrada por demás modesta, asaltaron el escenario golpeando “suave” pero certero con el contundente “Sorrow Light the Way”.
Mientras el resto de la banda mantenía una estética austera, Ryan Clark emergía como una figura casi litúrgica. Ataviado con una túnica verde oliva cargada de simbología —desde el Crismón hasta inscripciones en latín como “Veni Regnum Tuum”—, el vocalista no solo lideraba el asalto sonoro, sino que encarnaba la metáfora del combate tan recurrente en su música (la lucha espiritual contra demonios internos y externos), con esta particular prenda que recuerda a la salida de un púgil al ring.
Los de Seattle repasaron gran parte de su carrera con joyas como “Collapsing”, “Infected” o “Not Ready to Die”, ante un público que los observaba con atención, pero a la vez con la timidez típica de quien no conoce mucho al artista o que vino a ver otra cosa, guardando respeto de igual manera por su trabajo. Para el break de “Undying”, Ryan hizo un gesto al público pidiendo abrir la ronda, consiguiendo el pogo más abierto y picante del show (hasta entonces).
Más adelante, Ryan se tomó un momento para agradecer a los asistentes su presencia y comentó que en sus 25 años de existencia, DEMON HUNTER llevaba 12 sin pisar Buenos Aires y que en ese tiempo editaron seis discos, algo posible solo gracias a la gente que los apoya. Continuaron con “The Last One Alive”, una de las composiciones más refinadas de su catálogo.
Tras ese temazo, Ryan anunció que tenían una canción más para regalar y pidió una ronda para cerrar el show (ahora sí) con el pogo en su punto máximo al ritmo de la brutal y veloz “Storm the Gates of Hell”. Coronaron así un más que digno show de 60 minutos en el que lo dieron todo y cumplieron de manera sobresaliente el trabajo de calentar las tablas para lo que vendría.
Mientras más se acercaba el momento de recibir a P.O.D., el lugar se iba llenando cada minuto un poco más y el calor también era cada vez mayor, hasta que por última vez en la noche se apagaron las luces y, a oscuras, mientras al fondo sonaba “Per un pugno di dollari” del recordado maestro Ennio Morricone, los músicos fueron invadiendo el escenario de a poco. La reacción fue efusiva e instantánea y se hizo más intensa cuando el show arrancó con “Southtown”. La ronda se abrió a tope, estaban todos locos y saltando; quedó muy claro a quién habían ido a ver.
Con “Boom” toda esa energía no hizo más que crecer, transformándose en algo contagioso que marcaría notablemente la línea de intensidad del show, con un público desquiciado que pogueaba y coreaba a full tanto las letras como las melodías o solos de guitarra, como fue el caso de “Set It Off”. Hubo espacio para presentar temas de su disco más reciente Veritas (2024), siendo el primero en sonar el frenético “Drop”, en el que invitaron a Ryan de DEMON HUNTER a cantar los fragmentos guturales que en el disco grabó Randy Blythe de LAMB OF GOD.
Luciendo su perfecto español -dadas sus raíces mexicanas- el guitarrista Marcos Curiel saludó: “¿Cómo andamos nuestros hermanos y hermanitas, qué onda?”. El discurso fue continuado por el cantante Sonny Sandoval: “Gracias por venir, esto es asombroso. Esta noche soltemos toda mala vibra, llenemos esto de amor, ¿ok?”, y continuaron con “Soundboy Killa”, seguida de una interesantísima versión del mega clásico “Don’t Let Me Down” de THE BEATLES.
Un momento esperado del show llegó con “I Won’t Bow Down”, en la que —como algunos suponían— invitaron a Andrés Giménez, de A.N.I.M.A.L., a cantar las partes en español de la versión que grabaron juntos en estudio. Esta fue la primera vez que el dúo interpretó esa versión de la canción en vivo y la colaboración fue muy bien recibida, así como también Andrés fue vitoreado por la multitud que gritaba “Argentina, Argentina”. Como si no bastara, Sonny anunció que tocarían una canción por primera vez en el país y llegó la sorpresa mayor de la noche: “Sleeping Awake”.
“Youth of the Nation”, una de las más esperadas, fue coreada con fuerza por la audiencia, que si bien ya no es tan «youth» en su mayoría, saltó y cantó como en sus mejores tiempos. Al terminarla, una bandera argentina fue lanzada al escenario, siendo atajada y mostrada por Sonny: decía “P.O.D. Argentina 2025”, desatando el delirio de los fans. Luego de otro momento intenso con “Satellite”, Marcos presentó a sus compañeros de banda Zachary Christopher (batería) y Mark “Traa” Daniels (bajo); inmediatamente Sonny lo presentó a él y luego Marcos le devolvió el favor, presentando a Sonny, recibiendo ambos una gran ovación por parte de los fans.
El final del show llegó con su gran éxito “Alive”, liberando en la gente todo lo que quedaba por dar. Como dato curioso, fue la primera vez que cerraron un concierto en Argentina con esta canción.
Este nuevo paso de P.O.D. por Argentina demostró su vigencia en la escena y la entrega total de su fanaticada, que lo dio todo desde el minuto cero hasta el final, recibiendo sin filtros la densidad de su música y la luz de su mensaje. A nivel audio estuvo bien, aunque al igual que con DEMON HUNTER la voz no siempre fue tan clara como los instrumentos. Puedo asegurar que regresarán pronto al país; ojalá antes de lo que tardó esta visita, y que más gente se anime a descubrir lo que estas bandas tienen para dar en vivo: calidad musical y vibras positivas en cada acorde.
©Todas las fotos fueron tomadas por Frank Hernández para Rocktambulos / Todos los derechos reservados
Los referentes históricos del crossover thrash y el hardcore, se presentarán juntos el próximo 8 de marzo de 2026 en el Teatro Flores
La agrupación mexicana de metal sinfónico reversionó el clásico de John Lennon como una apuesta por la empatía en zonas de guerra.
La banda argentina de post-hardcore se presentará el 21 de diciembre en una noche que promete ser intensa e inolvidable.